El Dragón Dorado, con un movimiento ágil, se quitó la chaqueta y deslizó la camisa de sus hombros, revelando la marca en su pecho: una serie de líneas doradas y negras que formaban un intrincado patrón que latía suavemente, como si estuviera vivo. Su piel reflejaba la luz cálida de la sala y los tonos dorados de la marca parecían brillar con un resplandor propio, marcando la conexión con su compañera humana.
Drage lo observó en silencio, sus ojos recorriendo la marca con fascinación y cierto anhelo. Había escuchado historias sobre la marca que unía a los dragones y sus compañeras cambiaba al consumar la unión, pero verlo frente a él, en otro de su especie, le producía una extraña mezcla de emoción y recelo. No pudo evitar llevar una mano a su propio pecho, a la zona donde debería estar su propia marca, incompleta por la falta de la escama. El contraste era evidente y, por un instante, sintió que esa cicatriz, esa ausencia, pesaba más de lo que hubiera querido admitir. Ahora sólo su compañera tenía el tatuaje de su marca en la piel.
- Así que realmente…cambia - murmuró Drage, sin poder apartar la vista del símbolo en el pecho del Dragón Dorado - Así que realmente es cierto. La marca… se enciende cuando el vínculo se completa.
El Dragón Dorado asintió lentamente, sus ojos dorados, profundos y llenos de amor, reflejando una comprensión antigua.
- Es cierto, hermano. Esta marca es nuestro lazo, nuestra promesa y también nuestra fuerza. Sin ella, siempre hay un vacío, un anhelo una parte de nosotros que permanece incompleto… hasta que encontramos a nuestra compañera.
Drage asintió, todavía impactado. La conexión era poderosa, pero él apenas podía imaginar lo que significaría para él, que apenas estaba empezando a conocer el alcance de ese lazo.
- Es por eso por lo que debes proteger tu vínculo a toda costa - continuó el Dragón Dorado, con un tono que combinaba seriedad y calidez - Esa marca, cuando esté completa, será tu defensa y tu fortaleza. Tal vez no entiendas del todo su importancia ahora, pero lo harás en su momento. Es tu destino… y también el nuestro.
Drage bajó la mano de su pecho, sin apartar la mirada de su hermano dragón. Sabía que aún le quedaba un largo camino por recorrer para alcanzar la paz que el otro ya poseía, pero en ese instante comprendió la verdadera dimensión de lo que significaba ese lazo.
Drage, todavía con la mirada fija en la marca del Dragón Dorado, suspiró y se apartó, cruzando los brazos. La preocupación en sus ojos era palpable y el peso de sus palabras pareció llenar la estancia con una solemnidad inesperada.
- Me inquieta, hermano - dijo finalmente, su tono bajo y cargado de duda - Esta princesa… ella es humana, joven. Apenas una llama en comparación con mi vida, que ha visto casi un milenio. ¿Cómo puedo yo, un anciano en la plenitud de mi fuerza, encajar en la vida de alguien tan… frágil?
El Dragón Dorado observó a Drage en silencio, permitiendo que desahogara sus pensamientos.
- No me malinterpretes - continuó Drage, agitando una mano al ver su expresión, como intentando deshacerse de la preocupación - No puedo negar el vínculo que nos une; eso lo siento, eso me quema en el pecho, incluso incompleto como está ahora que estoy despierto, pero ella es joven, seguramente sin experiencia en la dureza del mundo. Tal vez aún no comprenda la magnitud de lo que somos, de lo que podríamos llegar a ser… Y yo… soy, pues, mucho más de lo que cualquier humano puede soportar. En todos los sentidos...
Drage se sonrojó violentamente después de hablar sorprendiendo a su hermano.
- Ni siquiera he tenido un amante estos mil años...
El Dragón Dorado sonrió levemente, una mezcla de comprensión y nostalgia en su expresión.
- Yo también sentí lo mismo al principio - le confesó - Esa preocupación de que nuestra diferencia en años fuese una carga para ella. Sin embargo, los lazos entre dragón y compañera no se forjan solo por el tiempo. Los humanos son frágiles, sí, pero poseen una fortaleza interior sorprendente, especialmente cuando están destinados a nosotros. La edad de un dragón o de un humano importa menos de lo que piensas. Este vínculo te hace a ti tan joven como a ella y a ella tan fuerte como tú. Cuando el vínculo se consuma ella deja de envejecer y vive a la misma velocidad que tú. Se vuelve inmortal como nosotros.
Drage lo miró, intentando procesar esas palabras. La perspectiva de un lazo eterno, que trascendía la fragilidad de la carne y la edad, era algo que aún no podía comprender del todo.
- Es difícil de imaginar… - admitió, bajando la vista al suelo de piedra pulida - Me parece tan lejano de lo que he conocido hasta ahora. Es… extraño, saber que alguien que apenas está comenzando a vivir, que debe tener toda una vida por descubrir, está destinada a mí, que ya he vivido y he visto tanto.
El Dragón Dorado colocó una mano en el hombro de Drage, en un gesto de apoyo y certeza.
- Hermano, la edad y la experiencia pueden ser barreras, sí. Pero cuando el vínculo se complete, esas barreras desaparecerán. Ella no verá tus siglos de experiencia como una carga, sino como una guía. Y tú aprenderás a ver su juventud y fragilidad como un recordatorio de lo que significa vivir con intensidad. Dale tiempo, dale paciencia y aprende a verla desde una nueva perspectiva. Ambos pueden ser mucho más de lo que imaginan y juntos, pueden alcanzar algo que no podrías lograr por tu cuenta.
Drage asintió, aunque las dudas no se disiparon del todo. Pero, al menos, se sintió reconfortado, como si el peso de su incertidumbre se hubiese aligerado solo un poco.
- ¿Tu compañera, qué edad...? - le preguntó con curiosidad
- Cien años humanos...
- Desconozco información de los compañeros. Nunca me interesó y cuando llegó Glenn ambos éramos niños por lo que no estudiamos sobre eso.
- Pediré a nuestro hermano Maret que busque información en la biblioteca que tiene. Es el que viene después de mi, pero parece un anciano. Siempre estudiando...De todos nosotros, si algo no sabemos, él seguro tendrá la respuesta.
- ¿Tienen el enlace mental? - preguntó sorprendido
- He hablado con ellos desde que nos avisaron que venías en camino...Se abrió en cuanto despertaste y supiste de nosotros...Si el líder está consciente de sus hermanos, este se abre. De esta tierra somos los seis.
- ¿Y por qué no puedo escucharlos?
- Porque lo cerramos para no abrumarte...Sabemos que todo es nuevo y es demasiada información para acabar de despertar. Podemos sentir tu preocupación por el enlace. Acordamos liberarlo hasta que tengas a tu compañera contigo.
- No soy tan débil... - se defendió.
- Nos dijeron que no te enlazaste con la anterior generación... Tal vez el consejo tiene razón y eres el primero de la nuestra, solo que naciste antes. De lo contrario no te sentiríamos ahora...
- Tiene sentido... - le dijo Drage sumergiéndose en el agua para evitar que viera su expresión.
Era demasiada información y sentía que iba a explotar. Necesitaba volar para gastar energías o escupiría fuego.
Literalmente.