Mi madre siempre dice que cada día me parezco más a mi padre. Además de el físico tome la misma carrera que el, aunque ella dice que elegí la carrera equivocada y que debí haber tomado el modelaje.
Aunque no es la única que piensa de esa manera. Petter también se encarga de hacérmelo saber cada vez que tiene la oportunidad.
— ¡No sé que Le ves a las leyes! —
Vocifero al enseñarle mi pensun de estudios
— Debisteis ser modelo ¡Mírate! Tes blanca como la nieve, Alta, delgada, Cabello largo lacio y n***o como el azabache, tus hermosos ojos café y ese hermoso cuerpo que provoca.... —
Exclamó mientras se mordía los labios y me lanzaba esa mirada que decía a gritos
¡Quiero besarte!
¿Que como sabía eso? ¡Pues muy fácil! Ya había visto esa mirada antes, aprendí del mejor
"Mi padre" Alejandro Rotolly era todo un casanova, experto no solo en conseguir los divorcios si no también en las conquistas.
En cierta forma a veces pensaba si todas esas mujeres eran sus clientes pensaba... ¿Será que mi padre había sido la causa de su divorcio?
Sacudo mi cabeza para alejar mis pensamientos negativos.
— ¡Estás demente! Petter, Yo jamás podría ser modelo —
Está conversación siempre comenzaba y terminaba igual. Petter insinuando que tenía un cuerpo de Miss Universo y que debía haber agarrado la carrera de modelaje a estar sumergida en libros y leyes para conseguir ser una abogada o aún más reconocida que mi padre.
Y yo negándome rotundamente a estar semi desnuda caminando en una pasarela mientras soy expuesta a las Miles y millones de críticas que darían esas persona que solo por tener un kilo de más de tacharían de gorda. ¡Además! yo amaba tres cosas en mi vida Número uno mi madre y en segunda mi padre y por supuesto el tercero y el último pero no menos importante ¡Comer!
— ¡Aya tu! O prefieres estar encerrada en tu habitación sin tener vida social mientras te sumerges de cabeza en los libros a salir y conocer más allá de las cuatro paredes de tu habitación —
Exclamó Petter mientras se sentaba sobre la cama y se cruzaba de brazos mientras fruncía el ceño y hacía puchero como si con eso fuera a cambiar algo
— ¡Vamos! No te enojes conmigo —
Dije mientras dejaba la hoja de papel sobre la cama y le tomaba sus manos mientras hacía pucheros y le colocaba los ojos de perrito regañado.
— ¡Jamás! ¿Cómo crees que podría enojarme contigo? —
Dijo mientras se levantaba y me rodeaba de la cintura, atrallendome hacía el, sentir su cuerpo tan cerca del mío aceleraba los latidos de mi corazón. Sentía que en cualquier momento podría llegar a sufrir de un paro cardíaco, ¡Si! Ya se que parecía exagerada Pero moría de amor por este chico... Solo que no me atrevía a decirle una sola palabra al respecto.
Todo marchaba muy bien entre Petter y yo, jamás pensé que ese día cambiaría todo para mí, cambiaría el rumbo de mi vida. Era una tarde como cualquier otra Petter y yo estábamos acostados en mi cama viendo una serie en Netflix, Una chica de su grupo de amigos Elizabet Fernandez cumplía 18 años y para celebrarlos le había pedido a sus padres alquilar una disco.
Su madre era abogada igual que mi papá, y su padre ingeniero trabajaba en una empresa de petróleo reconocida, ambos disponían de buena posición económica como para complacer los caprichos de su hija.
