Por favor, no.

1625 Words
Hoy es el día. Mis amigas de la universidad, me recomendaron no pasar mi vida leyendo. Ellas entienden que todos tenemos hobbies diferentes, y que el mío es la lectura. Pero me hicieron comprender a mí, que la vida social también es importante. Y entre las clases, la Booktique y mis lecturas, no tengo tiempo para ellas. Así que acordamos, que siempre y cuando saliera con ellas dos veces al mes, a hacer algo que a ellas les gusta,  me dejarían en paz el resto de las semanas. Y hoy es el día pactado. Me maquillan y me visten como a una Barbie, planchan mi cabello, me ponen un maquillaje con labios rojos y un delineado sutil, y me pongo un vestido que me prestan. Es n***o y corto, con dos cierres que se abren sobre mis piernas. No tiene mangas, pero se sostiene con unos breteles tipo jumper hechos con cadenas, así que me pongo una blusa manga larga blanca,  sin hombros, pero con muchos frunces debajo para sentirme menos desprotegida. Nunca fui capaz de caminar con tacos, asi que me pongo mis mejores botas de combate, para sobrellevar la odisea que va a ser hoy, y salimos. Llegamos a un bar, de esos que ves en las películas. Adentro todo es luces, música, personas por doquier. El típico lugar del que yo intentaría escapar. Pero prometí que no me echaría atrás. Se los debo luego de que siguieron siendo mis amigas a pesar de mis escasas habilidades de comunicación. Nos sentamos en unos sillones, pedimos unos tragos, conversamos, y deciden ir a bailar a la pista. Eso es algo que yo no podría hacer ni aunque intentara. Soy dura como una tabla. Por eso, a pesar de que me arrastran con ellas, estoy ahí en medio de un balanceo incómodo que ni siquiera coordina con la música. -Deberías buscar a un chico- -Sabes que no es mi tipo de salida V. Vamos de a poco, no puedes esperar que haga todo de golpe- una de mis amigas más cercanas. Valery, o sea V. Es mi amiga desde que entramos a la universidad hace tres años. Ella sabe todo de mí, y fue la primera en notar mi ridículo enamoramiento con Alex. No lo conoce de cerca porque él se graduó cuando nosotras recién estábamos tomando los exámenes de ingreso, pero lo conoció de lejos una vez que me recogió en la facultad para la boda de Julia, y me informó que si yo no me lo quedaba, que se lo presentara. Pero ella nunca vio nuestras interacciones. No sabe que no puedo siquiera pensar en alguien que no sea él. Prácticamente estamos saliendo. Sólo que no tenemos besos ni relaciones íntimas, que es lo más básico en una relación. Pero la forma en la que me mira, la manera en la que me trata, hizo que mi bandera estuviera tan arriba, que sería imposible para alguien que no sea él, tomarla. -Lo dejamos pasar esta vez, pero si no te decides a enfrentar a tu gran amor, vas a tener que buscar por otro lado. O, ¿acaso el plan es ser soltera de por vida?- me dice riendo en mi oído. La música está tan fuerte que apenas podemos escuchar lo que la otra dice. Se escucha el beat que retumba en mi pecho. Y los ojos de V se abren como platos cuando ve detrás de mí. Siento una mano en mi cintura que me voltea sujetándome fuerte, y estoy a punto de romper una nariz cuando mi brazo es sujetado con fuerza. Entonces siento su aroma. Y lo conozco. Sus ojos y su sonrisa brillan como siempre lo hacen. Tiene una camisa oscura con los primeros botones desabotonados y el pelo despeinado como siempre. Las gotas de sudor brillan en su frente y puedo ver destellos recorriendo su cuello. Siempre imaginé de esta forma a todos los personajes de los libros que leí hasta ahora. Cada vez que una escritora narra a un apuesto y musculoso hombre de cabello castaño y ojos brillantes, Alex aparece en mi mente. Libero la tensión en mi mano derecha, y cuando se da cuenta que ya no voy a golpearlo, suelta mi brazo y une sus manos sobre mi espalda. Yo, por inercia acomodo ambas manos sobre sus brazos, en una posición que sólo una pareja de amantes usaría. Pero nosotros no somos nada como eso. -¿qué haces en un lugar como este cariño?- habla en mi oído y envía un escalofrío por mi espalda. V me da dos toquecitos en el hombro y cuando volteo Alex afloja una mano, pero con la otra sigue sujetando mi cintura, me aprieta contra él y me siento pequeña a su lado. Mi amiga me mira sorprendida. -¿por qué todavía no tiene la nariz rota?- me pregunta como si fuera algo que hago seguido. -V, este es Alex- Los presento y su boca forma una sorprendida O que me avergüenza- Alex mi mejor amiga V- -Pensé que yo era tu mejor amigo cariño, almas gemelas, medias naranjas y todo ese rollo- dice dándole un apretón a mi cintura y consiguiendo que el cosquilleo en mi vientre aumente. -Ohh… asi que este es Alex- Dice saludándolo con un beso- un gusto conocerte- Y me señala con un dedo hacia atrás- voy a estar por allá por si me necesitas Carycole. Seguro no me necesitas- me dice guiñándome un ojo y la veo alejarse unos pasos. Volteo a ver a Alex que me está sonriendo, y automáticamente devuelve sus manos unidas al final de mi columna, casi apoyadas sobre mi trasero.  Intento hacer un paso para atrás pero no me suelta. -¿ahora también me vas a denunciar por acoso s****l?- dice rozando mi oreja con sus labios. -¿te divierte hacer esto?- inquiero, esperando una respuesta en broma y poniendo mis manos en su cuello. Pareciera que estamos bailando una canción lenta, cuando en realidad la música y todas las personas a nuestro alrededor están saltando eufóricas. -Me divertía cuando tenías diecisiete…- responde burlón, con su sonrisa registrada en su rostro, sin apartar sus ojos de los míos. -bueno, sorpresa- exclamo tomando el cabello de su nuca y acercando su oído a mi boca- ya no tengo diecisiete- susurro y muerdo su oreja. Su mano sigue en mi cintura, y con la otra, me aparta el cabello a un costado para hablar directamente en mi oído. -Créeme que soy quién más notó que ya no tienes diecisiete- y me muerde el hombro. Un gemido se escapa de mis labios, y la reacción de Alex me dice que lo escuchó. Con una velocidad increíble intenta empujar mi cintura, pero es tarde. Pude sentir su dureza en mi estómago. Al fin logré una reacción. Por fin su cuerpo descubre que no soy una niña. -Mierda. Debo irme cariño- me dice nervioso, y sé por qué. -No hay problema- le digo sonriendo y dándole dos palmaditas en el brazo- cuando estés cogiendo a alguna chica que te encuentres en la salida, intenta no decir mi nombre- me burlo, y avanzo hacia mis amigas. Cuando estoy a punto de llegar, una mano me frena, y es un completo desconocido que me invita a bailar. Intento no buscar a Alex, pero puedo sentir sus ojos mirándome. Es una habilidad que adquirí cuando comencé a desarrollar un gusto por la ropa ajustada, en vez de camisetas gigantes. Este chico me dice algo que no escucho por la música, y cuando intenta tomar mi mano, Alex lo frena. -Con permiso…- le dice. Suelta su mano y toma la mía.-Ya nos vamos cariño- Me arrastra fuera del lugar. Volteo a ver a V que me levanta los pulgares y la veo contándole algo al resto de las chicas. Todas me voltean a ver sonriendo y me hacen unas señas vulgares. Entendí esa referencia. Alex, prácticamente me arrastra hasta la avenida. Me sube a un taxi en silencio. No dice nada. -¿A dónde vamos?- le pregunto. Confiaría mi vida a él, sé que nunca me haría daño. Pero tampoco soy el tipo de persona que se deja controlar por alguien más. No me contesta. Sólo toma mi mano y le da un suave apretón. -Alex, si no me dices a dónde me estás llevando me voy a bajar acá mismo y voy a volver caminando al bar, con mis amigas, donde debería estar ahora- replico. -necesito pensar, dame un segundo Carolyn- dice y se toma el cabello con una mano. Suelta un largo suspiro y me mira. Resolución llenan sus ojos. -Tenemos que hablar, así que vamos a mi casa por un momento, ¿de acuerdo?- Si tan sólo supiera que con él iría a donde quisiera. Llegamos, me abre la puerta. Me toma de la mano y me indica el camino a su departamento. Cuando llegamos y cierra la puerta detrás de mí, arrinconándome contra la pared de la entrada. Su mano en mi cintura, y su ante brazo apoyado a un lado de mi cabeza. Si esto es otra de sus bromas voy a matarlo. -Alex, si esto es otro de tus chistes voy a denunciarte en serio- le sonrío y espero su respuesta. Miro seriamente sus ojos, espero por su sonrisa, pero no sonríe. Es la primera vez en la que lo veo serio. -me estás volviendo loco Carolyn- No hay ningún “cariño” esta vez. Presiona su frente en mi hombro donde me mordió, y siento su lengua recorriendo las marcas de sus dientes. Cierro los ojos ante la mezcla de dolor y placer y escucho el sonido de sus besos en mi cuello. Por favor, no me despierten.
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