**NICKY**
Me reí, aunque no era gracioso. Era patético, era todo tan absurdo.
—Claro que no es como antes. Porque antes te metías en mi vida con disimulo. Ahora ni eso haces —repliqué, sin contener mi sarcasmo.
Aurora se levantó, rígida y dolida, o al menos pretendiendo estarlo. Sus gestos, aunque calculados, reverberaban una tensión que apenas podía ignorar.
—Esa mujer no te ama. No sabes de dónde salió, qué busca, qué hizo antes. Todo en ella es una sombra —dijo, directiva, apuntando a los mismos miedos que yo trataba de sepultar.
—¿Y tú qué eres? —le respondí, desafiando su juicio—. ¿La luz?
Se quedó en silencio por un segundo, y ahí supe que le había dolido. Su rostro, que primero reflejaba compostura, ahora parecía una tormenta a punto de estallar.
—La odio —dijo al fin, sus
