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1402 Words
Sigue a Tu Corazón Leoni respiró profundo, sintiendo la firmeza y calidez que irradiaba el cuerpo de Drage mientras yacía acostado. Sabía que este momento era crucial, tanto para él como para ella; no solo por el vínculo que los hermanos le habían explicado, sino porque algo profundo dentro de ella también lo deseaba. Era como si toda su vida hubiera esperado ese momento, sin siquiera saberlo. Él estaba recostado, con los ojos cerrados para no mostrarle una expresión que pudiese asustarla, inmerso en su propio silencio y ansiedad. Leoni podía ver el suave movimiento de su pecho al respirar y notó cómo la tranquilidad parecía envolverlo. Esa calma le dio el valor que necesitaba. Con paso decidido y sin dudarlo, subió a la cama y se acercó hasta sentarse a horcajadas sobre él. Sus rodillas se hundieron en el colchón y su propio pecho subía y bajaba con la agitación, pero no era de nerviosismo, sino de anticipación. Drage abrió lentamente los ojos, sus miradas se encontraron y Leoni pudo ver la sorpresa en sus ojos. No esperaba esa acción. Sin embargo, él no se movió, no la detuvo; solo la observó, como si estuviera procesando lo que ella hacía, como si le diera todo el control. Leoni exhaló suavemente y llevó sus manos hacia el rostro de él, acariciando su mandíbula y sintiendo la textura de su mejilla. Drage cerró los ojos por un instante, como si se rindiera ante su toque y una chispa de confianza se encendió en ella. Con un movimiento suave, se inclinó hasta que sus labios casi rozaron los de él, el calor de su respiración entrelazándose. -Drage… - murmuró, su voz apenas un susurro. Él abrió los ojos otra vez, mirándola con intensidad, sin necesidad de palabras. Leoni sintió que su corazón latía con fuerza, pero a la vez una serenidad extraña la invadía; era como si, estando sobre él, todos los miedos y dudas se disiparan. Estaba conectada a él de una manera inexplicable y aquella calma que él proyectaba era ahora también suya. Tomando otra respiración profunda, se inclinó con sus labios finalmente encontrando los de él en un beso suave, apenas un roce, que se fue profundizando lentamente. Las manos de Drage se movieron, subiendo lentamente hasta descansar en sus caderas y en ese contacto ella sintió la fuerza contenida de él, como un fuego bajo control, esperando solo que ella lo encendiera por completo. La presión de las manos de Drage en su cintura le daba estabilidad, mientras sus labios exploraban los de ella, sin prisa, con paciencia, pero llenos de un anhelo creciente. Leoni sintió cómo él respondía al beso, cómo las barreras que él mismo había construido empezaban a desmoronarse bajo su toque, bajo la conexión que cada vez se volvía más profunda. Leoni se apartó solo un instante para mirarlo, su rostro iluminado por la luz tenue de la habitación y le dedicó una sonrisa suave, casi tímida. La fuerza de Drage, su presencia, la rodeaban, pero lejos de intimidarla, le daban una seguridad que nunca antes había experimentado. -Estoy aquí, Drage y no pienso irme. - susurró, antes de inclinarse una vez más para besarlo con más intensidad, dejando que la conexión entre ellos los envolviera. Drage sintió una mezcla de admiración y desesperación. Era fuerte, más fuerte de lo que jamás habría imaginado. La idea de que ella estuviera dispuesta a arriesgar todo por él lo llenó de una emoción indescriptible, pero también de una inquietud profunda. - Eres valiente. - dijo finalmente, su voz llena de sinceridad. Leoni sonrió, pero el brillo en sus ojos se desvaneció cuando volvió a concentrarse en hombre que tenía frente a ella. El vínculo que compartían se intensificaba, una corriente de energía y emociones que lo envolvía. Drage pudo sentir cada latido de su corazón, cada susurro de su mente y, por un instante, el mundo exterior se desvaneció por completo. Cuando separó sus labios de los de ella, Leoni miró a Drage con una mezcla de preocupación y aliento, como si estuviera esperando una respuesta. - No es tan grave como parece. - dijo Drage