Gabriel sonrió con cierta malicia, pasando los dedos por su mentón.—Sí, amigo. Lo primero que pensé fue: "¿Una amiga? ¿Quién será? ¿Qué significa esto?". No te voy a mentir, no acepté de inmediato. Pero... lo reflexioné. Daniel golpeó la mesa suavemente, incapaz de contenerse.—¡¿Qué estás diciendo, hombre?! Gabriel río ante su reacción, pero su mirada delataba una mezcla de vergüenza y honestidad.—La oferta era muy atractiva, Daniel. Esos chicos... eran atractivos. Y la idea de una amiga sumándose... eso era mi fantasía. Y luego estaba ella, Camila, ganando dinero con esto, dinero que podría compartir conmigo. —¡Esto es demasiado! —Daniel negó con la cabeza, completamente desconcertado. Gabriel tomó aire y continuó:—Me acerqué a ella. Aproveché que estaba ocupada jugando con ellos. Sen

