Angelica, en el momento que “el hombre serpiente” se levantó, se acercó a él, puso sus manos sobre sus angostas caderas y subiendo su mirada hacía él, le dijo: —Me encantaría que me hicieras sexo oral de nuevo en la cama, lo hiciste muy bien. Ivanno la miró con sonrisa pícara y llevó sus manos hacia el rostro de la mujer, al tenerlas ahí, comenzó a acariciarle sus mejillas y bromeando con ella le respondió: —Pues…entonces eso significa que estoy haciendo un buen trabajo y que, me va a pagar muy bien ¿no es asi? —Claro—respondió ella con perversión porque le excitaba esa faceta, de llevar el control—, te dije que el dinero para mí no era nada y que te pagaría de acuerdo a tu desempeño. Y por los momentos, no lo has hecho nada mal. —¿Nada mal? —contestó él alzándole una ceja con picard

