Capitulo 48

584 Words

¿Será que ya sabe...? No, no, no, imposible. No puede saber que me escapé... ni lo de Alastor. No tendría cómo. ¿O sí? Empiezo a sudar, aunque el aire fresco de la mañana acaricia la cocina como una brisa complaciente. No hay calor, al menos no afuera. Adentro, sin embargo, estoy hirviendo. El sudor me recorre la espalda con insistencia, como si mi cuerpo estuviera delatándome gota a gota. Y para colmo, el hambre me está volviendo torpe; la saliva se acumula en mi boca más rápido de lo que puedo tragarla, haciéndome tragar una y otra vez con nerviosismo mal disimulado. Fátima, claro, no deja pasar nada. Esa mujer puede notar hasta cuando la casa respira distinto. —¿Estás bien? —pregunta con ese tono neutro suyo que es, en realidad, una trampa. —Sí, todo bien. No te preocupes —cont

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD