El siguiente mes fue una tormenta de preparativos y emociones encontradas. Sabía que asistir a la reunión familiar de los Magno no era cualquier evento. Blanca ya había dejado claro que no estaba de acuerdo con nuestra relación, y ahora, iba a enfrentarla en su propio terreno, rodeada de su círculo de amigos y familiares. Pero Alejandro y yo habíamos llegado demasiado lejos para retroceder. La noche de la reunión, mientras me preparaba frente al espejo, los nervios empezaron a hacer efecto. Elegí un vestido n***o de corte elegante pero sencillo, algo que no llamara demasiado la atención, pero que mostrara que estaba a la altura del evento. Me miré una última vez, tomando aire, y en ese momento sentí una mezcla de orgullo y miedo. Estaba lista para enfrentarme a quien fuera por Alejandro.

