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1169 Words
Desafiando al Rey El gran salón de audiencias del rey de Sax era un espacio imponente, adornado con tapices que representaban batallas épicas y escenas de la historia del reino. Las grandes ventanas, cubiertas por pesadas cortinas de terciopelo, dejaban entrar un resplandor tenue que iluminaba la sala, pero no era suficiente para suavizar la tensión que impregnaba el aire. El rey de Sax se encontraba sentado en su trono, observando con desdén a su general. Colton se presentó ante él con una arrogancia apenas disimulada. Su túnica de cuero n***o le daba un aire de peligro, mientras que su mirada fría y calculadora era como una espada desenvainada. El rey había estado anticipando esta reunión con el cazador, pero nunca imaginó que la conversación daría un giro tan siniestro. - He venido a hablar de un asunto de suma importancia, su majestad. - comenzó Colton, su voz suave, pero con un tono amenazante que resonó en la sala. El rey se inclinó hacia adelante, su expresión se endureció al instante. No había confianza entre ellos y la animosidad que había crecido a lo largo de los años no hacía más que aumentar. Cada palabra que Colton pronunciaba lo llenaba de desconfianza. -¿Y qué asunto podría ser tan urgente que te traiga hasta mi corte, general? - le preguntó el rey con el tono marcado por el escepticismo - ¿Acaso has encontrado un nuevo método para acorralar a los dragones? Colton sonrió, pero no había alegría en su rostro. Era una sonrisa fría, como el acero de su daga. - No, su majestad. He venido a informarle que el tiempo de hablar ha terminado. He decidido que es hora de actuar. El rey levantó una ceja, sorprendido y alarmado. Los rumores sobre los dragones habían comenzado a cobrar fuerza en el reino después de la visita del dragón azul y la aparición de otro dragón de color verde para llevarse a la princesa, él había estado preparado para cualquier intento de Colton por afianzar su poder, pero esto era algo diferente. - ¿Actuar? ¿Qué significa eso? - preguntó, manteniendo su voz firme, aunque su corazón palpitaba con fuerza en su pecho. - Significa que voy a llevar a cabo un ataque. - respondió Colton, sin vacilar - He estado reuniendo fuerzas y aliados en secreto, y voy a lanzar un asalto contra los dragones. El aire se volvió gélido. El rey se enderezó en su trono, su expresión de asombro se transformó rápidamente en una mezcla de ira y desdén. - ¿Estás loco? - exclamó, su voz reverberando en las paredes de piedra del salón - ¿Vas a usar a mi ejército? Sabes lo que eso significaría. Los dragones son poderosos. No podemos enfrentarlos sin consecuencias devastadoras. Colton se rio, un sonido despectivo que resonó en la sala. - ¿Consecuencias? - repitió, como si la idea le pareciera ridícula - ¿Qué consecuencias, su majestad? ¿La caída de un par de criaturas legendarias? No me hagas reír. He usado al reino de Sax como base para mis planes. Ustedes han sido demasiado lentos para actuar, así que tomé la iniciativa. El rey palideció de rabia. Cada palabra de Colton era como un golpe, un recordatorio de cuán poco podía confiar en el hombre que tenía frente a él. - ¿Qué has hecho? - le preguntó, el tono de su voz era grave - ¿Cómo has usado mi reino? Colton dio un paso adelante, su mirada desafiante iluminada por una mezcla de ambición y desprecio. - He forjado alianzas con otros cazadores y mercenarios y he utilizado tus recursos, tus hombres, para aumentar nuestras fuerzas. He estado haciendo lo que tú, rey de pacotilla, no has tenido el valor de hacer. La ira ardía en el pecho del rey. Sabía que Colton había estado reuniendo fuerzas, pero nunca pensó que iría tan lejos como para traicionar al reino de Sax. - Eres un traidor, Colton. - dijo el rey, cada palabra escupida como un veneno. La traición era una ofensa imperdonable y el rostro del hombre se tornó sombrío - Esto es inaceptable. Colton se encogió de hombros, como si las palabras del rey no tuvieran ningún peso. - La lealtad es una cuestión de conveniencia. - replicó el general - No te engañes, majestad. Ambos sabemos que nunca hemos confiado el uno en el otro, pero ahora tenemos un objetivo común: los dragones. Ellos son la verdadera amenaza para el reino. El rey lo miró con desprecio. - ¿Un objetivo común? ¿Desde cuándo un cazador como tú se preocupa por la seguridad de mi reino? - exclamó, su voz resonando en la sala. Colton había cruzado una línea que nunca debería haberse cruzado. - Desde que vi la debilidad en tus acciones. - respondió Colton, la risa burlona de sus labios cortando el aire como un cuchillo - Los dragones han arrasado poblaciones, amenazando nuestra existencia. Si no los detenemos, todos acabaremos muertos. Así que me he adelantado. El rey apretó los puños, sintiendo cómo la rabia brotaba en su interior. Colton había desatado una tormenta, y su temeridad podría traer la ruina a Sax. - No puedo permitir que continúes con esto. - le dijo el rey, su voz tensa - No te daré mi apoyo, ni permitiré que utilices a mis hombres para tu causa. Colton se rió nuevamente, un sonido lleno de desprecio. - Tus hombres ya están conmigo, majestad ¿O acaso crees que no he preparado el terreno? Han sido reclutados, convencidos de que su lealtad está con la causa de erradicar a los dragones. Muchos han perdido seres queridos por su culpa. El odio crece y tú no lo ves. El hombre se sintió golpeado por la verdad de sus palabras. Era cierto que el temor y el odio hacia los dragones estaban alimentando el deseo de venganza en el corazón de los hombres. - Pero eso no es suficiente. - replicó el rey - No podemos enfrentarlos sin una estrategia, sin planes a largo plazo. Un ataque imprudente será nuestra condena. Colton se acercó un paso más, acercando su rostro al rey, con los ojos resplandeciendo con una pasión peligrosa. - ¿Y qué propones? ¿Esperar a que ellos ataquen de nuevo, a que destruyan más vidas? Te has sentado en este trono demasiado tiempo y has perdido tu oportunidad de actuar. La rabia del rey se desbordó, y su voz resonó como un trueno en el salón. - ¡No me amenaces, Colton! Te he tolerado demasiado y esto es una traición a Sax. No puedes simplemente hacer lo que quieras. Colton levantó una mano, como si deseara calmar la tormenta que él mismo había desatado. - No estoy aquí para amenazarte, majestad. - le dijo con la voz cargada de un poder inquietante - Estoy aquí para ofrecerte una oportunidad. Conmigo, podrías ser el rey que lleve a Sax a la victoria. De lo contrario, morirás.
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