VI No mas Llanto

3321 Words
Freya se paseaba aun enojada por el comportamiento de Lord McKenzie, sabia bien lo irracional y poco ético que se había comportado en comparación a como Ma y Barcelot le habían enseñado siempre. —   Puede pasar ahora el gran Maestre la recibirá Freya salió de sus pensamientos dispuesta a entrar a la oficina l gran Maestre, coloco su mano en el pomo de la puerta cuando escucho la voz de Lord McKenzie. —   Gran Maestre no puedo permitir tal falta de respeto aun que sea la alumna de Maes Barcelot y Lord Ma. El código de títulos entre magos no solo se ganaba de acuerdo a la cantidad de especialidades que podían dominar, ya que dependiendo de estas podían alcanzar el titulo de brujo (dominando de 5 a 6 especialidades), hechicero (4 especialidades), mago (3 especialidades) chaman o vidente (2 especialidades); si no que también de acuerdo a la cantidad y calidad del mana, títulos nobiliarios o pureza de sangre, fuerza y agilidad en combate se les otorgaba el titulo de gran Maestre, Maes y Lord. Aun que el titulo de Lord se obtenía más fácilmente si pertenecías a una de las familias reales, Ma era la única excepción a la regla pues su titulo llego en base a su esfuerzo, determinación y habilidad delante de los ojos del gran Maestre. —   Entiendo su posición Lord McKenzie y la respaldo casi por completo, pero también le ruego que entienda que su majestad no fue criada como todos y no entiende las normas de nuestra comunidad La ira se volvió a encender en Freya, quien no concebía la mentalidad de estos hombres y menos que sus dos maestros hubieran soportado tal mentalidad. Ellos dos que siempre le habían inculcado el no hacer diferencias, el no dejarse llevar por su ego. —   Gran maestre no por ser su majestad deberíamos hacer diferencias, el titulo no importa si no sabe comportarse con respeto y menos si no acata ordenes. El gran Maestre sonreía un poco pues ahora entendía un poco más la situación del castigo y la actitud de Lord McKenzie. Sabia bien lo orgulloso, testarudo y prepotente que este se podía poner e incluso temía que la vieja aversión que McKenzie sentía por Barcelot, a pesar de la misma clase social, se volviera a reanimar.. —   Y supongo que tu vieja rivalidad con Barcelot no tiene nada que ver en esto ¿Cierto? La cara de Lord McKenzie se tenso un poco antes de dar paso a una ligera coloración roja de enojo mezclada con pena al ser descubierta en parte sus secretas emociones. —   Claro que no usted sabe perfectamente que clase de alimaña es Noor La puerta de la oficina del Gran Maestre se abrió con gran fuerza lo que provoco un ligero sobre salto en ambos magos. —   Lord McKenzie no le permito que se exprese así Ambos magos se quedaron un poco sorprendidos ante la abrupta intromisión de Freya en la oficina; La oficina del Gran Maestre era el lugar mas amplio de todo el templo, tenia un enorme vitral de mano derecha lo cual dejaba entrar la luz en diferentes tonalidades, una chimenea de mármol n***o, una terraza con un telescopio y una pequeña mesa con pergaminos, lápices de cera, plumas y lo que parecían planos o mapas del cielo. El escritorio central de la oficina era de cedro en color caoba y amplio con una lampara de forma chistosa, una pipa, una runa de invocación y un par de botellas de pociones algo extrañas. Si levantabas la mirada el techo era otro vitral, pero a diferencia del anterior este parecía contar una historia antigua por planos. En el primer plano se miraba a una doncella de cabellos dorados y ropas en coloración azul y roja que emulaban a la ceda, en vuelta por algo que parecía una pashmina pero que en realidad y si te fijabas bien era un pequeño dragón rosa susurrándole al oído, mientras esta miraba al joven de brillante armadura. En el segundo plano se miraba a los dos jóvenes sentados en un campo de flores lilas y amarillas sentados y tomados de la mano ante la mirada vigilante del dragón. Para el tercer plano solo se ve al dragón envuelto en un aura carmesí sobre una armadura arruinada y sosteniendo lo que parece ser un hilo dorado. Cada plano estaba separado por una línea dorada que en realidad eran pequeñas inscripciones apenas visibles.  La oficina del Gran Maestre no había cambiado en años por lo cual daba un leve sentimiento de calidez, a pesar de ser un lugar muy frio y apartado de toda la sociedad. —   ¿ve a lo que me refiero? ¿que son esas formas de entrar? Muestre algo de respeto. Lord McKenzie le apuntaba con el dedo a Freya mientras miraba al Gran Maestre en busca de aprobación o de que al menos se mostrara enojado ante tal interrupción. —   Lord McKenzie retírate por favor, después continuaremos con nuestra conversación. El enojo de Lord McKenzie estallo y su rostro lo demostró volviéndose completamente rojo, mientras apretaba las manos y tragaba saliva con mucha dificultad mientras intentaba calmar su respiración. —   Pero esto es inaudito Gran Maestre —   Lord McKenzie por favor retírate El gran Maestre se puso de pie señalándole la salida, mientras en su cara se formaba una gran desaprobación por quien el creía que lo suplantaría el día que el al fin decidiera jubilarse y ser uno con el cosmos. Lord McKenzie se trago su orgullo pues sabia que no podía desobedecer una orden directa del Gran Maestre, por lo que de mala gana se dio la vuelta y avanzo a la puerta cerrándola mas fuerte de lo que había planeado. —   Toma asiento por favor El Gran Maestre señalo una silla enfrente de su escritorio, esta vez su rostro lucia mas relajado y su mirada se veía triste y tranquila como si compadeciera a la pequeña Rajad que tenia enfrente lo cual hizo que Freya olvidara un poco su enojo de antes. —   ¿Puedes decirme que paso en clase de Lord McKenzie? —   Bueno pues el castigo injustamente a Noor. —   ¿Por qué crees que fue injusto? —   Por que castigo a Noor por algo que ni siquiera fue su culpa y además la trato con tanto desprecio y humillación —   ¿Está segura que Noor no se merecía ningún castigo? La mirada del Gran Maestre se volvió un poco mas amable invitando así a Freya a reflexionar mas halla de su enojo y el clasismo de Lord McKenzie.  —   Puede ser que ambas nos mereciéramos un castigo, pero aun así la forma en como Lord McKenzie se dirigió a ella y el castigo extra por caerse. —   Me parece que ese castigo fue para todo el grupo —   Si, pero solo genero que todos se enojaran con Noor —   Si puede ser pero si analizas Lord McKenzie actuó bien al castigarlos a todos. —   Tal vez, pero la forma en cómo se expreso —   Escucha no voy a justificar la forma de conducirse de Lord McKenzie, pero debes entender que cada persona es un mundo o al menos eso debieron enseñarte. Freya sintió un ligero pinchazo en el corazón al pensar en sus maestros y recordar su vida en el palacio y a su padre que ahora estaba muerto. Sintió como su corazón se estrujaba un poco y la tristeza comenzaba a volver a sus ojos, pues con todo lo sucedido había dejado en segundo plano el hecho de que ahora era huérfana o al menos eso suponía por lo cual sintió como una lagrima salía de su ojo rodando cuesta abajo. —   Su majestad se que usted ha recibido otro tipo de educación y que no conoce muchas de las reglas de la gente mágica como nosotros, se también que no se quedara de planta a estudiar en este colegio aun que me gustaría. El Gran Maestre seguía hablando, con la mirada fija hacia su telescopio en parte como dándole un poco de privacidad a la pequeña chica, lo cual Freya aprovecho para limpiarse la lagrima. —   No se bien cuales sean los planes de Barcelot y Ma pero me gustaría que te permitieran tomar clases aquí con Lord McKenzie a pesar del pequeño altercado, lo que me lleva a recordar que debe aprender sobre las leyes que nos rigen. El Gran Maestre se paró y se dirigió a uno de sus estantes buscando un libro que coloco en las manos de Freya. —   En este libro aprenderá lo básico de modales y reglas de nuestro mundo, como es obvio que no puede regresar por lo menos hoy a clases de Lord McKenzie se quedara aquí en mi oficina para que nadie la moleste. Al sentir lo pesado del libro Freya volvió de sus pensamientos para observar el libro que ahora tenia en las manos y entender las ultimas palabras del Gran Maestre. —   Léalo y espero anote sus dudas además de hacer una pequeña reseña y espero lo tenga todo listo para cuando regrese a esta oficina ahora de momento tengo un par de asuntos pendientes que me tomaran mas o menos medio día lo cual debe darle tiempo suficiente para cumplir con la tarea encomendada. El Gran Maestre salió de la oficina dejando a Freya sola con un libro y un montón de hojas en la mano. —   ¿pero que acaba de pasar? La pequeña Raja no entendía muy bien, pero como siempre había sido buena estudiante y como una forma de alejar los malos pensamientos tomo el libro y comenzó a leer. Por otra parte Ma y Barcelot llegaban a la frontera de Apolinar algo cansados y sin hablarse mutuamente. Un par de metros mas adelante