**NICKY** No tuve tiempo de digerir esa idea cuando escuchamos pasos detrás de nosotros. Mi padre salió de la habitación con una expresión grave, pero más aliviado. —Ya está estable —dijo, con voz firme—. El doctor dice que fue una crisis leve… nada irreversible. Respiré profundo, intentando calmar mi corazón que latía desbocado. Agradecí con un gesto, pero en realidad, mi mente no estaba allí. La noticia de que mi madre estaba bien, sí, eso al menos me dio un respiro. Pero en ese instante, la única pregunta que retumbaba en mi cabeza era: ¿dónde está Alai? ¿Qué tanto daño le habré causado para que simplemente… se haya ido? No tiene a nadie a quien recurrir, es imposible que se vaya. El silencio se hizo pesado, y en ese vacío mental, la incertidumbre se convirtió en una pesadilla const

