DEMONIO

643 Words
{ABADÓN} - ¡Sube, corre! ¡Alex!- le grito a mi herman, encima de una furgoneta. Los zombis llevan rato persiguiéndonos. No nos dejan escapatorias. - ¡Vamos, Alex, más rápido!- le anima Hope, también en lo alto de la furgoneta, junto con Andrew y la hermosa Jade. - Te tengo, hermana- le digo alargando mi mano, a la misma vez que ella alarga la suya. La subo a la furgoneta justo a tiempo, un corredor estaba a punto de alcanzarla. - Estamos a salvo- suspiro-. Malditos demonios. - Por poco- suspira Andrew. - ¿Lo tenemos todo?- pregunta Hope y miro mi bolsa negra. - Sí, pastillas y más pastillas. No sé para qué necesitan tantas medicinas- dejo caer mi bolsa. - Ahora necesitamos un vehículo que funcione- dice Jade-. ¿Creéis que la furgoneta funcionará? - Quién sabe- dice Hope-. Podríamos probar. - Antes tenemos que alejar a la horda- dice Alex y miro a mi alrededor. Están sedientos de sangre y cada vez vienen más, guiados por sus gemidos. Como sigan así, se amontonarán unos sobre otros y nos alcanzarán. Y para colmo, no tenemos munición, lo hemos gastado todo. Solo me queda una tubería vieja que he encontrado por el camino, oxidada en el suelo. - Tranquilos, esta bengala los distraerán- dice Andrew sacando una pistola de su bolsillo. Dispara una luz verde que cruza el cielo azul y luego, a unos kilómetros, surge un pitido procedente de la bengala. Eso atrae la atención de los zombis, que se olvidan de nosotros y van por el camino contrario. No. No estamos solos. Tengo una mala intuición. Alguien nos observa. Escucho su respiración. Su asquerosa respiración. Los demás creen que están a salvo. Pero no. No lo estamos. Miro alrededor y mi visión se para en un callejón, donde veo claramente cómo un zombi nos observa atenta y fijamente. Como pensando qué hacer, cómo y cuando atacarnos. O como si estuviera en shock y pudiera despertar en cualquier momento... - Chicos...- susurro justo antes de que empezaran a bajarse del auto. Los demás miran hacia el mismo lado que yo y se quedan igual de extrañados. - ¿Qué...?- empieza Jade pero ya viene. Ya viene a por nosotros. Corriendo. - ¡Es un corredor, tened cuidado!- advierte Andrew, con su fusil en posición de ataque, no le quedan balas pero puede a****r con él. - Tranquilos, no puede hacer nada- dice Jade. - Te equivocas- dice Hope, para nuestra sorpresa-. Eso no es un corredor. El zombi, de pelo largo y cara demacrada, como cualquier otro, viene corriendo hacia nuestra posición, hacia la furgoneta. Parece un corredor cualquiera. Pero Hope asegura que no. Y no le falta razón. La mujer zombi salta sobre el capó y se agarra para impulsarse hacia arriba. Hacia nosotros. Todo ocurre muy rápido. Esto no entraba en nuestros planes. No. - ¡Maldita escoria!- grito golpeándole en la cabeza con la vieja tubería. El zombi cae hacia abajo pero no tarda en ponerse en pie y volver al ataque. Sube de nuevo hacia el techo de la furgoneta. Con la misma agilidad que cualquier humano. Andrew le golpea con su fusil pero no la llega a caer y está a punto de atrapar a Hope cuando la vuelvo a golpear y esta vez doy en el clavo. Sus sesos salen volando y lo que queda de su cuerpo y cabeza cae hacia abajo. Destrozada, muerta. Maldito demonio. El silencio vuelve a reinar el lugar. Un silencio incómodo. Incómodo porque alguien está a punto de morir. Alex solloza en silencio sujetando la mano en la que le han mordido con la otra mano. - No- murmura con su mano derecha sangrando-. Esto no puede estar pasando. Miro a los demás, con urgencia. - Tenemos que irnos ya. Tenemos que darnos prisa y llegar a tiempo, sino Alex va a morir- les digo preocupado, con el corazón en un puño-. Solo tenemos veinticuatro horas.
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