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Hasta el límite.

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Blurb

Anabella Álvarez, es la hija adoptiva de la prestigiosa familia de la élite, Álvarez Torrens, quien tras años de intentar concebir un bebé deciden adoptar a una pequeña bebé a la que han decidido llamar Anabella. Una gran controversia ante su clase y la lamentable noticia de no poder tener hijos propios los atormenta, sin embargo, sus grandes amigos de la misma clase y nivel que ellos, no los abandonan, sabían que pasan por una gran situación en la que necesitan todo el apoyo posible. Los Castros y los Álvarez, son parte de una gran asociación, una que unía a sus familias en grandes negocios, lo compartían todo, tenían abasto suficiente para lograr lo que deseaban, pero la ambición no tiene límites, con un acuerdo, ellos deciden unirse en el futuro como familia, el único hijo varón de la gran familia Castró, con la bellísima Anabella, planes que los favorecería en el futuro, nada fuera de lugar para las grandes elites que están acostumbras a este tipo de negociaciones y arreglos nupciales. Una gran propuesta a futuro, muy prometedora para las grandes familias, sin saber que el destino haría su jugada, después de tanto tiempo buscando tratamientos para concebir, la señora de Álvarez, queda embarazada cuando la pequeña Anabella tiene tan solo un año, esa noticia cambio todo, incluso, la perspectiva de la gran familia, les había nacido una heredera digna de su sangre, una belleza pura que enamoraba a todo el que la conocía, opacando a la pequeña pelinegra de ojos verdes y hermosas mejillas. Con el nacimiento de la hija legítima, los planes de las grandes familias cambiaron y con ello la vida de Anabella, quien después de tener toda la atención, paso a los cuidado de sus nanas, quien la cuidaban con amor, aún así, no podía competir con la hermosa rubia que tenía toda la atención de su padre, más que de su madre, con esa atención, su futuro cambio, no solo los planes de su futuras nupcias, sino que la hacían aún lado como si no fuera parte de la familia, eso la hacía sentir mal, la llenaba de mucha tristeza y dolor, dolor que con el tiempo se fue convirtiendo en rencor y poco a poco se ha vuelto la pesadilla de la gran familia Álvarez. Aunque nadie lo sabe, en el corazón de Anabella, existe un gran amor bonito, uno del que es privada y del cual no puede ni siquiera hablar. Un amor tan grande, que la lleva a cometer una error que pagará con creces, la villana que se interpone en una hermosa historia de amor, en la que ella quiere ser la protagonista y lo logra con sucios juegos. Sin embargo nada es como ella lo esperaba, llegara hasta el límite para al final descubrir que a cometido un error y tendrá que luchar sola con las consecuencias de lo ocurrido, hasta que el karma vuelve a tocar su puerta. Dos personas, una misma alma, un solo latido, así descubriremos, el camino, más allá del destino.

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Capitulo 1. Desorientada.
Capítulo 1. *Desorientada. En el enorme jardín de la gran familia Álvarez, una pequeña reunión se lleva a cabo, mientras que los niños juegan en el jardín y los adultos hablan de negocios, un suceso ocurre sin ser notado, en un pequeño rincón, la pequeña Anabella está llorando, ante el desagradable gesto del señor Álvarez, al traer para la hermosa Paula una muñeca de batería, mientras que para la pequeña Anabella, no trajo tal obsequio. — ¿Por qué lloras? — Pregunta el pequeño Alejandro a la bella Anabella que se oculta de él para que no la vea llorar. — No quiero hablar, vete por favor. Con tan solo 6 años, empieza a sentir él rechazó de su padre, el hombre que ella adora con el corazón y a quien admira. — ¿Quieres que juguemos? Te presto mi coche. — Dice el pequeño de 8 años. Anabella se voltea y lo mira con lágrimas goteando sobre sus brazos cruzados. — ¿De verdad me lo prestas? — Pregunta sorprendida ante tal gesto. — Si, pero no llores. — Dice Alejandro limpiando sus lágrimas. — Gracias. — Expresa con emoción. — De nada, ven, demos un paseo. A escondidas, Anabella y Alejandro juegan conduciendo el pequeño coche por el jardín, se divierten jugando mientras que la pequeña Paula los observa descuidada ante el juego con sus amigas que juegan a las casitas. *Años después. — Corre Anabella, corre, nos van a encontrar. — Ya voy, no tan rápido, me caeré Alejandro. Los pequeños ya tienen 10 años y 12 años, están jugando a las escondidas con los primos de Alejandro y sus dos hermanas, Laura y Rebeca. Los pequeños se divierten mientras corren a la casa del árbol tomados de la mano. Son grandes amigos y los más cercanos ante todos los pequeños. — Anabella, y Alejandro, ya los encontré. — Grita emocionado Gonzalo el pequeño primo mayor de Alejandro. — Viste, nos descubrieron. — Dice un poco enojado Alejandro. — Lo siento, es que no puedo correr con estas zapatillas, me quedan un poco