Enfado.
No había otro sentimiento dominando a Abby en ese momento. Abrió el cajón donde solía guardar su móvil y no lo encontró. Estaba segura que no había otro culpable en la casa salvo su marido que era capaz de eso y más.
—¡No puedes hacer esto!
Evan quien preparaba un emparedado de mermelada en la cocina levantó la mirada y frunció el ceño cuando la vió irrumpir enfadada. Llevó el pan a la boca y entonces lo mordió haciendo que el enojo de su esposa, al ver como se desentendió de la situación aumentara.
—¿Qué haces fuera de la cama? No tengo idea de que quieres decir con que “No puedo hacer eso”. Tal vez si me iluminas un poco pueda entenderlo. ¿Quieres?
—¡No! ¿Dónde está mi teléfono Harrison?
—No tengo idea.
Claramente era una mentira vil que Abby no creyó. Sabía dónde e
