Isabel suspiró profundamente, sus ojos perdiéndose en el pasado mientras comenzaba a narrar: Isabel suspiró profundamente, sus ojos perdiéndose en el pasado mientras comenzaba a narrar: "Fue hace casi 15 años. Yo llevaba apenas 6 meses en la agencia y me habían asignado la venta de una mansión de 12 millones de dólares. Era un verdadero reto en mi carrera, algo que podría catapultarme o hundirme por completo. El único cliente potencial era un hombre de unos 50 años, un petrolero rico llamado Ernesto Valverde. Era guapo, de una manera ruda y masculina, con el pelo canoso y unos ojos penetrantes color acero. Pero su personalidad... Dios mío, era temible. Recuerdo la primera vez que lo llevé a ver la propiedad. Vestía un traje impecable que gritaba dinero por todos lados. Yo me había pues