— ¡Bella! ¿Quieres ir conmigo a una fiesta? —
Susurró a mi oído como si se tratase de un secreto entre el y yo
— No creo que sea buena idea —
Comentó mientras inclino mi rostro, Petter colocaba su mano en mi mentón y levanta mi rostro
—Vamos nena ¡anímate! tu nunca sales de estas cuatro paredes —
— Claro que lo hago Pet, Cuando voy a clases —
— Eso no cuenta como salir Bella —
— ¿Y cuando tú y yo vamos al cine? —
— Eso quizás si, pero de igual forma muy poco sales de aquí, ¡Vamos anímate ven conmigo ¡ —
— No Pet de verdad que no tengo ganas, ¡Además! ¿que me voy a colocar? tu sabes lo que yo acostumbro a usar —
— Tu eres bella con lo que sea que lleves puesto, se tu misma ¡Solo vístete! —
— ¡Pero Pet...! —
— Bella yo me voy a la casa a bañarme en dos horas te pasare buscando —
— Pero Pet...—
— ¡Dos horas dije! y no se habla mas —
Dijo mientras me plantaba un beso en la frente y salía de mi habitación. Bufé, Estaba molesta por qué nunca me escucha, nadie me toma en cuenta ni respeta mis decisiones. Así que quisiera o no en dos horas Petter pasaría por mi. Así que no se me ocurrió una mejor idea más que recurrir a la única persona que me podía ayudar a elegir un atuendo para lo que sería mi primera fiesta con chicos de mi edad y seguramente muchas drogas y licor.
— ¡Mama! necesito tu ayuda por favor —
Vocifere, mientras habría la puerta de su habitación y me abalanzaba sobre su cama
— ¿Dime hija?, que necesitas —
Comentó pasando su suave y delicada mano por mi larga y abundante cabellera
— Mama Petter me ha invitado a una fiesta ¡pero no se que usar! ¿me podrías ayudar? —
Mi madre coloco los ojos como platos, casi que se salían de su rostro, se que para ella era sorprendente escucharme hablar de esa manera. Se podría decir que está sería la primera vez que su hija de 16 años recurriera a ella en busca de ayuda para saber que atuendo usar para una fiesta.
— ¡Son ideas mías! ¿O yo escuché que Patter por fin te convenció salir de estas cuatro paredes? —
Exclamó sorprendida mientras se incorporaba sobre la cama
— ¡Si mama! Escuchaste bien —
Vocifere, colocando mis ojos en blanco
— ¡Pon fin! Vas a salir —
Este mundo es completamente incomprensible, A tan solo unas casas había una chica de mi edad que cada noche llegaba en un auto diferente, aunque no podía juzgar a simple vista y decir que se trataba de algunos pretendientes, si no más bien de algún taxista independiente. Solo se que que cada noche se escuchaba el escándalo de su madre reclamarle por llegar tarde y minutos después azotar una puerta.
Mientras que mi madre le estaba agradeciendo al universo que su hija de 16 años ¡Por fin! iba a salir de las cuatro paredes de su habitación, y conste que que no era por voluntad propia si no más bien por obligación.
— ¡Si! mamá, pero no se que usar —
— ¡Vamos! —
Dijo mi madre me tomaba de la mano y salíamos de la habitación rápidamente. Entramos a mi cuarto y me mandó a duchar mientras escucha a mi madre salir y entrar del cuarto un par de veces. Cuando salí de la ducha, envuelta en la toalla no pude evitar sorprenderme.
Una O se formó en mis labios, mientras me llevaba las manos a la boca sorprendida por lo que estaba viendo tendido sobre mi cama. Una falda de vuelos negra con una blusa blanca de rayas negra adornada por unos pequeños botones dorados y un par de sandalias que lucían unos hermosos brillantes plateados de tacón fino de al menos unos 10 centímetros de largo.
— ¡Mama yo no se caminar con esto! —
Exclame, mientras tomaba el par de tacones en mis manos y los extendía hacia ella
— Hija lo primero que debe aprender una mujer es caminar con uno de estos y ¡hoy lo harás! —
— ¡Estás demente mamá! ¿Como crees que podía caminar con uno de éstos? ¡No llegaré ni a la esquina! —
Bufé mientras dejaba el calzado sobre la cama y me cruzaba de brazos.
— ¡Solo vístete! Que aún falta la mejor parte —
Exclamó con una sonrisa en su rostro mientras me mostraba su estuche de maquillaje
¡En qué rayos me metí!
-pense-
Suspire resignada, después de todo fui yo quien la busco ahora debía calarmela. En cierta forma comprendía a mi madre, era su única hija y nunca había acudido a ella para solicitarle este tipo de ayuda y ¡Porsupuesto! se sentía como un niño con juguete nuevo en este caso ese "Juguete" era su hija... Osea Yo.
