NARRA CIARA ALLEN
Sin poder creer lo que está sucediendo, observo cómo los policías meten a Rayn en una de las patrullas, mientras Tom es subido en la ambulancia, ya que lo llevan para darle atención a la herida que le he causado y a los golpes que le han dejado la brutal golpiza que Rayn le ha propinado.
—No pueden hacer esto. No se lo pueden llevar —les digo a los policías, mientras voy tras ellos.
—Señorita, esto se arreglará en la comisaría —indica el oficial —. Por favor, acompáñenos y brindenos su declaración, para resolver esto cuanto antes.
Asiento y miro a Rayn, quien logra decir algo, antes de que uno de los policías cierre la portezuela de la patrulla.
—Joe, no dejes sola a Ciara.
—Nuna, jefe —asegura Joe, que en ningún momento se ha separado de mí.
Los oficiales se suben
