NARRA RAYN COLLIVER
—¿Le parece bien la proyección para el siguiente mes?
Sin previo aviso, la voz profunda de Colton, el analista que quedó en el puesto que antes le pertenecía a Mathias Henderson, se entromete en mis pensamientos. Pensamientos malvados que me han consumido en las últimas cuarenta y dos horas desde que ese tal Isaac se presentó frente a nosotros.
Sentado en mi silla, frente a mi escritorio y en la misma oficina que he ocupado durante muchos años, sumergido en la única cosa que me interesó durante muchos años, hasta ahora, sé que debería de estar prestando atención. Pero no lo estoy haciendo en absoluto.
Mi mundo se ha vuelto al revés, mi corazón está desgarrado. No hay palabras adecuadas que puedan transmitir mi estado mental en esta mañana de lunes.
Mi estado menta
