12. Avaricia

1555 Words
Me desperté cuando ella quiso salirse de mis brazos. La mire pasearse desnuda sin percatarse de que yo la observaba. Quise jugar y asustarla, asique cuando me miro cerré los ojos rápidamente para que no se diera cuenta de nada. Entró en el baño cubierta por una toalla. Le seguí muy despacio y, cuando fui con toda la intención de asustarla, fui yo quien se asustó al ver lo que sucedía dentro del baño. Un ángel fue lo que vi, un maldito ángel estaba en el baño. Mi cerebro con mucha fuerza intentaba procesar lo que había visto, ella era un ángel Me repetía a mi mismo. Kana, la mujer que amaba era un ángel. Camine deprisa y en silencio devuelta a la cama, me tire en ella y esta sonó. Kana salió del baño. Aborrecía a los ángeles desde que tengo memoria y pensar que ella era uno traía mucha confusión a mi cabeza, pero en el fondo de mi corazón había un sentimiento mucho mas fuerte a todo lo que yo creyera. Se acostó a mi lado y la abrase, no me importaba si era un ángel o no, la amaba, la amaba demasiado. Se durmió en mis brazos, cuando paso una hora aproximadamente, me levante y fui al baño, me duche y le deje una nota. Finalmente me marche por donde mismo había entrado. Por la ventana. Camine bajo el cielo nublado, vagaba entre miles de pensamientos y preguntas: ¿Qué hare? ¿Cómo explico esto? ¿Cómo la salvo de mi familia? ¿Lo puedo ocultar? ¿Cómo le digo mi verdad? ¿Es mejor alejarme?. Me agobiaban las preguntas sin respuestas, y peor aun, no podía consultarlo con nadie. Estaba solo en esto, ni ella sabia en el problema que estábamos metidos. La vida humana es sumamente corta pero la vida de un ángel es otro tema aparte. Tal como los demonios, pueden vivir eternamente, solo asesinarla podría darle fin a su existencia. Cuando llego a casa presiento que algo anda mal. Entre sin cautela. Al hacerlo, una escopeta me golpea la cabeza tirándome al suelo. ¿Qué sucedía?- pienso - mientras caigo con un pitido en mi interior. Mire a mí alrededor mientras yacía en el suelo y vi a mis hermanas sentadas en el sillón de piel. Orión estaba sentado en el suelo y apoyaba su cabeza en las piernas de Magenta y me miraba como si le temiera a algo. Magenta me miraba igual. ¿Es una broma? comienzo a sentir una calurosa molestia. ¿Qué hacían actuando como débiles? En seguida dos tipos me tomaron y me tiraron lado de mis hermanas. - Near – me llamo Leonor como si estuviese horrorizada - ¿estás bien hermano? Los mire de reojo y entendí. Estaban asaltando la casa y ellos no habían hecho nada. Mire a los ladrones que reían entre si y se hablaban. - Creo que ganaremos una buena cantidad de dinero con todas estas cosas, Fred – dijo el que nos apuntaba con el arma. Mire a mi alrededor y vi cuantos ladrones estaban dentro de la casa. Uno en la puerta, 2 en las ventanas delanteras cerca de la puerta, uno frente a nosotros con un arma, dos más buscando cosas por la casa y dos a nuestras espaldas. Habían 6 en total. Mire los ojos de mis hermanos que estaban negros completamente por la emoción, entonces todos atacamos, todos teníamos hambre, sobretodo yo. Primero fue Orión, que salto por arriba del sillón y le enterró los dedos en los ojos a uno de los hombres que estaba trajinando los muebles de la casa, luego le enterró de igual manera los dedos en todo el cuerpo hasta que lo mato. Al mismo tiempo Magenta salto repitiendo casi los mismos movimientos que él, pero ella le creo una ilusión al hombre que estaba al otro lado saqueando, le tomo la cabeza cuando este ya había caído y se la arranco tirándola a un lado. Luego Leonor corrió hacia los otros dos hombres que estaban a nuestras espaldas y con sus garras les saco la piel de la cara, luego les corto las yugulares y estos cayeron sangrando. Cuando los otros cuatro, los que estaban en las ventanas, puerta y el que nos vigilaba, se dieron cuenta del extraordinario suceso corrieron y salí tras ellos, el que estaba con el arma me disparo, pero se asustó cuando no caí al suelo, luego le arranque el corazón a él y a los demás. Después de todo mis hermanos y yo observamos lo que habíamos hecho, la sangre que habíamos dejado por toda la casa y parte del patio, ¿Qué haríamos ahora con todo