Sus ojos tienen un brillo de maldad. Ha sido una noche espectacular, lo ha saboreado con el paso de cada minuto, y quedará grabado en su memoria.
Le había dado la bienvenida oficial al juego: ¡que gane la mejor!
Suelta una ligera carcajada al comprobar que nadie jamás ha salido del laberinto oscuro en el que introduce a sus víctimas. ¿Tan difícil es? No, no lo es, pero no ha habido nadie lo suficientemente valiente e inteligente como para darle la vuelta a sus reglas.
Cierra los ojos y recuerda lo que acaba de suceder. Una de las chicas que participaba en el juego ha roto las reglas. Así de simple. Le ha comentado al detective Roberts todo lo que sabe acerca del juego. Seguro que cree que él está escondido en algún lugar del recinto de la universidad.
La chica pertenecía al último año.
