Capítulo 8

1859 Words
Liam curaba la mano de la castaña, ella se había perdido en sus ojos, lo miraba tan asombrada por los colores tan intensos de su iris, aún seguía molesta por lo ocurrido, pero tenerlo tan cerca y sintiendo su tacto la ponía en descontrol. En ese instante quería sentir si sus labios eran tan suaves como se miraban, si su cabello se deslizaría a través de sus dedos. Pensaba en ese sentimiento y esa sensación al sentir su aliento rosado casi sus labios. En su mente está el pensamiento de lo salvaje que era ella, sonreía al recordar como su puño choco con la cara del padrastro de Amelia, dio gracias a Dios que logro presenciar esa belleza de escena. Si se lo hubieran contado no tendría la misma satisfacción que sintió al ver como aquel hombre caía de culo al suelo. —¿Aún te duele?. —Le pregunto sobando su muñeca. —Si un poco — dijo ella en un bostezo, no había logrado dormir por la cabreada que se encontraba. Amelia junto a Gabriel dormían en uno de los sillones, ella abrazaba al pelinegro y él le correspondía el abrazo. Amelia estaba tan alterada por los gritos de su madre y de su padrastro que comenzó a sentirse mareada y con falta de aire, Gabriel la abrazo para calmarla y así los dos se quedaron en el sillón, poco a poco se fueron quedando dormido. La señora Margaret tomó su medicamento para la presión y se dirigió a su habitación, ella estaba demasiado mayor para todo el drama familiar. Hace años estaría esperando a su nieto, pero su edad ya no lo permitía. La castaña esperaba que su madre y su padre llegaran, ya que su hermano les había hecho saber lo que había ocurrido unas horas atrás. Amelia no quería que le informaran a la policía porque era de su madre, de la que estaban hablando, a pesar del daño, ella amaba a su madre y no permitirá que la policía se involucrara. Quería que nada de lo sucedido saliera a la luz, no quería estar en boca de la gente ni causar más problemas en casa. Angie estaba molesta con su amiga por dejar que la maltrataran de esa manera; sin embargo, sabía lo masoquista que era su amiga y no la podía cambiar así la amaba. —¿por qué te ríes? —Pregunto la castaña a Liam al ver que sonreía debes en cuando. —Por nada. —Dijo el más serio o bueno trato de aparentar que no sonreía. El sonido de un auto parqueándose llamo la atención de ambos, salieron al corredor para confirmar que se trataba de sus padres y no del idiota del padrastro de su amiga. —Mi princesa, —Salió su madre a su encuentro. — ¿estás bien?. —Tomo la mano de su hija para revisarla, ya que Liam se la había vendado, no logro ver el estado de su mano. No tenía ninguna herida, pero se le estaba inflamando y la tenía un poco colorada. —Si madre estoy bien, solo le partí la cara a ese sujeto. —Esa es mi hija. —Dijo el castaño con orgullo. — Espero le hayas pateado bien el trasero. —La abrazo con fuerza y le dio un beso en la frente. —¡Ángel!. —Se quejó Lucia entrando junto a Liam y a su hija. —Gracias Liam por cuidar de ellos. —Ella no necesitan que la cuiden, ella sabe como cuidarse. — Dijo Liam, sonriendo. El castaño asintió a lo dicho de Liam, ya que el joven tenía razón desde pequeño Ángel les enseño a defenderse por todo lo que ellos vivieron, querían que sus hijos supieran como defenderse de situaciones de riesgos. Angie comenzó a contarle detalle a detalle todo lo ocurrido y todo lo que ella sabía con respecto al maltrato de su amiga y de cuantas veces la aconsejó para que hablara con su madre. —¿Por qué nunca lo mencionases?. —pregunto su madre. —Porque no me concierne madre, es la decisión de Amelia y yo la respeto, ella es su madre. Aunque no este de acuerdo, se lo prometí y una promesa no se rompe tan fácil, no para la familia Chacón, ¿no es así padre?. Ángel asintió mientras tomaba una taza de chocolate que había preparado su esposa. —Estás en lo correcto mi pequeña, pero cuando se trata de la integridad o la vida de otra persona, las promesas se rompen. ¿Qué crees que hubiera pasado?, si Amelia siguiera callando lo que ese infeliz le hace. —No quiero ni imaginar, papa, pero ya paso ella está aquí con nosotros. —¿qué piensa hacer?. —Pregunto su padre refiriéndose si la denunciaría. —No quiere padre. Su madre suspiró y comenzó a buscar una solución, en su cabeza el nombre de Verónica cayó como un rayo de luz, al igual que su organización, pero ellos seguros lo reportarían a la policía. —Mami se puede quedar con nosotros, no sé, adoptarla. Ángel y Lucia se miraron sorprendidos por lo que les pedía su hija. — Solo asta que cumpla la mayoría de edad, supongo que sería, mejor que esté con nosotros que con su madre. Ángel negó buscando otra solución, una en que no se involucrara la policía. —Amelia ya es como una hija para nosotros, pero al ser menor es posible que su madre reporte como secuestro. —No lo hará, Gabriel les dijo que llamo a la policía y se puso