vieron las primeras luces de la noche encenderse, aun que en Apolinar ya casi caía la noche en el templo Gobekli aun era de día gracias al hechizo del Gran Maestre el tiempo pasaba algo diferente ahí lo que permitía maximizar mas la enseñanza de la magia y tener alumnos mejores preparados. El cielo de Apolinar comenzaba a mostrar un poco mas la luna y las estrellas, la nieve también dejo de ser tan copiosa lo cual indicaba que la primavera se estaba acercando, incluso el aire de la noche ya no se sentía tan frio como antes; ambos amigos disfrutaron un poco mas de la calidez que se comenzaba a sentir y como les faltaba poco para llegar a su destino por lo que decidieron aminorar el paso y disfrutar un poco para mitigar un poco el trago amargo que Abdul los hizo pasar. La gente de Apolinar comenzaba a alistar su ropa de primavera y también el pequeño festival por la llegada de esta; como los niveles de nieve disminuían las casas comenzaban a tender las de apoco los materiales que utilizarían para hacer las alfombras que cubrirían el camino a la pequeña plaza del pueblo que en pocos días se llenarían de puestos y personas. Después de disfrutar un poco y pasados unos minutos Ma y Barcelot llegaron a casa, Barcelot descendió al pequeño montículo de piedra en donde regreso a su forma original mientras Ma llegaba con Inugami y Babette. Lo primero que Barcelot hizo fue darle un abrazo a su amiga antes de proceder con el regaño.       —   ¿En qué rayos estabas pensando para hacer eso? —   Yo lo siento mucho me deje llevar por la ira y el enojo que sentía y creí que podría darle fin. —   ¿y luego qué? ¿Pensaste si quiera en las repercusiones que tendría esto para Freya? ¿Pensaste si quiera en lo que ella sentiría si te hubiera perdido? —   Ya te he dicho que me deje llevar lo siento prometo que no volverá pasar —   Nunca mas volverás a pelear sola es obvio que aun te afecta Barcelot se refería al terrible pasado de Ma y el horrible destino de sus padres a mano de los Keukegen. —   Por Dios no es para tanto —   ¿¡Que no lo es!? La cara de Barcelot se tenso y sus ojos perdieron orbita ante una respuesta tan vaga, corta y despreocupada de su amiga. —   Hoy casi caes en manos de Abdul por precipitarnos, nuestra pequeña ya perdió a sus padres somos lo único que tiene no podemos faltarle. En las palabras de Barcelot existía mucha razón y también mucha culpa que se apoderaron del corazón de Ma, y por primera vez desde que tuvo su arrebato pensó en Freya y sintió una enorme nostalgia y necesidad de abrazarla. —   Me deje llevar y olvide la principal regla, tienes razón esto aun me afecta mas de lo que admito. Ambos se sentaron en el pórtico, mientras sus familiares entraban a la casa en busca de un poco mas de calor, algo que comer y un lugar en donde descansar un poco antes de partir al templo. —   Solo digo que tenemos que tener un mejor plan, es obvio que aun no estamos listos y no sabemos que es lo que Freya quiere. —   Algo me dice que no desea pelear con sus hermanos por el trono —   Si esa es su voluntad tenemos que prepararnos mas pues nada impedirá que sus hermanos vengan por ella. —   Sea quien sea debemos proteger a la pequeña. Freya seguía leyendo el libro pero sin mucho interés, en las hojas tenia algunos rayones y puntos que no lograba aceptar y que creía debían cambiar, pues no se debería privilegiar, unos golpes en la puerta interrumpieron su escasa concentración. —   Su majestad el Gran Maestre me ha pedido que le traiga su comida Freya volteo a ver el reloj ya eran cerca de las diez de la noche y el sol aun parecía del medio día; Freya le hizo un ademan para que entrara y dejara la bandeja sobre el escritorio. —   Muchas gracias eres muy amable —   De nada su majestad La chica le sonrió antes de salir y cerrar la puerta. Freya dejo el libro y se dirigió a la bandeja al destaparla encontró un vaso de leche, uno de agua de kiwi, una pieza de pato horneado con ensalada y pure de papa, un tazón de fruta y una pequeña porción de gelatina de coco con mermelada de fresa encima. —   Se ve que no reparan en gasto a la hora de comer Tomo una cuchara para comer la gelatina primero cuando Noor entro a la oficina. —   Noor Freya dejo de lado su comida y fue a abrazar a su amiga que parecía menos animada que en la mañana. —   Freya lamento mucho haberte causado problemas con Lord McKenzie. —   Ya te dije que tu no causaste nada, en todo caso también fue mi culpa. —   Eso no es así es solo culpa mía Frey. —   Mira yo solo quería huir de aquí y tu me detuviste, te ofreciste a hacerme compañía. —   Si pero también hice que faltaras a clases y eso causo el enojo de Lord… —   Por mi Lord Mc me enojo por todo Kenzie se puede ir al infierno Tanto Noor como Freya se rieron un poco después de esta afirmación y así se relajaron un poco antes de proseguir con la platica.  —   Chica nueva lo mejor será que si te quedas no te juntes conmigo, ya que solo te atraeré problemas con Lord McKenzie —   Y yo ya te dije a donde se puede ir, además no creo que Ma y Barcelot dejen que me quede ¿Por qué no vienes conmigo? Noor abrió los ojos enormes antes de contestar, pues era obvio que su nueva amiga aun no entendía cuales eran las reglas para todos los que tuvieran el don mágico y no cumplieran con el aprendizaje debido para controlar y aplicar sus habilidades. —   Frey no creo que Lord Ma y Maes Barcelot tengan algo que decir al respecto si el Gran Maestre ya decidió que te quedes —   ¿De qué hablas? El Gran Maestre no puede decidir sobre eso Noor vio el libro que su amiga tenia sobre el escritorio —   ¿Hasta dónde has leído? —   No mucho la verdad, tiene muchas cosas absurdas y palabras rimbombantes. Noor volvió a sonreír antes de tomar su mano y verla a los ojos para intentar explicarle una de las reglas mas importantes y por la cual se regían todos los reinos del planeta, pues mediante esta se había conseguido tener un equilibrio perfecto y no concedía ninguna ventaja a ningún reino. —   Frey las personas que tenemos el don mágico estamos bajo las órdenes y jurisdicción del Gran Maestre sin importar tu clase social o credo. —   ¿QUE? —   No hay nadie que mande o este por encima de él, excepto tal vez el Sumo Vicario, pero ese ya es otro asunto. —   No creo que Ma y Barcelot me dejen aquí —   Desde que el don mágico broto en ti el único que puede decidir sobre tu futuro es el Gran Maestre, ni Lord Ma o Maes Barcelot pueden hacer algo. Freya comenzó a temblar, se sintió asqueada y se llevo las manos al rostro antes de comenzar a sudar. —   Eso no puede ser así, yo no me puedo quedar aquí Los ojos de Freya comenzaron a llenarse de lagrimas y su cabeza de dudas y coraje hacia sus maestros. Durante sus once años de vida jamás había cuestionando ni una sola de las ordenes que salían de la boca de sus maestros es por eso de que la sola idea de quedarse ahí encerrada la enfermaba.  Sus rodillas cedieron al peso de todo lo que tenia acumulado y se dejo caer al suelo, Noor apenas fue capaz de sostenerla para evitar que el golpe fuera mas fuerte. —   Por favor Frey tranquila estar aquí no es tan malo Noor intentaba darle animo a su amiga, quien estaba entrando en pleno ataque de ansiedad al imaginarse encerrada y con Lord McKenzie gritándole todos los días hasta doblegar su espíritu solo por que escucho el sonido de una puerta.  —   Freya por favor respira, tranquila Freya estaba por desmayarse cuando el Gran Maestre entro por la puerta y vio la escena, se apresuro a tomarle el pulso. —   Zack El gran maestre lanzo un enorme grito que se escucho en todo el templo y en cada uno de los rincones aledaños al templo en busca de su familiar. Zack era un enorme tigre blanco con ojos de color rojos carmesí, su pelaje era suave y su cola era larga y gruesa, sus garras y colmillos afilados y a pesar de tener unos o varios años encima era muy ágil para su tamaño y peso. El enorme tigre apareció en la puerta en cuestión de segundos, el gran Maestre le indico que llevara a Freya a la enfermería acompañado de Noor. Mientras estos salían el Gran Maestre invoco una palomilla de fuego que envió con urgencia a Barcelot exigiendo que llegaran cuanto antes pues la situación con su pupila se estaba tornando por demás difícil. En la enfermería lograron estabilizarla antes una Noor muy asustada y con las manos muy sudorosas. —   Ya puedes pasar a ver a su majestad y por favor no la alteres Le dijo la enfermera mientras salía del cuarto y daba paso a Noor quien entro a toda prisa y no pudo evitar soltar un suspiro de alivio al ver a su amiga acostada durmiendo un poco. Noor se acerco hasta la cama y se sentó en la orilla de esta lo cual provoco que Freya abriera los ojos. —   Noor me siento tan casada —   Lo se Frey, Lo se Ambas chicas se quedaron ahí sentadas en silencio prometiendo que no debían llorar mas, pues se tenían la una a la otra para enfrentar ese lugar pasara lo que pasara.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD