Y vaya que sabe cosas. —Levanta el trasero cariño…—. Juega con el borde de mi ropa interior y cuando hago como me pide, arrastra sus manos por mi cuerpo llevándolas consigo. Las sensaciones me abruman. Es la primera vez tomándose el tiempo de jugar conmigo. Hasta el momento, nuestros pocos encuentros han sido unos cuantos besos y directo a la culminación. Ni siquiera necesitaba tanta preparación, solo tenerlo cerca me hacía reaccionar deseando que entrara de una vez y acabara con mi sufrimiento. Pero acabo de notarlo, tomar las cosas con calma puede doler de una forma tan deliciosa. Sus manos sujetan mi tobillo y levanta mi pierna besando la cara interna de mi rodilla. ¿Cuánto más me queda por aprender? Ni siquiera sabía que un beso en esa zona podría provocarme tanto placer. La

