—No me hagas esto, Abigail.
—No te estoy haciendo nada, Evan. Solamente estoy intentando encontrar una razón viable para culpar sobre tu comportamiento—dijo la chica sin temor alguno—. Has dejado más que claro que no soy la mujer para ti, pero a pesar de ello pareces dispuesto a que tampoco lo intente con alguien más.
Evan clavó sus ojos en ella como si acabara de decir que le había salido una cabeza más. Apartó las manos de la puerta y entonces fue hacía ella, se detuvo justo al pie de la cama.
—Entonces ¿Vas a aceptar que si quieres algo con él?
—Fui mi novio adolescente—soltó la chica.
—¡Excelente! ¿Algo más que quieras decirme ahora? No lo sé, tal vez que era tu compañero de bailes escolares y que no lo sé, tal vez tuvieron manos sudadas y besos detrás de las gradas de la can
