Las chicas decidieron marcharse a sus camerinos, están preocupadas por Dania, la han llamado insistentemente y ella no responde, Luz se siente responsable porque está bajo su responsabilidad, las tres caminan por el angosto pasillo rumbo a sus camarotes, cuando los tipos de antes les salen por enfrente.
—¡Pero miren que tenemos aquí! —Dijo uno de los tres hombres, que están en estado de ebriedad—
—Os podrías hacer a un lado, queremos pasar.
—Oigan a la españolita, quiere que las dejemos pasar, ¡Oblíganos!
—¡Por favor, nos dejan pasar! —Hablo con voz temblorosa Frida—
—Y qué pasa si no queremos, ¡Saben que! Ustedes están muy jóvenes. Será mejor que nosotros las acostemos y les demos el beso de las buenas noches. ¿Qué les parece muchachos? —Los dos acompañantes afirmaron, gustándoles la idea de su amigo—
El líder del grupo sujeto del brazo a Claudia, quien se soltó dándole una cachetada, el tipo esta por reaccionar para devolverle la cachetada cuando una mano se lo impidió, volteo a ver quién se había atrevido a detener su acción, la mirada de él se topó con la de Fernando quien tenía una cara de asesino.
—¿Quién demonios eres, para meterte donde no te han llamado?
—¡Chicas están bien!
—Si, muchas gracias. —Agradeció Frida—
Cuando Luz lo reconoce quiere negar su ayuda, pero en estas condiciones mejor se traga su orgullo, ya que Fernando le hizo pasar un momento bochornoso en el hotel, Frida toma de la mano a Luz quien no se movía de su lugar para colocarse a espaldas de Fernando.
—Somos tres contra uno, deberías pensarlo antes de meterte en lo que no te importa.
—Chicas se podrían alejar un poco, estos borrachos quieren jugar.
Rápidamente retrocedieron, Fernando los observo para ver que movimientos hacían, sabe que están borrachos, no pueden maniobrar su cuerpo, el líder del grupo le quiso dar un derechazo, pero él sé lo esquivo, tirándolo a un lado, cayendo boca abajo en el suelo, las chicas aprovecharon para darle con los zapatos y no sé pueda levantar.
Los demás se vinieron encima de él, pero con derechazos y patadas los hizo retroceder, huyendo del lugar, el líder está siendo azotado por las chicas, quien segadas por la adrenalina no paran de darle golpes.
—Creo que ya aprendió la lección. —Les dijo Fernando recostado en la pared con los brazos cruzados— Levántate y vete, no las vuelvas a molestar porque en la próxima no seré tan benévolo.
El tipo se puso de pie como puso sujetándose de la pared se marchó sin decir nada, las muchas lo quedaron viendo hasta que se desapareció de la visión de ellas, Frida nuevamente le agradece al igual que Claudia, solo Luz se queda cayada, sin voltearlo a ver
—Bueno, señoritas me retiro.
—Gracias por su ayuda. —Frida le extiende su mano y le da su mirada coqueta, a modo de llamar su atención, pero al ver que él a quien mira es a su amiga Luz, encoge de inmediato su mano, vale que Fernando no se la había dado—
—Las acompaño a sus camerinos, señoritas, así llegarán a salvo a su destino.
—Eso no es necesario, conocemos el camino. —Hablo Luz de forma despectiva—
—¿Qué te pasa?, él solo está siendo amable, además esos tipos pueden volver. —Claudia le llama la atención—
Luz comienza avanzar sin decir ni una palabra más, haciendo una mueca en su rostro como si no le importara el tema, Fernando sonríe al ver lo caprichosa que es su prometida, aunque ella ni se imagina que él es su futuro esposo. Al llegar frente a la puerta de sus camerinos las chicas se despiden menos Luz quien entro sin decir nada cerrando la puerta con violencia, las chicas solo movieron negativamente la cabeza al ver la actitud de su amiga.