quien podía ver la preocupación en su mirada al tocar la marca de su pecho rota por la herida mal curada. La herida era una marca de lo que había pasado y, aunque no le gustaría que se preocupara por él, era su compañera y era todo lo que deseaba proteger. - Gracias, Leoni. -susurró, sus ojos encontrando los de ella. Antes de que pudiera pensar en lo que estaba haciendo, la atrajo hacia él y la abrazó, sintiendo su calidez y la fragilidad de su cuerpo contra el suyo. En ese momento, supo que haría lo que fuera necesario para protegerla, incluso si eso significaba enfrentar a sus propios demonios. Dejándola hacer, la soltó para que continuara. Mientras Leoni tocaba el borde del pantalón con las yemas de los dedos, Drage, se mantuvo tranquilo. - Esta es la primera vez que quito la ropa de un hombre con mis propias manos… Después de tragar saliva seca, metió los dedos en el pantalón y lo desabrochó. Drage contuvo el aliento cuando vio dudar a Leoni al ver el enorme bulto entre sus piernas. La joven miró a Drage a los ojos y, decidida, bajó los pantalones de su compañero. Los genitales vírgenes no sólo eran lisos y sin un solo pelo, sino que también tenían un color rosado intacto. - Somos dragones...No tenemos pelo...extra... - susurró con timidez. - Quiero tocarte... - murmuró Leoni y Drage asintió. - Haré lo que quieras, compañera... Leoni respiró profundo antes de estirar las manos hacia su torso y comenzar a acariciarlo. Cada toque hacía que Drage se estremeciera y apretara los puños para controlarse, pero no pudo evitar tener una erección que se frotó con el trasero de la joven. - Me estoy excitando... - reconoció cuando la joven lo miró confundida - Necesito prepararte o dolerá cuando entre en ti... - No te muevas...Quiero...Yo... - ¿Te has dado placer a ti misma? - preguntó Drage con voz ronca. La joven negó con la cabeza y Drage la observó por un momento antes de sujetar su m*****o. - Levántate... - le dijo y la joven obedeció para ver cómo el joven sujetaba su erección hacia él dejando el eje hinchado a la vista - Siéntate sobre él...Comienza a moverte de adelante hacia atrás... Leoni movió la cintura hacia adelante y hacia atrás mientras mantenía los ojos en el rostro de Drage quien apretó los dientes entre tanto los genitales se frotaban entre sí. Poco a poco las respiraciones se aceleraron y la joven comenzó a sentir placer por el roce constante. Drage parecía hechizado por la vista, sobre todo cuando olió su excitación. Demonios. Olía de maravilla. Excitado, Drage tensó las caderas para subir el ángulo cuando vio que su compañera se estaba perdiendo en su propio placer. Dejaría que se corriera para poder penetrarla sin dolor. La observó y vio como su cuerpo buscaba su propio placer hasta que los jadeos contenidos no pudieron ser silenciados y sus uñas se enterraron en su abdomen, el que estaba usando para darse estabilidad. Con desespero, la joven echó la cabeza hacia atrás pronunciando su nombre entre gemidos cuando llegó al orgasmo y a Drage le pareció el sonido mas sensual que había escuchado. Mientras el dragón dejaba que Leoni volviera a sus sentidos, la levantó ligeramente viendo el fluido pegajoso que los unía haciendo que la erección le doliera aún más. Con cuidado se sentó para abrazarla y luego comenzó a besarla para darle la confianza en que lo había hecho bien. Lentamente bajó por su mandíbula, su cuello y el pecho deslizando la punta de los dedos por su hombro como si estuviese tocando el tesoro más preciado. - Eres hermosa - le dijo con voz ronca entre pausas de besos. - Drage... - susurró la joven perdida en las sensaciones dejando que su compañero liberara el vestido para sacárselo por la cabeza revelando su cuerpo y unas ligeras bragas de tela tan delgada que parecían las alas de un hada. Con un gruñido, Drage bajó la cabeza para besar sus senos, atrapando sus pezones con los dientes y luego lamer y succionar hasta que la oyó gemir y aferrarse a él hundiendo los dedos entre su cabello murmurando su nombre como un mantra.
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