Minutos más tarde, torre Al-Sharif Holdings, Downtown Dubai...
El lujoso auto de Emir se deslizó suavemente hacia el estacionamiento privado del edificio. Ocupó su lugar reservado con la placa de bronce que decía "E. Al-Sharif - Ingeniero Jefe" en letras grabadas elegantemente. Apagó el motor dejando solo el silencio del estacionamiento.
Se quedó sentado por un momento más de lo necesario, con las manos aún sobre el volante de cuero. Miró la hora y todavía tenía veinticinco minutos antes de la reunión programada.
«Ya llegaste. Hoy es un día normal con una nueva arquitecta» —se ordenó mentalmente, apretando el volante con más fuerza—. «Tú eres el jefe aquí y tienes... el control»
Pero incluso mientras se repetía ese mantra con firmeza, podía sentir la tensión instalándose en sus hombros