nerviosa porque sabe que sería ella la del problema, llega a un acuerdo padre, sé que no permitirás que su madre y su padrastro abusen de ella. ¿Te imaginas lo que serían capas de hacer?. Comenzó la castaña a darle ideas para que su padre accediera. —Estoy de acuerdo, lleguemos a un acuerdo con Carmen, solo es una adolescente Ángel, no sabemos que más podría hacerle ese hombre. Angie saltó de emoción al ver que su madre estaba de lado de ella y que trataba de convencer a su padre, dio pequeños aplausos y chillo de alegría. —Está bien, no te prometemos nada, hablaremos con ella, ahora ve a dormir un poco, ya que tienes que ir a estudiar. Angie arrugó él entre cejo, se sacudió en negación haciendo un berrinche. —Puedo faltar hoy, solo me queda media hora que voy a descansar en media hora. —Angie as caso a tu padre a demás es el primer día de Liam. Liam, quien se había mantenido callado en todo ese tiempo, levanto el rostro y miro a Lucia con la misma expresión que hizo la castaña. —Es mejor que falte y que no me esté durmiendo el primer día. —Apoyo a la castaña con lo de dormir, él más que nadie no había dormido nada. La castaña por lo menos durmió un poco antes de que llegara su amiga. —Para mañana quiero el avance de sus libros grandes. —Hablo la maestra cuando la clase estaba terminando. Amelia había faltado a clases, ya que Lucia quería estar sola con ella y platicar sobre lo sucedido, aunque ya había escuchado a su hija, quería saberlo de la boca de Lía, también quería llevarla a casa de su madre y llegar a un acuerdo. Angie junto a su hermano y Liam por obligación tuvieron que asistir a clases para su hermano, no era mucho el desvelo, ya que estaba acostumbrado a madrugar y él había dormido. En cambio, ella había pasado las dos primeras materias bostezando a la tercera, no aguanto más y se durmió en toda la clase. Liam se sentó en un asiento antes que ella, así ayuda a tapar la vista de la maestra y que no se diera cuenta de que la castaña dormía en hora de clases. Era su primer día y ya estaba más que aburrido, se dio media vuelta y vio que la castaña aún seguía dormida. —Ponle loser en la frente. —Dijo uno de los alumnos a otro. —Hazlo tú si quieres, no quiero que cuando despierte me patee el trasero. —No va a hacer necesario que ella despierte, si la tocan quien se los va a patear seré yo. Dijo Liam llamando la atención de los alumnos más cercanos a él. —oooh. Varias voces al mismo tiempo se escucharon. —¿quién eres tú?. —Dijo el alumno que menciono sobre manchar a la castaña. — Un loser igual que ella. Río por su mal chiste, ya que él había faltado el día anterior, no estuvo cuando presentaron a Liam. —Le vuelves a llamar de esa forma y te haré una cirugía gratis. —¡Pelea!, ¡pelea!, ¡pelea!. Gritaban la clase entera llamando la atención de la maestra y despertando a la castaña del hermoso sueño que estaba teniendo. —No tienes idea de quién soy. —Me importa unas tres hectáreas de mierda. La maestra caminó hacia los alumnos que estaban de pie con sus rostros tan cerca que parecían que se iban a besar. La castaña no entendía qué estaba pasando y porque Liam estaba a punto de pelear con el gorrilla de la clase. —Liam —Ella lo tomo de la mano haciendo que este retrocediera. —Fue suficiente, ¿Puedo saber qué está pasando?. —Miro a Liam, luego a Angie buscando una respuesta. La castaña se encogió de hombros al no temer idea, Liam no dejaba de ver al compañero, mantuvo su rostro firme al punto que el otro compañero miro para otra dirección al sentirse incómodo. —Su primer día y ya está buscando pelea. —Dijo la maestra. La campana para el receso sonó y la castaña dejo caer su cabeza en la mesa con la intención de volver a dormir. Las compañeras se amontonaron cerca de Liam con las hormonas alborotadas y comenzaron a bombardearlo con miles de preguntas. Al no tener silencio se puso de pie y camino a la salida, sin Amelia junto a ella, se sentía desnuda a la vista de todos, salió hacia una zona prohibida y se acostó en una de las bancas para seguir durmiendo. —Loser —Grito el compañero. —Te estoy hablando. —Dijo acercándose a ella y votándola de la banca. —Qué carajo quieres Mateo, déjame en paz, no estoy de humor para tus estupideces. —Crees que me interesa. —dijo él tomándola del brazo y contramandándola con una pared cercana. Angie se sentía débil y aún estaba adormitada, por esa razón no hacía por defenderse. —Suéltame gorrilla. —Grito ella empujándolo. —Y ¿si no quiero?. —Te advertí que no la tocaras. —Liam al ver que Angie salía del salón salió detrás de ella, aunque le costó seguirle los pasos gracias a las acosadoras de tu compañera. Cuando se liberó de ella corrió en busca de la castaña, encontrándose con el gorrilla forcejando con ella. Sabía que estaría en problemas, es que los problemas siempre le seguían.
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