Primera vez en la vida que me veo ante una situación similar. La angustia de no saber el estado real de Alessia me lleva nervioso. Intento mostrarme tranquilo, pero me es difícil. Veo a Camelia que va aquí sentada frente a mi totalmente ida, distraída. Vamos en la embarcación de vuelta a Nápoles, allí es donde está ubicada la clínica que me confirmaron está recluida Alessia y dos de sus amigas. La persona que me contestó no dio mayor detalle. Por esa razón la incertidumbre me tiene desesperado. —¿Pueden ponerle un poco más de velocidad a este aparato? —Le pregunto a uno de los chicos de la tripulación. —Sí señor, pero debemos ser precavidos, recuerde que es de noche —Me advierte el chico. Volví la mirada hacia Camelia. Se mantiene observando el mar mientras el yate avanza a gran velocid

