ZERO (VI)

1361 Words
{MARGE} Empiezo a temblar. Temblar de puro miedo. Vienen. Vienen hacia aquí. Son cientos. Cientos de zombies. Se nota la tensión en el ambiente. Todos estamos escondidos, callados, evitando incluso respirar. El corazón me va a mil por horas. Los oigo, oigo sus gemidos, sus gruñidos. Estoy al final de la tienda, entre unos estantes, junto a Maria Guadalupe. Martín, Jesús, Daniel y Patricia están junto a las ventanas, observando cada dos por tres la situación. Tony está en el otro lado de la tienda junto a Johnny. Charlan en susurros. Tony intenta parecer que no está asustado pero yo sé la verdad, lo está. Estoy nerviosa, no sé lo que va a pasar. No sé que ha sido de este mundo. Todo ha sido demasiado rápido, aún sigo sin asimilarlo. Me muevo inquieta en el sitio. Intento mantener la calma, eso a mi se me da muy bien. Pero no lo consigo, no puedo con esto. Sin querer, muevo un poco un estante al apoyarme contra él y algo cae de encima. - ¡Aah!- grito protegiéndome la cabeza con las manos. Un cuchillo de carnicero cae sobre mí pero mis manos lo paran, no sin llevarme un corte en el dorso de la mano derecha. Me doy cuenta de que todos me miran, alertas. He gritado, aunque no creo que el sonido haya llegado hasta los zombies que aún siguen lejos. - Lo siento- susurro con cara de dolor. - Hay que curarte eso antes de que se te infecte- me dice Maria Guadalupe y saca el botiquín de primeros auxilios de una bolsa. Lo encontró en la tienda y lo guardó por si acaso. La enfermera me desinfecta la herida y me dice que necesita puntos, la herida es un poco profunda. Me muerdo el labio, preocupada. - Vale, hazlo- le digo un poco pálida por la pérdida de sangre. - Tranquila, solo serán dos puntos- me tranquiliza esta. - ¿Necesitáis ayuda?- pregunta Patricia, que se ha acercado hasta nosotras. - Sí, gracias- le dice Maria Guadalupe-. Pásame lo que te vaya diciendo. La enfermera lo hace en cuestión de pocos minutos. Solo han sido dos pinchazos, no ha dolido tanto como me esperaba. Tal vez morir no sea para tanto, tal vez no duela como creemos. O tal vez sea aún peor. {JOHNNY} - ¿Tienes miedo?- le pregunto a Tony. - ¡No!- dice demasiado exagerado-. ¿Tú sí? - No- digo jugando con los dedos de las manos, cabizbajo, sentado contra la pared de la tienda. - Pues no lo parece. - Estoy nervioso. Se escucha como se acercan cada vez más y está claro que vienen hacia aquí, no van a cambiar la trayectoria. - Aquí estamos seguros- dice Tony-. No hay nada que temer. - Con esa lógica no durarás mucho. - ¿Qué sabrás tú?- me dice el prepotente de Tony. - Lo suficiente- le contesto secamente. Tony va a replicar algo pero no lo hace porque frunce el entrecejo intentando escuchar la discusión que están teniendo Martín y Daniel. - No sé tú pero yo voy a enterarme de lo que pasa- dice Tony y se levanta. - Cotilla- le digo y a mi pesar, lo sigo, yo también tengo curiosidad. - ¿Qué pasa aquí?- pregunta Patricia, que ha llegado a la misma vez que nosotros a la entrada de la tienda. - ¡Este tío quiere que nos vayamos ahora!- dice Martín como si no tuviera sentido, señalando a Daniel. - ¡Tengo nombre!- se queja Daniel-. Y creo que es mejor que nos vayamos ahora que podemos, todavía les quedan un largo camino hasta aquí. - ¿Pero no ves que ahí fuera puede haber más zombies por otros lados? Podemos quedarnos rodeados y sería por tu culpa. Quedarse aquí es lo más seguro- replica Martín. - No lo sé, Martín...- duda Patricia-. Los zombies vienen directo hacia aquí y ya te digo yo que toda esa horda podrá con estas ventanas. - Por favor, quedémonos aquí- pide Tony-. O si queréis, iros, pero yo me quedo aquí con Johnny. Miro a Tony frunciendo el ceño. - ¿Qué te hace saber que no prefiero irme?- le pregunto. - Oh, vamos, no vas a dejar a tu colega solo- dice este. - ¡Callaos!