—Muchas gracias...
—De nada, pasen una feliz noche.
—No nos dirá su nombre.
—Eso no importa. —Les guiño un ojo y se marchó—
—Qué hombre. —Dijo embobada Frida—
—Si, que hombre. —Repitió Claudia—
Todas entraron a sus respectivos camarotes, Luz está furiosa, no sabe por qué ese tipo está en el mismo barco que ella, maldice la suerte que tiene, más al ver a sus amigas muy interesadas en él, ya que después de quitarse todo y darse un merecido baño se pusieron a chatear y las chicas no dejan de hablar de él, de lo guapo que es y lo caballeroso y sexy, todo eso le modesta a Luz, porque el tipo le dijo aquella vez que no la recordaba.
—¡Qué hombre ese, tenemos que averiguar su nombre! —Les escribió, Frida—
—Está aquí en el mismo barco será fácil volvernos a encontrar con él, podemos investigar quien es él.
—Chicas ya dejen de hablar de ese tipo, no sé qué le miran de bueno, además es mucho mayor que nosotras, ya déjenlo en el olvido.
—No será que lo quieres para tu sola, sin embargo, no creo que pase de los treinta, se ve tan sexy. —Frida está bien interesada en Fernando—
—¡Joder! Mejor me voy a dormir, ustedes ya me hartaron con ese hombre. —Luz no quiere escuchar nada más de ese hombre, solo quiere dejarlo en el olvido, porque si se atreve hacerle otro desplante se las pagara—
En eso le suena el celular, es un número desconocido y dice privado, no puede ver el número que le está marcando, piensa que es su padre porque nadie más de no ser sus amigas y familia tienen su número, así que decide contestar.
—¡Halo!
—Hola, preciosa.
—¿Quién es? —Ella no reconoce la voz—
—Soy tu salvador. —En ese instante sabe de quién se trata—
—Como habéis obtenido mi número.
—Hay maneras de obtenerlo.
—¿Para qué me llama?
—Para decirte que tu amiga, Dania, creo que así se llama, está muy bien algo agitada, pero bien, el tipo con quien se fue no es tan patán como el de hace un rato.
—¿Cómo sabes eso? ¿Acaso nos estás acosando?
—Jajaja no tengo necesidad de eso, solo quiero que estés tranquila, pasa buenas noches.
—¡Espera! El idiota me colgó, no quedo el número registrado, como supo de Dania, será que es peligroso, y si es un asesino serial, Dios que cosas pasan por mi cabeza, no creo que un hombre como él se tome la molestia de seguirnos, si fuera un violador ya nos hubiera atacado, al contrario, más bien nos ayudó, ¿Quién eres?
Luz no pudo pegar los ojos en toda la noche pensando en él, sabe que el hombre tiene lo suyo, pero lo que la tiene pensativa es que si es casualidad de que él también esté en el barco, eso le da vueltas en la cabeza, porque no cree que él la esté siguiendo, si negó que la conocía, cuando ella se le acercó en el hotel, eso la tiene furiosa, que él no la recuerde. Y ahora aparece para ayudarla, todo eso le parece muy extraño.
Se quedó dormida entrando la mañana, no pudo conciliar el sueño en toda la noche pensando, así que decidió que no se levantaría de la cama, aunque vino a divertirse no a dormir, su cuerpo está perezoso, pero sus amigas a las ocho en punto estaban tocando la puerta, ella se hizo la desatendida, pero los golpes eran más fuertes y seguidos, no le que do de otra que levantarse, al abrirles ellas entraron sin ser invitadas, Luz solamente volvió a la cama.
—¿Qué pasa contigo? —Frida la sacude para que se levante—
—Déjame dormir, me desvele y mi cuerpo pide a gritos que duerma.
—Levántate que la mañana esta preciosa queremos ir afuera a ver el mar y disfrutar del aire, no seas aguafiestas, cámbiate y subamos a la borda.