ello?. De un momento a otro sentí como mi pecho era perforado por una mano delgada, mire al frente para saber que era en realidad y allí vi el rostro de Leonor totalmente furiosa. Por un momento pensé que moriría, pero no paso. Mi corazón estaba totalmente detenido y arrugado por el tiempo, parecía una pasa gris y seca dentro de mí. Los demonios no moríamos como los mortales, hay algo mas que nos mantiene con vida, quizá el deseo constante de asesinar, beber sangre, la magia de nuestra existencia o lo mítico. Sin mi corazón podía seguir "vivo" que lo arrancara no cambiaba nada. Volvería a salir. - Estuviste con ella - me dijo mientras me mostraba sus grandes colmillos. – si hubieras estado aquí esto no hubiese pasado, ¡hemos desperdiciado otro pecado por tu culpa! Mi corazón que yacía en su mano se volvió polvo, luego sentí el dolor en mi pecho nuevamente cuando otro corazón se formó de apoco, latió unos segundos mientras mi pecho se cerraba, después se detuvo y se volvió viejo como estaba antes. Mis otros dos hermanos me miraron sin entender nada. No tenia sentido lo que decía, los pecados debían ser decididos por nosotros, no por las casualidades de la vida. Entonces Magenta que parecía pensar un momento me hablo. - Tengo una idea – dijo de la nada - ¿Qué tal si hacemos como si fuimos atacados por ya saben quién, y éste fue quien asesino a los ladrones? Todos nos miramos, entonces Magenta nos golpeó a todos y luego llamo a la policía desesperada. Más tarde llegaron unos hombres, inspeccionaron el lugar, nos hicieron preguntas, Leonor ayudo a Magenta para convencer a los tipos de que había sido un asalto y que ella llego y nos encontró en suelo, y bla- bla- bla… Ellos se creyeron todo. En la tarde, Kana apareció en casa, bueno afuera de ella, pues la casa estaba siendo limpiada por unas personas contratadas por la policía. Me dijo que tal vez debíamos alojar en su casa por esa noche. Cuando Magenta escucho se colgó del cuello de ella junto con Leonor y sin poder reclamar algo todos alojamos en su casa esa noche. Mis dos hermanas durmieron con ella en su habitación, que envidia. Orión y yo dormimos en el living. Por la noche pensaba en ella. No me había acordado de lo que había visto en la mañana, ella era un ángel. Un ángel, un hijo del hermano de mi padre, un asqueroso ángel que salvaba a la gente que yo y mis hermanos destruíamos. Un ángel que volvía a las personas en buenas y le enseñaban a no cometer errores con su prójimo, a ser "santos". A convertir a la gente, a los hombres al "camino del señor" , mientras que nosotros convertíamos a los ladrones en abusadores de los más débiles, nosotros que abusábamos de nuestras fuerzas para destruir a los humanos. Ella era un ángel. Estaba durmiendo bajo la morada de un ángel. - ¿Qué has dicho? – me hablo Orión desde el otro sillón con una rostro pálido-¿De qué estas hablando? ¿Quién es un ángel? - Su rostro se había agudizado, su cara se veía mas alargada que la de costumbre y sus ojos se habían puesto totalmente negros. Estaba en alerta. - ¿Me has escuchado? – le pregunte en susurros y el me asintió con la cabeza. - Jamás me lo creería – dijo y sus facciones se estaban transformando en lo que nuestro cuerpo humano intenta ocultar. Se agazapo como un gato, preparado para atacar o saltar. Se giro. - ¡Espera! – le grite en medio de la noche -¿Qué harás? - Lo mire confundido. - Lo que debemos hacer en estos casos – respondió y subió como una bala las escaleras. Me congele… Todo fue extremadamente rápido. ¿Cómo decirlo? Esa noche ella me descubrió a mí como yo la había descubierto durante la mañana. Esa noche fue el fin de todo amor que alguna vez ella tuvo por mí. No esperaba que esto explotara tan rápido, sin haber encontrado una solución. Si tan solo hubiese tenido un tiempo más, un día más, un poco más. Era un demonio, su enemigo natural sobre la tierra y en el universo entero. Un hijo del demonio. Cuando vi su rostro desaparecer de mi vista me aborrecí de lo que yo era. ¿Cómo paso esto? ¿Lo hable? ¿Lo pensé? Orión podía leer mis pensamientos. Debí estar mas alerta. Me odie. Deseaba morir. Esa noche perdí, la perdí a ella.

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