Corazón de Dragón
La noche se había asentado suavemente sobre el bosque, la luz de la luna filtrándose a través de las hojas, creando un paisaje de sombras danzantes.
En la calma de su sueño, Leoni se encontró rodeada de un resplandor plateado que iluminaba el claro donde estaban. De repente, se vio rodeada por los seres etéreos del bosque, sus formas fluidas y luminosas emergiendo de entre los árboles.
Sus rostros eran serenos y sus ojos brillaban con una sabiduría ancestral. Uno de ellos, el espíritu que había hablado con Drage, se adelantó y sonrió.
- Excelencia, Lady Black, corazón de dragón. - le dijo con voz suave como un susurro del viento - Debes ser fuerte. Un peligro acecha a tu compañero. Algunos humanos desean hacerle daño.
El corazón de Leoni se aceleró al escuchar esas palabras. La preocupación la invadió y sintió el peso de la responsabilidad que llevaban juntos.
- ¿Qué puedo hacer? - les preguntó ansiosa - Soy sólo una humana.
Los seres se miraron entre sí, compartiendo una complicidad que le transmitió calma. Otro espíritu, con alas que brillaban como estrellas, se acercó más, su mirada llena de ternura.
- Tu humanidad no es un obstáculo, sino un puente. - respondió el ser - Tú y el dragón n***o comparten un vínculo más profundo que la carne. Eres un corazón de dragón y por lo tanto, parte de nosotros.
Leoni frunció el ceño, sintiéndose perdida en la complejidad de lo que eso significaba.
- ¿De verdad? Pero soy... solo humana.
El primer espíritu inclinó la cabeza, su risa musical resonando en el aire.
- Ser humano no te hace menos. La fortaleza de tu amor y la pureza de tu corazón han sellado un pacto con nosotros, los protectores del reino sobrenatural. Te hemos observado a lo largo de los años y hemos visto tu corazón. Por lo tanto, cuando pidas protección, nosotros estaremos a tu lado.
Leoni sintió una oleada de poder y esperanza. La idea de que los seres del bosque la aceptaban, que su amor por Drage la había vinculado a ellos, le dio un nuevo sentido de propósito.
- ¿Cómo puedo pedir su ayuda?
- Simplemente habla desde tu corazón. - le dijo el espíritu de alas estrelladas - Nosotros escucharemos. Este bosque y todos los bosques son refugios de poder y como compañera del dragón n***o, tú también formas parte de su magia.
Leoni se sintió aliviada, pero también asustada por la responsabilidad que eso implicaba. Sabía que tendría que ser valiente, no solo por ella, sino por Drage y todos los que dependían de su protección.
- Prometo ser fuerte. - afirmó, su voz firme - Haré todo lo que esté en mis manos para protegerlo y a ustedes.
Los seres del bosque sonrieron, su luz brillando con intensidad, llenando el claro con un aura de esperanza y determinación.
- Confía en ti misma, Excelencia. Estamos contigo.
- ¿Por qué me llaman así?
-Eres la compañera del rey de los dragones, el dragón n***o, el poder de los dioses y protector de los reinos.
- ¿Drage es tan poderoso? -preguntó sorprendida.
Los seres soltaron risitas complacidas.
- Nos alegra que lo ames por quien es y no por su poder, Excelencia. - dijo el ser con una sonrisa de aprobación.
- Lo hubiese amado si incluso fuera humano...pero sé que el que sea un dragón le da la fuerza que admiro y amo.
- Sabias palabras, mi señora...Estaremos cerca...
A medida que las palabras de los espíritus resonaban en su mente, el sueño de Leoni se desvaneció lentamente, pero la luz y el poder de esa conexión permanecieron con ella, dejándola llena de resolución.