—Vayan sin mí.
—Apúrate, queremos ver si miramos al galán de anoche.
—Peor, no quiero ir, déjenme dormir y vayan ustedes a buscar ese tipo.
—Tú te lo pierdes, nosotras estamos dispuestas averiguar todo sobre ese hombre.
—Solo tengan cuidado, y ¿Dania llego a dormir a su camarote?
—Aún no lo sabemos, ahorita pasaremos por ahí, ojalá que no haya hecho una locura. —Exclamó Claudia—
—La locura la hizo, eso ni lo dudéis. —Les dijo Luz, arropándose de pie a cabeza—
—Si no piensas salir de la cama, nos vamos, hay una preciosa mañana que hay que disfrutar al máximo.
Las chicas quienes lucen unos shorts cortos con top que deja ver sus piernas y estomago al descubierto, Frida anda una blusa por encima ella es algo acomplejada por ser un poco más gordita que sus amigas. Luz les hace un ademán con su mano para que larguen y la dejen dormir, ambas chicas se ríen y salen del camarote, cerrándole la puerta.
Van a ver si Dania está durmiendo, tocan dos veces sin respuesta, así que miran si tiene la puerta segura, al abrirse deciden entrar, ven que está vacía y la cama arreglada se nota que nadie durmió en esa cama, se voltean a ver, salen de ahí y se dirigen a la primera planta donde se puede apreciar la inmensidad del mar.
Ambas están fascinadas que se van al barandal para apreciar la vista, en eso miran a su amiga que esta de lo más feliz con el hombre que bailo la noche anterior, Frida se ve molesta porque Dania no se ha indignado de llamarlas sabiendo que ellas no saben nada de ella, como si le valieran, Claudia decide acercarse a donde esta ella.
—¡Hola, Dania1
—¡¡Chicas que bien verlas aquí y Luz porque no está con ustedes!!
—Dania puedes venir un rato con nosotras queremos hablar contigo, ¡¡En privado!!
—Puede ser más tarde, ahorita estoy con Santi.
—¡¡Santi!! —Claudia la tomo de la mano y se la llevo a la fuerza alejándola del tipo— ¿Qué demonios te ocurre?
—¿Qué te pasa, Claudia? ¿Estás en tu periodo?
—¿Qué cojones dices? Eres una mala agradecida, nosotras preocupadas por ti y tú me sales con eso, es que acaso estás drogada.
—Y si lo estuviera que les importa. —Dania se puso de pie y empujo a Frida, el tipo que la acompaña solo se burla de ellas, Claudia decide irse tomando de la mano a Frida— Par de aburridas, como vosotras no podéis, la envidia se las come. —Les grito Dania, quien se veía fuera de sí—
En efecto está bajo alguna especie de droga, las ve marcharse, pero la droga le nubla la mente, ella solo quiere divertirse, pasarla rico y así se siente bajo el efecto de la droga que le dio a probar su acompañante, quien se ríe en todo momento, ya que él también está bajo ese mismo efecto, sin embargo, las chicas están bien molesta con ella, no pueden creer que sea tan inmadura.
—Este crucero se fue por una cañería, nunca pensé que Dania nos hiciera algo así.
—Calmaos, tu tranquila Frida, note extraña a Dania como si estuviera bajo algún efecto de algo.
—No la defendáis, me tiene harta su comportamiento infantil. Vamos a ver si Luz ya se levantó.
Tocaron la puerta del camarote de Luz quien de inmediato les abrió, se asombró de verlas de regreso y se veian algo molestas, las hizo pasar, Frida se sentó en el sillón, respirando doble, mientras que Claudia solo encogido los hombros.
—¿Que os pasa?
—Dania nos ha insultado delante de algunas personas, no soporto sus impertinencias infantiles. —Luz suspiro, realmente a veces Dania es un dolor de cabeza—