Diana no pudo aguantar. Al sentir aquel pollazo se corrió. Se le pusieron los ojos en blanco. Luchó por no gritar, por no gemir, porque su padre no se diera cuenta de que estaba teniendo el mayor orgasmo de su vida. Todo su cuerpo estaba tenso, recorrido por fuertes espasmos que hacían que su coño se contrajera alrededor de la polla de su padre. -¿No te estarás corriendo, verdad puta? -Ahhhhhhhh aggggg no..no...nooooooooo aggggggggggggg -Eso espero. El sabía perfectamente que Diana se estaba corriendo. Veía su cuerpo estremecerse, pero hizo como si no se diera cuenta. Se la empezó a meter y sacar bien fuerte, bien a fondo, haciendo que el orgasmo de Diana no terminase. Valentín no iba a aguantar mucho sin correrse él también...Aquel coñito tan caliente, tan mojadito y tan apretadito

