No comprendía porque había hecho aquello, pero de alguna forma se lo agradecía, no era la venganza que Gabrielle se merecía, ella necesitaba que quien fuese que muriera sufriera, sufriera al punto de sentir que era mejor estar muerto que en las manos de Ozan o incluso de las suyas propias, pero aun así agradecía el gesto que tuvo. Alexei estaba demostrándole que estaba dispuesto hacer por ella y por su amor todo lo que fuera necesario para que dejara que él acariciara, aunque fuera uno solo de sus cabellos, son dejarlo ver su cuerpo semidesnudo seria suficiente para él, por el momento claro, porque no iba a resistirse a verla en esas pequeñas batas de dormís que estabas hechas de esa fina y suabe seda con bordes un sexy encaje que lo hacían perder la cordura. En su mente retorcida y lujur