- ordena Martín-. Vamos a quedarnos aquí, todos. Nadie sale. Es lo mejor. - Sí- dice Marge desde lejos-. Esto es más seguro que estar fuera. - Mejor esperamos a que pase todo y después salimos- dice Maria Guadalupe. - Yo estoy con Martín. Johnny, ¿tú de que lado estás?- me pregunta Jesús, ya que soy el único que no he opinado aún. - No se trata de estar en un lado, se trata de sobrevivir, y esta vez tengo que darle la razón a Daniel. - ¡Amigo!- se queja Tony-. ¡No me hagas esto! - Cuatro contra tres. Ganamos, nos quedamos- declara Martín. - Puedo irme si me da la gana, nadie va a retenerme aquí contra mi voluntad- digo caminando hacia la barricada de la puerta. Martín se interpone en mi camino. - Nadie sale hasta que yo lo diga, así lo hemos decidido- me dice este-. Lo siento. - Pues dame al menos un arma- le pido. Martín nos reune a todos y nos entrega armas a cada uno. Martín, Jesús y Daniel se quedan con una escopeta y una daga cada uno y a los demás nos dan un revólver y los cuchillos que encontramos en la tienda, algo es algo. Luego esperamos. Esperamos a que lleguen. - Llegarán, derribarán las ventanas, la puerta y la barricada y moriremos- me dice Patricia. - Lo sé, no hace falta haber visto una serie de zombies para saberlo- le digo en un suspiro. - Podríamos escapar, huir, y ponernos a salvo, nosotros dos- me propone Patricia. - Solo hay una salida y Martín la está vigilando, no podemos hacer nada. Es un cabezota y no va a dejar que salgamos, ya lo viste antes- le digo desanimado. - Tienes razón- suspira Patricia-. Pero deberíamos seguir intentándolo, seguro que yo puedo llegar a convencerlo, no quiero morir aquí. En ese mismo instante se escucha un disparo que hace eco en toda la tienda. - ¡¿Qué ha sido eso?!- se sobresalta Patricia. Vamos hacia la entrada de la tienda y lo que veo me deja de piedra. Daniel, temblando y en shock, sujeta la escopeta frente al cuerpo sin vida de... Martín... Le ha atravesado el cráneo con una bala y llena el suelo de sangre. Jesús apunta a Daniel con su escopeta. - ¡Tira el arma! ¡Ahora mismo!- le grita. - Parece que ya no vamos a tener que hacer nada para salir de aquí...- le susurro a Patricia. - Un poco de compasión, por favor- susurra esta con las manos en la boca. Daniel no tira el arma. Este apunta a Jesús y seguidamente, Marge y Maria Guadalupe, que se han acercado bastante, apuntan a Daniel. Yo apunto a ellas dos. Y Patricia y Tony están en shock. - ¿Johnny, qué haces?- me pregunta Jesús mirándome de reojo-. ¡Has visto lo que ha hecho, nosotros no somos los malos! - Ya no hay malos ni buenos- susurro sin dejar de apuntar a las dos chicas. - ¡Tú estabas compinchado con él!- me dice Jesús sin apartar la mirada de Daniel. - No, y tampoco estoy de acuerdo con lo que ha hecho pero esto de decidir un líder... apenas llevamos unos días todos juntos... no tiene lógica ninguna... y a Martín se le subió el poder a la cabeza. No por eso merecía morir pero ahora voy a aprovechar para salir sin que nadie me lo impida- digo cogiendo mi mochila del suelo con una mano, sin dejar de apuntar con el revólver con la otra. Patricia me sigue y empieza a retirar la barricada de la puerta junto a mí, intentando no mirar el c*****r de Martín. - Para- me dice Jesús-. No estás pensando con claridad. - ¡Tú eres el que no piensa con claridad!- le grito. Los zombies están cerca, no sé si me dará tiempo a retirarlo todo y salir corriendo. Otro disparo. Me giro para ver quien ha muerto esta vez pero no ha sido nada de eso. Daniel ha disparado hacia una ventana y el vidrio se ha roto en miles de trozos. - ¿Sigues pensando que esto es seguro?- le pregunta Daniel, vacilante. - ¡Te voy a matar, hijo de puta!- le grita Jesús y pone el dedo en el gatillo de su escopeta, listo para disparar. - ¡No!- grita alguien que corre y se interpone en el medio. - ¡NO!- grita Jesús al darse cuenta de lo que ha hecho. Ha matado a alguien inocente.
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