apretadas. — Dice la pequeña quejándose de dolor ante su crecimiento y la idea de que sus padres no lo noten. — Tu pie está muy rojo, ¿Por qué no le dices a tu mamá? Así te compra otras. — No, no por favor, no digas nada, ella se enoja si la molesto en el trabajo. Alejandro la mira y toca su herida. — ¿Duele? — Pregunta tocando con cuidado la zona. Anabella asiente ante su pregunta y lo mira sonrojada al ver cómo toca con cuidado su herida. * A los dos días, llega un pequeño paquete para Anabella, un par de zapatillas rosas y blancas que Alejandro con ayuda de su Nana le ha comprado. Anabella estaba tan feliz y avergonzada que no sabía cómo agradecerle, así que le ha hecho un pequeño dibujo y se lo ha enviado al pequeño Alejandro quien se siente bien al saber que ha recibido su obsequio. *Meses después. Con la pronta noticia de la partida de Alejandro al extranjero ante la idea de que vaya a estudiar, su familia ha organizado un baile, dos pequeños niños inocentes, bailan a escondidas en el jardín como si fueran adultos. Aunque Paula iba con sus padres cada fin de semana a visitar a Alejandro, ella no lo hacía reír como Anabella. — Te voy a extrañar.— Expresa la pequeña apoyando su cabeza sobre su hombro. — Yo a ti Anabella. Ambos se abrazan como grandes amigos y ella se despide con un pequeño beso en la mejilla al escuchar su nombre ser pronunciado por su Nana. Una hermosa despedida de dos mejores amigos que se quieren y temen no volver a verse. * Así pasan los meses y Anabella no sabe de Alejandro, lo ha escrito y no ha recibido respuesta de sus dibujos no cartas, no sabe qué pasa, Alejandro piensa que lo ha olvidado y Anabella de igual manera, dos grandes amigos que son alejados por las órdenes de un hombre con prejuicios, uno que piensa que con alejar a los niños reserva un futuro prometedor a su pequeña Paula, con a la que en diferentes ocasiones lleva en sus viajes de negocios y permite que comparta con Alejandro en sus visitas a Londres, una bonita amistad crece de esos encuentros en los que Alejandro pierde la esperanza de volver a ver a Anabella, al igual que ella de saber de él, ya que en su familia, los secretos de esos encuentros permanecen ocultos mientras la pequeña espera pacientemente a sus padres en casa viaje, sin saber con exactitud, las verdaderas razones por la que la dejan en casa. *Años después. — Ya te dije, no me importa, ella debe saber quién es en esta casa, no puede hacer lo que le viene en gana. — Expresa muy enojado el señor Álvarez. — Papá, está bien, no me importa, de verdad, el vestido le queda mejor a ella que a mí, mamá, no pierdas cuidado, yo soy un poco más delgada y pequeña que Anabella, se le ve hermoso. — Dice Paula algo inquieta por lo que pueda pasar cuando Anabella llegué. Una gran discusión se lleva a cabo tras una gran confusión, el señor Álvarez ha contratado a una de las mejores diseñadoras para confeccionar para Paula un vestido para la celebración de cumpleaños número 14 de Alejandro, pero un error de la modista lleva a la depresión a Paula, ya que el diseño que ella escogió, fue confundido con el de su hermana, las medidas, el molde del diseño, las finas telas, todo le queda hermoso a la pequeña Anabella, quien no tenía idea de que el vestido era para Paula, debido a que la señora de la casa envía una muestra menos presentable para Anabella, al verse obligada a llevarla a la celebración, puesto que en la invitación que ha llegado a la casa la involucra al ser la hija mayor, una belleza singular que opaca a su hermana quien se ha marchado llorando de vuelta al salón donde su padre la ha encontrado, ella deseaba lucir así de hermosa y ahora sus planes de verse bonita frente a Alejandro son solo parte de su imaginación. — ¿Paula? — Pregunta Anabella algo incomoda al enterarse de la situación. — La modista ha dicho que puede solucionarlo, me ha pedido que te pida que vuelvas, ella lo arreglará. — No, no Anabella, no importa, ese vestido es para ti, te queda mucho mejor que a mí, quedátelo, mandaré hacer otro. — Dice Paula con una pequeña sonrisa. — ¿Estás segura? — Pregunta Anabella viendo a su padre quien la fulmina con la mirada. — Por supuesto que no, eso no va a suceder, tú no tienes idea de lo que has hecho, discúlpate con tu hermana, la has hecho sentir mal, si ese vestido no es para Paula no será tampoco para ti. — Expresa con arrogancia. — Papá, no hay problema, está bien. — Dice la pequeña Paula tratando de calmar a su padre. — No, no está bien, estoy cansado de ver cómo trata de robarte lo que te pertenece, siempre queriendo tener lo que tú tienes, envidiando a su propia hermana, si hubiera sabido que sería así, nunca la hubiéramos adoptado. — CRISTOFER. — Grita Renata al ver que se ha pasado de la raya. Ambos se quedan en silencio tras el error que han cometido. — ¿Soy adoptada? — Pregunta la pequeña en shock. — ¿Es adoptada? — Pregunta Paula de igual manera. Todos se quedan en silencio y Anabella los observa a todo, ahora entiende por qué tanto resentimiento sobre ella. Sin esperar una explicación que no llegara, corre saliendo del gran salón, va directamente a su habitación en dónde se encierra atravesándose en la entrada, dónde se desmorona frente a la puerta abrazada a sus rodillas. — Anabella, mi niña, abre, por favor, hablemos. — No quiero Nana, quiero estar sola. — Mi niña, puedo explicarte. — No, no quiero Nana, vete. Anabella pasa días encerrada, esperando que su padre o su madre vinieran a verla, esperando esas palabras de consuelo que jamás llegaron, palabras de amor que le dejarán saber que es importante en la vida de sus padres, nunca hubo tales palabras más que las que su Nana le expresaba, le contó la historia de lo feliz que estaba la familia cuando ella llegó y no tenía que explicarle que todo cambio con la llegada de Paula, aun así, no podría sentir rencor contra su hermana, al contrario, la amaba a pesar de sus diferencias. *Años después. Nada volvió a ser lo mismo, Anabella se cerró en su mundo en el que apenas dejaba entrar a su hermana o su Nana, las cosas cambiaron de cierta manera en su vida, no se siente parte de la familia, pero sus sentimientos por ellos no cambiaron. Con el tiempo y la distancia, ambos jóvenes apenas se reconocen, han cambiado mucho, para sus 16 años, Anabella solo puede ver a Alejandro de lejos, ha regresado para el gran festejo de cumpleaños de Paula, con quién Alejandro ha estado escribiéndose por un buen tiempo ante el protocolo de conocerse, ambos se gustan mucho y su reencuentro deja al margen a Anabella, quien no solo tiene que soportar las burlas y las humillaciones en el colegio, sino que también tiene que soportar que papá le complazca todo a su pequeña hermana, con quién apenas se lleva. Paula no solo le ha quitado el puesto que se ha ganado como capitana del equipo de porristas, sino que también ha tomado su lugar en la casa, con sus amigos y ahora con Alejandro, a quien siempre recuerda, pero al parecer él ya no lo hace, o al menos eso parece. — ¿A dónde vas a Anabella? Cantarán el cumpleaños en unos minutos. — Dice su Nana al ver que trata de huir de la escena en la que su hermana sonríe feliz ante la atención que recibe de todos. — No pierdas cuidado Nana, tú y yo sabemos, que están mejor sin mí. Con esas palabras, Julia, se entristece al ver a su pequeña marchar a su habitación, o eso cree, ya que desde que Anabella descubrió el sótano, ha creado su propio mundo en él, tiene diferentes diseños, sus dibujos son su mejor obra, y ella lo disfruta alegremente, porque es lo único que la distrae de todo, en ellos encuentra la paz que en su vida real no consigue. Tras descubrir que es adoptada, todo empezó a tener sentido en su vida, con ello el lugar que ocupa en la casa, aunque no es de importancia, ya que lleva más de media hora perdida y nadie ha notado su ausencia, podría decir que es un obstáculo en su familia, una carga, un error, así se siente y es feo cuando lo piensa de esa manera, primero sus padres la abandonaron y luego sus padres adoptivos apenas la toleran, en su mente se pregunta, ¿Qué ha hecho mal para que la vida sea tan injusta con ella? Tras largos minutos perdida, Anabella decide irse a su habitación, aún la fiesta no ha terminado así que camina por los pasillos de la casa donde tropieza nada más y nada menos que con Alejandro. De una manera inexplicable su corazón se sobresalta, siente un fuerte cosquilleo en la palma de sus manos y las palabras no le salen ante lo nerviosa que está, no sabe que lo causa, pero lo mira con seriedad bajando su mirada con respecto como suele hacerlo con su padre. — Lo lamento mucho joven.— Dice sonrojada sin poder mirarlo. — No te preocupes, no pasa nada Anabella. — Ella levanta su mirada muy sorprendida al escuchar su nombre. Realmente se acuerda de ella, eso altera más sus nervios y trata de controlar su emoción ante él. — ¿Te acuerdas de mí? — Pregunta incrédula ante sus palabras. — Un poco, es un placer volver a verte. — Dice tomando su mano dónde posa un corto beso que la hace sonrojar de manera tierna. Anabella no hace más que seguirlo con la mirada en cada movimiento hasta que se une con la suya nuevamente, esos ojos azules se penetran en ella como una ráfaga de emociones, es guapísimo, un hombre caballeroso, educado, todo lo que una podría desear, no esperaba menos, y ese hombre aún sostenía ligeramente su mano mientras se van soltando. — Lo siento, debo irme. — Dice alejándose de él. Anabella corre por el pasillo acaparando la mirada de Alejandro quien la sigue hasta que se pierde en los pasillos, mientras que Anabella corre directamente a su habitación, dónde trata de calmar la sensación que Alejandro la ha hecho sentir. Desde ese momento, él no sale de su mente, está tan pérdida, que se ha enamorado de un joven prohibido, lo sabe, está consciente, puesto que no puede olvidarlo y lo lleva siempre presente en cada diseño que hace.

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