El juicio dio inicio, los tíos de Emilia iniciaron su exposición, ellos hablaban cómo eran los indicados para ser los tutores de la pequeña, alegaba que como familiares directos era su derecho, también que económicamente estaban muy bien y podrían cubrir sus gastos.
James sostenía mi mano, se veía tranquilo al punto que yo ya estaba preocupada, según escuchaba ellos eran la familia perfecta para Emilia.
-Tengo miedo James.- susurré
-Quédate tranquila Livi que no voy a permitir que se lleven a la pequeña.- mencionó apretando mi mano, no sé por qué, pero le creía.-
Para distraerme un poco gire mi cabeza, quería ver quién estaba en este juzgado, fue una sorpresa al ver a mi padre, él estaba en las sillas de atrás, a su lado Beatriz.-
-¿Qué hacen aquí?- pregunté, James giro a verlos, solo vi como frunció el ceño.-
-No les pongas cuidado.-
-Además señoría es de nuestro conocimiento que la señora Malloy sufre de enfermedades mentales, es una paciente psiquiátrica.- mencionó el abogado de esa familia, yo quedé helada, como es que ellos lo saben, yo hasta hace unos días me enteré.-
-¡Objeción! Solo están especulando.- gritó nuestro abogado.-
-No es así, hoy atestiguara la doctora que llevaba su caso, ella traerá la evidencia de lo que digo, la señora Olivia Malloy no es apta para ser madre.-
Yo tuve que ver a mi padre, el sonreía complacido, ese maldito fue quien les dijo, seguro que fue así.
-Que pase el testigo con la evidencia.- mencionó el juez.-
Yo observaba toda la sala, la gente hablaba entre sí, quería ver a la doctora pero no la encontraba.
-Livi quiero que confíes en mí, juro que estoy haciendo las cosas diferentes.- mencionó James dándome un beso en la frente.-
No lo pude evitar y me recosté en su pecho, el besaba mi cabeza, todo el país iba a conocer mi pasado, era inevitable que mi cuerpo no vibrara de temor.
Los minutos pasaban y nadie subía al estrado, el abogado de esa familia estaba impaciente. Al final un hombre ingresó con una nota, informó que la doctora no vendría, ella manifestó que no daría falsos testimonios, aseguraba que jamás tuvo contacto conmigo y que todo había sido planeado por la familia de Emilia.
James sonría, mi padre moría de ira y los demandantes quedaron atónitos, la testigo que les aseguraba un caso victorioso jamás llegó. Era nuestro turno de hablar, el abogado tomo la palabra.
Inicio mostrando el testamento de Amanda, muy claro decía que ella deseaba que James y yo fuéramos los custodios de Emilia, ella era consciente que durante estos tres años que vivimos de vecinos, nosotros estábamos pendientes de la niña e incluso de ella.
-Incluso señoría la señora Amanda dejó una carta que leeré a continuación… mencionó el abogado.-
“Hola Olivia y James, no sé cómo iniciar la carta, quizás ofreciendo disculpas por lo que hice, sé que pensarán que soy una cobarde, que debí luchar pero no pude, juro que lo intenté pero no pude. No es un secreto que amaba a mi esposo al punto que su vida era más importante que la mía. El día que supe de su muerte una parte de mí también murió, estaba dispuesta a perdonar su infidelidad si tan solo él sobrevivía pero no fue así. El rostro de mi esposo está reflejado en el de Emilia, verla a ella era recordar mi ausencia y dolor. Les pido perdón por dejarles a mi hija, sé que ustedes la aman tanto como ella lo hace hacia los dos. He visto a James jugar con ella, ser el padre que perdió, también te he visto a ti Olivia, siempre le traes detalles, estás pendiente que coma lo suficiente al día, aunque tengas días agotadores llegabas y te sentabas con ella cerca a la piscina, hablaban de caricaturas, tú le contabas de tu trabajo hasta que mi hija caía dormía. Te veía llevarla en brazos a casa mientras la llenabas de besos. Es por esto que deseo que sean los padres de Emilia, en si ya lo eran, son mejores que yo. Solo les pido que la protejan de mi familia, son unos buitres que solo quieren arrebatar su herencia, jamás les importamos, les hice cientos de llamados deseo auxilio y su respuesta fue la misma… no nos importan… así que suplico que cuiden a mi hija, que ella sea una Malloy… de nuevo perdón y juro que me voy agradecida…
No tenía idea que Amanda había dejado una carta, qué triste y vacía era su vida, a veces nos concentramos tanto en la nuestra que no nos fijamos que personas cercanas nos necesita.
El abogado pidió que Emilia ingresara, era importante tener su opinión, el Juez pidió que todos debían hacer silencio, solo el hablaría con ella.
La pequeña ingresó vestida de blanco, su vestido Angelica con su lazo en el cabello la hacía ver hermosa, por donde ella caminara había luz.
-Hola Emilia ¿sabes por qué estás aquí?- preguntó El Juez.-
-Así es, aquí van a ratificar que me quedo con los esposos Malloy.- respondió Emilia con firmeza, eso me hizo sonreír.-
-¿Quieres vivir con ellos?-
-Si, creo que desde hace años vivo con ellos, no sé si sepan pero eran mis vecinos.-
-Si. Nos han dicho eso, pero también sabes que tienes familia, tus tíos están aquí y pueden vivir contigo.-
-No deseo hacerlo, ellos solo quieren el dinero de mis padres.-
-¿Por qué lo dices?-
-Una vez mamá llamó a la tía minerva, le dijo que se sentía mal, que había tomado mucho, quería que la llevara a la clínica, la tía le respondió que no haría nada, solo esperaba la muerte para quedarse con todo, después le colgó el teléfono.-
-¿Quién te dijo eso?-
-Nadie, yo fui la que marqué, lo puse en altavoz para que mi madre pudiera hablar; ella estaba en el suelo del baño. Después fui por James, él entró y la llevó en sus brazos al hospital. Mi mamá duró internada una semana, ese tiempo Olivia me cuidó.-
-¿Son buenas personas?.- preguntó el juez
-Lo son, es por eso que mi madre me dejó a su cargo.-
-¿Quieres estar con ellos?-
-Si, me gustaría llamarme Emilia Malloy.- respondió la pequeña.-
El juez le pidió que abandonara la sala, hablara con nosotros, en un momento la llamaría de nuevo, la pequeña camino con su cabeza en alto, no puedo creer la madurez que tiene a su corta edad.
-Es un caso muy sencillo, Emilia pasará al cuidado de los esposos Malloy, les otorgó la custodia, eso sí, se les hará visitas periódicas para revisar el bienestar de la niña, también se pide que se haga llegar sus notas académicas, es importante comprobar que la niña esté bien.- mencionó el juez, yo abrace a James, Emilia era nuestra.-
Al fondo escuchaba a la tía minerva gritar, mencionaba que esto no se quedaría así, mi padre salió con Beatriz, que malditos, pensé.
Emilia volvió a la sala, el juez le mencionó que viviría con nosotros, que legalmente sería Malloy, la pequeña corrió y me abrazó, pobre niña en verdad me partía el alma.
James nos invitó almorzar, los tres iríamos a un restaurante hermoso, comeríamos hasta reventar y después un helado. Hoy íbamos a celebrar que teníamos una hija.
“La vida es buena, me repetía una y otra vez, acaba de concederme una hija, la cual atesoraré.”