Vox maldijo mientras trabajaba no solo junto a Tor, Lodar, Bob y Fred, sino también Titus y los demás. Los habían ido a buscar más temprano de lo habitual y los habían llevado hacia una parte de la mina distinta a la que habían estado trabajando hasta entonces. Vox había sabido al instante que algo iba mal. Para empezar, los guardias se habían negado a permitir que Bob volviese con Riley. Segundo, no solo habían ido a buscarlos temprano, sino que tampoco les habían dado las herramientas habituales para trabajar. Y, por último, había sabido que los matarían nada más ver que los demás ya estaban esperándolo a él y a sus hombres. Todos sus meticulosos planes resultaban inútiles frente a los veinte guardias Antrox que los rodeaban. Lo único que les aportaba el atisbo de una posibilidad era el