Una vez que me había terminado de vestir, acudí a mi madre nuevamente, quien me esperaba impaciente para hacer de las suyas son mi rostro y mi cabello.
Pasaban los minutos y yo sentía que eran horas, hasta que finalmente después de lo que me pareció una eternidad terminó
— ¡Levanté! ve y mírate en el espejo ¡Estas hermosa! —
Comentó mientras dejaba el labial sobre la encimera. De inmediato obedecí a lo que decía mi madre y fui a mi habitación, ¡No lo podía creer! La chica que estaba viendo en el espejo definitivamente no era yo. Está era una Anabella diferente¡Y valla que Lucía bien!
— ¡Oh por Díos! Nena ¡Estas Guapísima! —
Exclamó Petter al entrar a mi habitación, No pude evitar sentirme apenada y nerviosa a la vez por el cumplido de Petter.
— ¿Te das cuenta? Estas hermosa —
Vocifero mi madre detrás de Petter, De inmediato me enterré de Cabeza para que ni mi madre ni Petter pudiesen notar como ruborizada de la vergüenza...
— ¡Vamos nena! se nos hace tarde —
Dijo Petter mientras extendía su mano, la tome, pero me sentía muy segura de lo que llevaba puesto, me sentía vulnerable.
— ¡Que les valla bien! la cuidas Petter —
Exclamó mi madre al estar de pie en la puerta de entrada
— ¡Porsupuesto que si! Madrina —
Cómo toda una princesa, iba caminando tomada del brazo de mi mejor amigo, sentía que si me soltaba de el caería directo al suelo. Cómo todo un caballero mi amigo Petter abrió la puerta del auto y sostuvo mi mano mientras me ayudaba a embarcar en el, una vez adentro cerró la puerta del copiloto, rodeo el auto y nos marchamos.
Al llegar al lugar Petter baja del auto, se dirige a la parte del copiloto, abre la puerta... En ese momento mi corazón empezó a latir desesperadamente, era como si estuviera a punto de pasar a un tribunal dónde sería juzgada por mi vestimenta y mi apariencia. Petter me conocía muy bien incluso se podía decir que conocía mis pensamientos y sabía que no estaba cómoda.
— ¿Que ocurre Bella? —
Lo observo con una mirada que decía a gritos ¡No quiero entrar allí!
— ¡Vamos nena! ¿que esperas para bajar? —
Exclamó mientras me extendía su mano para que la tomase y baja del auto
— Pet siento que me voy a caer con esto puesto —
Proteste señalando el par de calzados que llevaba puesto, esto más bien en vez de sandalias de tacón deberían ser llamadas torturas de tacón por qué eso es lo que eran una real y completa tortura para mis pequeños y delicados pies que solo estaban expuesto al agua de la ducha.
— Nada de eso ¡vamos! yo te ayudo hermosa —
Dijo mientras me ayudaba a salir del auto, Está sería la primera vez que entraba un club nocturno y a decir verdad lucía bastante bien por fuera, pero a medida que me iba acercando a la entrada mi corazón latía más y más rápido.
Hasta que nos acercamos a una enorme puerta de cristal que solo ante nuestra presencia se abrió permitiendo así adentrarnos a ese hermoso lugar pero con mucha gente, y bulla alrededor para mi gusto. Sin embargo continué tomada del brazo de Petter no me atrevía siquiera a soltarme de su regazo por miedo a cometer el papelón más grande de mi vida.
Poco a poco nos acercamos a una hermosa chica, la cual suponía que debía ser la cumpleañera.
— Hola Elizabeth como estas ¡feliz cumple años! toma nuestro obsequio —
Dijo Petter mientras extiende su mano hacia Elizabeth para entregarle una pequeña cajita con un lazo blanco, Si que había pensado en el obsequio, a mi hasta se me había olvidado que uno debe llevar un obsequio al ir a una fiesta. Pero este momento lo que me preocupa era el no caer al suelo y ser asme reír de la gente que allí se encontraba
— Gracias Petter ¿y ella quien es? —
Pregunta Elizabeth mientras recibía el obsequio y lanzaba una mirada penetrante hacía mi con una sonrisa fingida.
