Annika se encontraba asombrada al ver la magnitud del edificio y la cantidad de empleados que pululaban por las diferentes oficinas. La empresa, dedicada a las embarcaciones, estaba en pleno proceso de expansión internacional. Los pasillos eran como ríos de gente, y el zumbido de conversaciones y teléfonos llenaba el aire. Annika se preguntó cuántas historias se escondían tras esas puertas cerradas, cuántos sueños y ambiciones se tejían en aquel laberinto de oficinas. El tiempo transcurrió velozmente, y Christoph fue a buscar a Annika. La encontró inmersa en una animada conversación con uno de los empleados de marketing. Su entusiasmo por el mundo del marketing era evidente, y Christoph decidió esperar pacientemente a que terminara de hablar. Finalmente, Annika se despidió de su interlo

