CAPITULO 1

545 Words
Soy Anabella Parisi, tengo 23 años, tengo el cabello rojo, muchas pecas en mi rostro, soy de estatura baja, mido aproximadamente 1,60 centímetros de estatura, considero que tengo un cuerpo delgado, vengo de una familia adinerada, con una larga historia de abogados, los mejores de la ciudad y del país. Estoy a punto de terminar mi carrera en la universidad, estudié derecho, y quiero especializarme en derecho penal. Me interesé por el derecho desde muy pequeña y papá me apoyo para que estudiara lo que quisiera. Con mi hermana también fue igual. Solo faltan dos meses para recibir mi título y graduarme. Hay un hombre que tiene mi corazón, pero no lo sabe. Quiero declarar mi amor por Luca Villa, ya que él no se atreve a hacerlo, pero tengo nervios a que me rechace. Hemos sido amigos de toda la vida, siempre me dice palabras bonitas, pero nunca se ha declarado, necesito que lo haga. Papá siempre busca la manera de buscarme esposo y tengo miedo de que lo logre. Mamá, Dana Parisi, es la mujer más hermosa del mundo, tiene el cabello rojo, igual al mío, con una mirada azul como el océano, tengo una hermana, Carla Parisi, esa chiquilla es un completo dolor de cabeza, somos muy diferentes, a ella le gustan mucho las fiestas, estar a la moda, le gusta mucho retocarse el cuerpo con cirugías, tiene 20 años, es hermosa, no lo puedo negar, le encanta el modelaje y ya desfila por algunas pasarelas importantes gracias a papá, ellos no saben que tengo esa información. Yo, bueno, soy la niña de papá, la obediente, la que no levanta la voz, la que le dice siempre que sí. Pero eso solo ocurre en casa, porque en el tribunal, allí soy verdaderamente yo, he logrado ganarme un renombre,“La dama de fuego”, ya que he participado en muchos casos y siempre los ganamos, a nada de graduarme ya tengo cinco invitaciones de firmas de renombre, pero papá dice que tengo que casarme y que si voy a ejercer tengo que hacerlo en la empresa, puesto que es un legado familiar así que quiero casarme y que mejor que hacerlo con el hombre al que amo, pero él no lo sabe. Papá y mamá solo tuvieron niñas. Él vive frustrado porque no sabe a quién dejarle la empresa, es un poco machista, pero es un buen padre, por eso me exige a mí que soy la primogénita y debo contraer matrimonio, aunque sabe perfectamente que yo sola puedo manejar la empresa hasta mejor que él. Papá, es el amor de mi vida, siempre me consiente y me trata de la mejor manera, como fui la niña que se interesó por el derecho desde siempre. He trabajado con él desde antes de entrar a la universidad. Mi talento y mi hobby eran ayudarle a resolver los casos que tenía en su oficina. Tengo muy buenos recuerdos de los dos buscando posibles soluciones para dar por terminado un caso y lo que siempre me decía papa es que tengo una mentalidad vieja. Nunca me explicó por qué me decía eso, aunque también me decía que cuando creciera lo iba a entender. Ahora que soy adulta, esperaba entenderlo, pero aún no lo hago.
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