Elizabeth es una chica de al menos 1.67 de estatura, se veía mucho más alta que yo, aunque los tacones engañan y hacen creer lo que no es, con su cabello rubio -teñido- con ondas, que le daban ese toque de princesa de Disney, tes blanca como la nieve y ojos color miel
Lucia un hermoso vestido azul eléctrico que se le ajustaba perfectamente a su esbelta figura de modelo de revista. Dejando al descubierto gran parte de su espalda, el diseño del vestido tenía una caída holgada en la parte posterior y el borde del vuelo de la falda estaba cubierto de una pequeña capa de brillantina que llamaba mucho la atención con el movimiento
Acompañaba su lock de princesa con unos hermosos tacones de aguja negros escarchados que le hacían juego perfectamente a la gargantilla y el brazalete de plata que completaba su vestimenta
¡ Valla que era hermosa esa chica!
-pensé
— Ella es mi novia —
Comentó Petter sin más, en ese momento me ruboricé de la vergüenza y Elizabeth abrió los ojos como platos del asombro, pero antes que pudiera emitir una palabra Petter suelta una carcajada y dice
— Era broma Elizabeth, es mi amiga, Bella —
— ¡Bella! ¿así te llamas? —
Pregunta Elizabeth en dirección hacia mi como si me estuviesen interrogando
— Pues... —
Balbuceo
— Es Anabella pero le decimos Bella —
Añade Petter
— Entiendo ¿y por que no Ana? —
— Pues por que no Elizabeth simplemente le decimos así por cariño, espero te guste mi obsequio ¡vamos para que te sientes nena! —
Dice Petter mientras me toma de la mano y me lleva a sentar lo que le agradecía bastante por qué no soportaba un segundo más de pies con este par de torturas puestas, disimuladamente trato de buscar comodidad a mis pies pero no lo conseguía.
— Quédate acá ya regreso voy a ver si encuentro alguien que conozca —
— Esta bien Pet, pero no tardes por favor —
Petter responde asintiendo con la cabeza y se marcha, de inmediato saqué mi teléfono celular y empiezo a jugar Candy Crush, La única manera que tenía de entretenerme y evitar socializar con los demás cuando me encontraba en momentos incómodos como este.
Aunque en la universidad solía irme a la biblioteca donde me sentía a gusto junto al resto de mis compañeros, los cual nos catalogan como ratones de biblioteca, pero me sentía bien por qué allí nadie se fijaba comí iba vestida, o si lucía bien o no. Cada quien estaba metido en su mundo y pendiente de los suyo.
Cosa que es este momento me sentía que todos me observaban y criticaban aunque no hubiera nadie cerca de mi. Trataba de no tener encuentros visuales con nadie, pero luego de lo que me parecía una eternidad empiezo a sentirme cansada de estar sentada, me dolían los pies solo quería quitarme ese par de incomodas sandalias y estar descalza o mejor en la comodidad de mi cama viendo televisión. Empezaba a pensar
¿Por qué rayos acepte venir? Y luego recordé que me hace falta firmeza y decisión para poder decir que no Simplemente es no.
Ya eran las 2:00 de la mañana y Petter se había tardado, Sentía que todas las miradas estaban puestas sobre y quería marcharme de ese lugar, Pero Petter nada que se aparecía. Por alguna extraña razón sentía que alguien me observaba así que decidí levantar mi rostro y me percate que un chico estaba posando su mirada en mi, pero por primera vez y solo por esta vez no sentía que estaba siendo juzgada si no más bien admirada.
Un joven guapo y apuesto de al menos 1:70 de altura me observaba detalladamente, y ya había visto esa mirada antes, era la misma forma en la que me observaba Petter, pero este chico no era Petter aunque no se veía mal.
Llevaba puesto una camisa a color café, con un pantalón beige ajustado con unas Caterpillar beige casuales. A medida que se acercaba pudo notar t
sus hermoso color miel y su tes blanca como la nieve, su cabello era castaño le había aplicado gel para el cabello para que tuviera esa apariencia de recién salido de la ducha y su aroma perfume Boss me estaba empezando hacer perder la cordura y sin darme cuenta ya estaba frente a mi
— ¿Quieres bailar conmigo preciosa? —
preguntó el desconocido, mientras me regalaba una hermosa y perfecta sonrisa y extendía su mano hacia mi
— ¿Eso es conmigo? —
Me señale a misma mientras miraba a mi alrededor para asegurarme que no hubiera nadie más
— ¡Si preciosa! —
— Es que... es que... no se bailar —
Respondí, mientras observaba los hermosos ojos miel del misterioso chico que me encontraba preciosa, ¡Nadie! bueno salvó mis padre y mi mejor amigo me habían dicho tal palabra en mi vida.
— ¡Vamos! yo te enseño es muy fácil —
— En realidad tengo dos pies izquierdos —
— Conmigo aprenderás ¡vamos anímate! —
Finalmente accedí, tome la mano de el chico y con mucho esfuerzo me levanté, caminando tomada del regazo de este joven y apuesto chico que me encontraba atractiva me llevo hasta la pista de baile. Pasa su mano por detrás de mi tomándome de la cadera y situando la otra sobre mi espalda.
— Déjate llevar y veras lo fácil que es —
Susurró a mi oido, por primera vez me sentía diferente, este sentimiento era extraño pero me gustaba, este chico me estaba tratando como a una princesa y tenerlo cerca de mi y escuchar su voz me aceleraba el corazón. Resignada y entregada ante la situación decidí soltarme, para que el misterioso chico me manipulara a su antojo. Justo en ese momento recordé una frase de la letra Cavernícolas de Ricardo Arjona en la que dice que no había falta nombres para sentir que se complementaban justo eso me estaba pasando con este chico.... Yo no sabía su nombre ni el el mío pero sentía que nos complementábamos bastante bien.
— ¿Como te llamas preciosa? —
Susurró el apuesto chico a mi oído, y una corriente de energía recorría mi espalda y terminaba en mi entrepierna, mi respiración se aceleraba y sentía que algo no estaba bien.
— Anabella —
Respondi casi sin aliento,
— ¡Mucho gustó! hermosa, mi nombre es Cristofer ¿Eres amiga de Elizabeth?—
Respondió con su voz ronca
— ¡No! La verdad es que no doy amiga de Elizabeth, recién la conocí hoy, ella es amiga de un amigo, el me... bueno... vine con un amigo —
Susurré
— ¿Y te ha dejado sola? —
Allí estaba de nuevo su voz ronca, y cada vez que hablaba sentía esa corriente de energía que recorría mi entre pierna.
— Fue a buscar a unos amigos —
— ¿Que clase de amigo es ese? que te trae a una fiesta y te abandona —
— Pues no lo se, me dijo que buscaría unos amigos y no se apareció más —
— ¡Quizás este tomando! —
— No lo creo Peter no toma —
— Bueno quizás eso es lo que tu crees —
— ¿Por que lo dices? —
— Preciosa me vas a disculpar, pero sí no esta tomando debe estar con alguna chica en los baños, sea lo que sea algo debe estar haciendo para haberte olvidado aquí —
— Bueno yo no creo que el sea de esos chicos, el es mi mejor amigo me cuenta todo, ya me lo habría dicho —
— Ok nena olvidémonos del dime ¿tienes novio? —
— No —
— ¿Como es que una chica tan linda como tu no tiene novio? —
Típico de todos los hombre, pareciera que hicieran el mismo curso para ligar con chicas
-pense-
— Es que el chico que me gusta no me animo a decírselo —
— Déjame adivinar ¡es ese mismo chico que te trajo y te dejo votada! —
¡A caso es adivino! ¿o es muy evidente?, ¿como rayos pudo saberlo?
— Pues si, ¿Cómo lo sabes? —
— Suele pasar, preciosa mas seguido de lo que piensas —
— ¡Dime Bella! —
— ¿Bella? Bueno si así prefiere tienes muy buena autoestima —
Me tomo un segundo entender lo que el chico quería decir con esas palabras
— ¡No! así me dicen —
—¡Ha ya!, entiendo por Anabella te llaman Bella —
— Si, exacto —
Comenté mientras le regalaba una sonrisa. Estaba empezando a sentirme bien con este chico, después de todo salir y conocer gente nueva no era tan malo como me lo imaginaba.
.....
Por otro lado Petter estaba disfrutando de su smirnoff de Ice de manzana verde en la mano derecha, acompañado de cigarrillo de malbohoro rojo en su mano izquierda. Mientras conversaba con un par de amigos
— ¿Quien será esa chica? está guapísima —
Vocifero uno de los chicos, mientras se mordía el labio. Petter se dió un pequeño giro a un costado para observar a la chica de la que su amigo hablaba.
¿Será bella?
-penso-
¡Na! ella no sabe Bailar
Se giró de nuevo y siguió tomando mientras su grupo de amigos o observan deseosos de saber de quién de trataba y si estaría disponible para ir a la cama.
Empezaba a sentir que algo no estaba bien y recordó que no había venido solo, y que esa chica no era cualquier chica. Era su chica su dulce e inocente Bella.
— ¡Ya regreso! —
Dice Petter un poco alterado, mientras frota el cigarro en el cenicero para apagarlo y le da un último sorbo a la botella de smirnoff. Como alma que lo lleva el diablo que levanta de la banca y con pasos firmes se dirige hacía Bella.
— ¿Disculpa chico me permites? —
Estaba disfruta del momento cuando Petter de acercó y se plato en medio de nosotros mientras extendía su mano, el rostro de Petter era inexpresivo, no lo había visto así jamás.
— ¿Quien eres tú? —
Vocifero Cristofer un poco alterado
— El es...—
Quería entrometerme entre ellos y evitar que el volcán que estaba a punto de estallar me arrastra con ellos. Pero fue inútil por qué Petter se me había adelantado.
— ¡Soy su novio! —
Exclamó Petter antes de que pudiera terminar de hablar, me toma de la mano y reclama
— ¿Que se supone que haces? —
No comprendía por qué estaba comportándose de esa manera, no sabía ni como desmentirlo ante su comentario, por otra parte sabía que si lo hacía de iba a enojar, está completamente convertida en una sumisa y solo agache mi cabeza con a un cachorro que acaban de castigar y respondí.
— ¡Nada Peter! solo bailaba —
— ¿Desde cuando sabes bailar? —
Vocifero, estaba confundido, y lo entendía jamás en mi vida me había visto bailando ni yo sabía que podía hacerlo, y todo marchaba bien con Cristofer hasta que Petter se entrometió.
— ¡Desde hoy! Cristhofer me a enseñado —
Señale al joven que estaba perplejo ante la situación, su rostro mostraba confusión, pero a la vez se notaba a leguas que estaba enojado por el comportamiento de Petter.
— ¡A y tiene nombre! —
Reclamo Petter, mientras se giraba hacia el chico que había estado ignorando por completo, algo que me hizo enojar y me zafe de su mano.
— ¡Oye! tu fuiste quién se olvido de mi y por cierto ¡hueles mal! ¿Estuviste tomando? —
Reclamé, mientras daba un paso hacia un lado y buscaba acercarme a Cristofer
— ¡Nos vamos! —
Exclamó, mientras extendía su mano hacia mi y me atraía hacia el nuevamente como si le perteneciese.
— Petter... —
Quería sacarme a Petter de encima. Su actitud no me agradaba y en cierta forma me recordaba a mi padre cuando llegaba ebrio a casa, mientras mi madre hacia su mayor esfuerzo por no armar un shows para que yo no me diera cuenta que su relación no marchaba bien mi padre se esforzaba por querer aparentar lo que no era y quería obligar a mi madre a tener sexo con el, hasta entonces pensaba que mi madre solo se negaba por el echo de que mi padre estaba bajo la influencia del alcohol, pero lo cierto era ya ella sospechaba de sus aventuras.
— ¿Disculpen?, Anabella este chico ¿es tu novio?—
Pregunta Cristofer tratando de entrometerse entre Petter y yo
— No, el es... —
Balbuceo, sin lograr terminar la oración cuando Petter reaccionó de inmediato
— ¡Si!, yo soy su novio —
Reclamó, mientras de un jalón me atrae a hasta su cuerpo y me planta un beso en los labios.
Mis ojos se abrieron como platos, estaba impactada por aquel beso, pero de inmediato reaccione y le di una bofetada
— ¡Que te ocurre! —
Vociferó Petter molesto mientras colocaba su mano en la mejilla.
— Amigo, ¿podrias dejar que Bella responda? aunque parece que ya respondió —
Comentó Cristofer con una sonrisa de complicidad en su rostro.
— ¡Retírate! Amigo —
Dice Peter, haciendo énfasis en Amigo
— No me voy a mover de aquí hasta que sea Bella... —
— ¡Retírate! Malditasea —
Grito
— ¡Nos vamos! —
Dice Petter furioso, y bruscamente me toma de la mano y me jala hacia el, Pero por más que impuse resistencia Petter tenía más fuerza que yo y mi esfuerzos fueron en vano.
— Petter ¡yo no me quiero ir! —
Me quedé como una niña a punto de hacer un berrinche. Mientras imponía resistente lata evitar que Petter me llevase con el.
— Quédate preciosa, yo te llevo al amanecer —
Exclamó Cristofer tomándome de la mano que tenía libre, en este momento me sentía en medio de una guerra y yo parecía ser el premio mayor por qué estos dos estaban peleando.
— ¡No!, de ninguna manera ¡yo me la traje, yo me la llevo! —
Exclamó Petter enojado mientras me atraía hacia el, lo que me hizo enojar a mi al escucharlo hablar como si yo fuese un objeto.
—¡Ya Basta! —
Reclamé enojada mientras me soltaba de ambos
— ¡Ha! tu eres el amigo que la trajo para dejarla sola y ahora se la quiere llevar. ¿Vez lo que te digo? Anabella tu no conoces bien a este tipejo ¡date cuenta! huele a puro alcohol —
— ¡No se me meta dónde no lo llaman! —
— ¡Que fue amigo! ¿alguna chica no quiso tener sexo contigo? y ahora te quieres ir _
— ¡Eso no es tu problema! pana, vámonos Anabella —
Dice Peter mientras intenta tomarme de la mano nuevamente, pero está vez no se lo permito
— ¿No te das cuenta que no se quiere ir contigo? —
Argumentó Cristofer con aires de Victoria, me gire hacía él y le tome de sus manos, Ignorando a Petter por completo.
— ¡Debo irme! el tiene razón el me trajo y con el debí regresar, ¡Solo por eso! me agradó conocerte, ¡Espero volver a verte pronto —
Cristofer me observó fijamente a los ojos y elevo mis manos un poco para plantar un beso en ellas.
— ¡Así será! —
Comentó Cristofer, se acercó a mí y me dió un beso en la mejilla que al ser tomado por el brazo y echada a un lado sus labios rozaron con los míos y quería más, pero Petter me había alejado de él, Aunque le agradecía por haberlo echo por qué quizás eso nunca abría pasado.
Sabía que mis mejillas de habían ruborizado ante el primer beso de un chico. Mientras caminaba eche un vistazo hacía atrás y observe a Cristofer guiñarme el ojo y lanzarme un beso en el aire.
Sonrei ante su gesto, era muy hermoso de parte mientras que por otro lado tenía mucho que reclamarle a Petter debido a esa actitud inaceptable de su parte. Más vale que tuviese una buena razón para ello por qué está no se la iba a dejar pasar así no más.
— Petter, ¿por que eres así? vale, ese chico fue lindo conmigo —
Le reclamé, aunque sabía que mi tono de hablar no sonaba exactamente como un reclamo.
— ¡Solo lo hace para tener sexo contigo! —
Dijo sin más
— ¡Sexo! —
Exclame poniendo los ojos como platos
— ¡Si! Bella eso es lo que los chicos como el buscan en.... —
Se detuvo ante su comentario, sabía que estaba a punto de arruinarlo.