Los labios de ella, sin emitir sonido alguno, dibujaron la palabra "CABRITO". Pero su sonrisa delataba que le encantaban las ocurrencias de su hijo. Y así, de pie junto a ella, Juan empezó a hacerse una paja. Estaba tan caliente por la situación que su polla babeaba. La pasaba por la cara de su madre y la iba mojando de líquido preseminal. -¿Eres mía verdad? - le susurraba. Ella respondía que sí con la cabeza, mirando la polla que sabía que le iba a dejar la carita perdida de leche. -Sí, tienes razón, Tere. Marisa es una boba - seguía la conversación de María con Tere. Juan no conocía a esa Tere. Cuando sintió que se iba a correr, levantó un poco la cara de su madre, apuntó y ..BLAM!!! El primer chorro fue desde la mejilla derecha, sobre la nariz, hasta la frente. Ella cerró los ojos

