Sintió aquel recorrido eterno, no veía la hora de poder salir de aquel acto casi macabro en el que se estaba volviendo completamente loca. Sus nervios estaban de punta, su cordura en definitiva estaba siendo probada con aquello, solo una vez en su vida había vivido una situación que no podía controlar, y juro que nunca más volvería a vivirla, pero aun así las situaciones eran completamente diferentes. En aquel momento ella era tan solo una niña de 15 años siendo secuestrada por un grupo de alemanes que buscaban controlar el mundo raptando a los herederos de los Capos más poderosos del mundo, fue en esa situación que conoció a Serkan. El turco al igual que ella estaba atado con las manos en la espalda y una venda en los ojos y aunque los raptores les encantaría estar escuchándolos gritar

