Valentín hizo levantar a Diana. La miró. Se comportaba como una zorrita, sí, pero era su hija, era una mujer, y preciosa. Se acercó y la besó en la boca. Sintió el cuerpo de ella temblar. Aquel beso de su padre fue el mejor beso que había recibido en su vida. -Diana, en casa serás mi putita, y vestirás como tal. Pero cuando salgas a la calle, a no ser que yo te diga lo contrario, vestirás como antes y te comportarás decentemente, entendido? -Pero.. -No hay peros. O haces lo que yo te diga o ya sabes en donde tienes la puerta. -Vale papá -Y si te digo que hagas algo, lo haces sin rechistar. -Sí. -Bien. Ahora puedes terminar de desayunar. -jeje, ya no tengo hambre, estoy llena -Jajajaja La miró a los ojos. -Quítate las bragas. Diana lo hizo inmediatamente. El corazón le empezó a

