Drage la arrastró hacia el lado para poder acostarla y cubrirla con su cuerpo con la respiración jadeante y la piel brillando por el esfuerzo y la excitación.
- Necesito... - jadeó respirando de manera irregular apoyando su frente sobre la de la joven - No puedo...Compañera...
Sus palabras cargadas de deseo contenido con los ojos oscurecidos por lo que estaba pasando, parecían una súplica. Se estaba conteniendo, quería respetar los deseos de su compañera, pero su instinto estaba exigiendo acoplarse a ella y tomarla.
- Hazlo...
La solitaria palabra que salió de los labios de Leoni, fue lo único que necesitó para liberar el control que se había forzado a mantener. La acarició y besó como si no hubiese mañana, todo su cuerpo quedó marcado por el suyo, dejando claro que esa mujer le pertenecía. Posesivo, bajó para recorrer con la mirada su centro, palpitando ahora por el placer y gruñó satisfecho cuando su lengua la tomó por asalto. Lamió, besó y succionó todo lo que el cuerpo de su compañera le entregó, grabando su aroma y sabor en su propio cuerpo.
Con suavidad, introdujo un dedo en su canal rompiendo la barrera para luego sacarlo y besar el lugar con reverencia lamiendo sus propios labios para reconocer el sabor de la sangre de su compañera. Era extraño para otras razas, pero ese ritual hacía que el dragón grabara cada aspecto de su complemento a un nivel que sincronizaba cada aspecto de su ser con el de su pareja.
- No podré esperar... - susurró guiando su m*****o a la entrada y Leoni lo sorprendió abriendo las piernas para recibirlo con el rostro sonrojado y los labios hinchados por los besos.
- Mío...- la escuchó decir en un ronroneo ronco - Eres mío...
La declaración hizo sonreír a Drage quien la penetró de golpe sin darle tiempo a reaccionar al dolor. La escuchó gritar de la sorpresa, pero cuando se inclinó ante ella, le rodeó el cuello con los brazos para atraerla más cerca. Lentamente, Drage comenzó a entrar y salir hasta que la excitación de ambos se convirtió en embestidas profundas llenas de placer.
A medida que ambos se acercaban al orgasmo, la energía de Drage se liberó para rodearlos en tanto las heridas iban cerrándose hasta desaparecer. Incluso la herida de la escama del corazón en su pecho fue diluyéndose hasta dejar la marca original en la piel del dragón, la que pulsaba en un color n***o y azul al igual que la de Leoni.
Drage se aseguró de llevar a su compañera al climax con él y cuando sintió el espasmo de su propia liberación observó a su compañera quien lo apretaba en su interior y sus ojos brillaban como los de un dragón. La visión frente a él y el orgasmo combinado, liberó un golpe de energía que recorrió la fortaleza al igual que el rugido de poder de Drage que llenó el bosque.
Con la respiración rápida subiendo y bajando por su pecho, besó a la joven con una suavidad que le sorprendió a él mismo.
- Compañera...Eres Mía - susurró con una voz ronca más cercana a su forma de dragón que a la humana que tenía en ese momento y recibió una sonrisa de la mujer bajo él quien parecía estar en un estado de placer aumentado.
Con sorpresa, Drage sintió como el cuerpo de la joven se volvía aún más suave y terso, casi como la piel de un elfo y sus ojos brillaban de verde, adoptando una forma de reptil como los suyos y antes de que pudiera levantarse, la joven se incorporó para besar la marca en el pecho la que pulsaba como un ente vivo.
- Mi marca... - murmuró antes de cerrar los ojos y caer sobre las almohadas.
Drage la miró por un momento, sobrecogido por el gesto y se movió con cuidado para salir de ella y cubrirla con las mantas antes de caminar hacia un espejo cercano, el que reflejó su cuerpo desnudo llevándose la mano a su pecho donde la marca se veía claramente y observó su rostro y piel, los que también habían sufrido cambios al dejar atrás el cansancio y el paso de algunos años en tanto se hacía más suave y terso...Ambos habían sincronizado sus vidas para envejecer juntos.
Por un momento, se quedó perplejo ante su reflejo, pero luego caminó hacia la ventana y saltó para transformarse en dragón y se elevó para sentir el aire de la noche a su alrededor. Cuando atravesó las nubes y la luz de la luna lo cubrió, algo en su interior fluyó como agua tibia recorriendo cada fibra de su ser pulsando con energía pura. Cerró los ojos concentrándose en su alrededor y todo parecía ser parte de él como él parte de todo. Cada ser mágico, hada, espíritu o elfo parecía resonar en su corazón y eso lo sobrecogió. El era el guardian del reino sobrenatural. Era la misión encomendada por los dioses, mantener el equilibrio entre los seres divinos no importando la r**a. Era el ejecutor.
"Por sus compañeras serán perdonados" - le dijo una voz en su cabeza - "La horda debe conservar el equilibrio de los reinos del mundo. Los observaremos, dragón n***o"
Tal como había surgido, la voz desapareció y Drage inclinó la cabeza.
- Cumpliremos la encomienda - respondió en voz alta antes de volver a la fortaleza y a su compañera.