ZERO (VII)

1094 Words
{JESÚS} - No, yo no quería esto...- me lamento al lado de un cuerpo sin vida. La he matado. - La he matado...- sollozo al lado de los cuerpos de Martín y Maria Guadalupe. La pobre enfermera... No quería más muertes y se ha puesto en medio. Y la he matado. - ¡Vamos, Jesús, tenemos que irnos!- me grita Marge, tirando de mí. Cuando me doy cuenta, estoy fuera de la tienda. Y escucho los gemidos. Miro al frente. Ya nos han visto. Y vienen, caminan rápido hacia nosotros, su presa. Pero la he matado... La he matado... Algo me toca el hombro y me hace dar la vuelta. Un zombie acerca sus dientes a mi cuello. La he matado... Soy un asesino... Se oye un disparo muy cercano y el zombie que iba a morderme cae. Entonces despierto, despierto y sigo a mis compañeros. Marge intentaba arrastrarme pero no podía, yo estaba en shock. Observo que ha estado llorando, y aún sigue, corre con lágrimas en los ojos. Y el que me ha salvado ha sido Johnny. - ¡Corred! ¡Corred! ¡Los tenemos justo atrás!- grita Daniel que parece haber tomado el control-. ¡Por aquí, vamos, por aquí! Daniel gira una esquina a la izquierda con la intención de que lo sigamos. Y no nos queda más remedio, puesto que solo tenemos tres salidas: por detrás, que viene la horda de zombies, por la derecha han aparecido algunos de ellos y por la izquierda parece que no hay nada. Y no podemos seguir de frente porque es un callejón sin salida. Pero Daniel no toma la decisión correcta. Por la izquierda también aparecen zombies. Nos han localizado. Estamos perdidos. A menos... A menos que alguien se sacrifique... {TONY} - ¡Matadlos, matadlos!- grito aterrorizado, escondido detrás de los demás. Entonces me doy cuenta de que vienen por todas partes y grito. Grito e intento ponerme en medio de todos para que no me atrapen. Los demás no hacen nada, están en shock. Saben que van a morir. Pero yo no quiero morir... - ¡Haced algo!- grito. - ¡Todo esto es tu culpa!- le grita Jesús a Daniel. - ¡Es tu culpa por no haber salido antes!- grita Daniel. Miro a Jesús. Está muy furioso. Y hace algo que no me esperaba. Corre hacia Daniel y lo empuja. Jesús cae encima de Daniel y empieza a golpearlo. - ¡No vas a morir sin antes tener tu merecido!- le grita Jesús. Luego se cambian los papeles y Daniel queda arriba de Jesús y comienza a golpearlo. Mientras tanto, yo busco una forma desesperada de salir de aquí. Los zombies se acercan. Tengo que hacer algo para salvarme. No puedo morir aquí. Un plan, un plan... ¡Lo veo! - ¡Johnny, ayúdame a arrastrar ese contenedor hasta allí!- le señalo un lugar justo debajo de unas escaleras de emergencia. Johnny asiente enérgicamente y dispara a unos cuantos zombies que estaban cerca del contenedor. No tenemos tiempo... - ¡Patricia, Marge, disparad, matadlos, matadlos!- les grito y luego voy a ayudar a Johnny. Se escucha un grito y luego la voz de Marge. - ¡Jesús!- grita Marge. No me giro, no tengo tiempo de ver lo que está pasando. Tengo miedo. Estoy temblando. Pero hago cualquier cosa para sobrevivir, aunque eso incluya tener que pensar. Movemos el contenedor hasta el lugar y luego me subo a él. Johnny también. - ¡Ayúdame a subir!- le pido a Johnny y este pone las dos manos juntas para impulsarme. Una vez en las escaleras, sano y salvo, y lejos del alcance de los zombies, me permito respirar por un momento. - ¡Ayúdame!- grita Johnny y lo miro desde arriba. Ahora estoy a salvo. No tengo por qué salvarlo. Podría dejarlos morir, a todos. Pero la sola idea de quedarme solo en un mundo de zombies me aterroriza. Le doy la mano a Johnny y lo ayudo a subir. Luego vienen Patricia, Marge y Jesús. Creía que Jesús había muerto, que lo habían mordido, pero no, el que ha muerto es Daniel. A él lo están devorando. Marge solo gritó porque el soldado se encontraba en peligro. Ayudamos a todos a subir y nos quedamos unos segundos mirando cómo devoran trozo a trozo a Daniel y cómo la multitud de zombies que ya ha llegado se arriman al contenedor y alzan sus manos hacia arriba, hacia nosotros. Pero ya no pueden hacer nada. Hemos ganado. Hemos ganado esta batalla. {JESÚS} Subimos las escaleras y nos encontramos con una puerta entreabierta. Pasamos en silencio y con cuidado. Parece un viejo motel. - Esto parece seguro. Puede que nos quedemos aquí un tiempo...- les digo y al instante suenan unos gemidos detrás mía. - ¡Agacha!- grita Johnny y me agacho. Un disparo y el zombie que se encontraba detrás mía muere. Ya he perdido la cuenta de cuantas veces he estado a punto de morir en tan solo un día. - Gracias, se te da bien disparar. ¿Sabías de antes?- le pregunto al joven. - No, yo también estoy sorprendido- dice Johnny con una sonrisa de orgullo. Es un chico muy misterioso, muy callado y muy frío. No me da buena espina pero tiene buena puntería y es un chico avispado así que es un buen partido para el grupo. Revisamos cada rincón del motel. No quedan más zombies, es seguro. Cada uno se instala en una habitación. Me siento sobre una cama y empiezo a sollozar. No soy un hombre de llorar pero no puedo evitarlo por todo lo que ha pasado hoy. He matado a una persona. No, dos, pero una era inocente. Con Daniel no me quedaba otra, tenía que dejarlo con los zombies para que nos diera tiempo a escapar. Pero por poco no lo cuento. Los zombies se nos echaban encima y logré escapar a tiempo. Alguien llama a la puerta y yo me limpio las lágrimas. - Adelante- digo lo más firme que puedo y la puerta se abre. Es Marge, entra con lágrimas en los ojos. - ¿Cómo estás...?- me pregunta con la voz rota. - ¿Cómo crees...?- suspiro y Marge se sienta en la cama, a mi lado. - Lo de Maria Guadalupe... - Por favor, no la menciones- le digo cabizbajo. - Oye- me dice levantándome la cabeza-. No fue tu culpa... Ella se puso en medio... - Pero no es solo ella. Si hubiera estado más atento, podría haber salvado a Martín. Era un buen tipo, y un buen amigo... - No te responsabilices de todo, no te lo mereces... - ¿Qué sabrás tú? No me vengas con tu actitud de psicóloga, no necesito que me calmen. - Sí, lo necesitas, estás mal, necesitas a alguien que te consuele, que te diga que lo que hiciste no fue culpa tuya. - No sé, no sé...- susurro negando con la cabeza y rompiendo a sollozar. - Tranquilo, estoy aquí contigo...- me susurra Marge rodeándome con sus brazos, intentando tranquilizarme. Y acaba consiguiéndolo. Ya solo quedamos cinco personas y espero que podamos seguir vivos hasta que todo este tormento se acabe. Es una pesadilla, todo esto es una pesadilla y el único consuelo que podemos tener somos nosotros, las personas, nos tenemos los unos a los otros, somos un equipo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD