Capítulo 4

1577 Words
—Mancuernas, íbamos camino a llevarte la coca, solo que tuvimos que parar para venir al baño—dijo Keren bastante nerviosa para mi gusto. Mancuernas era un tipo alto y fornido, tenía tatuajes por todas las partes que eran visibles de su cuerpo y ninguno era un tatuaje bonito, más bien eran horribles. Se acercó a nosotras un poco más y sentí como un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Keren le entregó los paquetes de droga y él en cambio le dió un fajo de billetes de cien. —Estamos en paz agujeros, al menos por el momento. Ahora dejame solo con esta hermosura, creo que debo presentarme de la manera más adecuada y correcta—dijo recorriendo todo mi cuerpo con su mirada y mi estómago se revolvió con esa mirada. Keren titubeó mirándonos primero a uno y luego a otro. —Mancuernas, es la nueva, hoy es solo su segundo día aquí no creo qu...—comenzó a decir pero se calló en el instante en que Mancuernas la tomó de una forma nada delicada del cabello y la jaló de este para hablarle cerca de su cara. —Me importa una mierda lo que creas, y será mejor que te calles y nos dejes solos como te he dicho, o sabes bien lo que te pasará—dijo con su cara sobre la de Keren y pude ver el pavor que le tenía a ese hombre. Él la soltó y ella se encaminó hacia la puerta, realmente iba a dejarme sola con ese tipo, pero también la comprendía, era ella o yo, si la situación fuera a la inversa yo tampoco dudaría en irme. Pero aún con la posibilidad de salir perjudicada se volvió una vez más e intervino nuevamente por mí. —A la matriarca no le gustará que juegues con ella, está especialmente encaprichada con ella. Mira tan solo lo rápido que la metió en el negocio—dijo y esta vez su voz salió menos nerviosa y más segura. Como si estuviera intentando intimidarlo con sus palabras, fue un gesto tan pequeño de su parte pero a la vez tan grande que no supe interpretar lo que me provocó. Solo eran unas palabras, pero una palabras a riesgo de sufrir algún daño, palabras que podían evitar que me pasara lo que era prácticamente inevitable que me sucediera. Pero a pesar de ser un acto suicida, ella lo estaba haciendo por mí. Mancuernas se volvió hacia ella y antes de que volviera a tocarla hablé, algo me decía que esta vez no solo la jalaría del cabello sino algo peor. —Agujeros solo lárgate ya vale, estás aguando la fiesta—dice y ví la confusión que cruzó por su cara y mancuernas se volvió sonriente hacia mí. Yo en cambio le regalé una sonrisa a Keren, tratando de transmitirle todo mi agradecimiento y que se estuviera tranquila. Ví en sus ojos que comprendió lo que le decía y con una mirada triste se marchó. No tenía sentido dejar que saliera perjudicada cuando ella se había arriesgado por mí e igual el resultado sería el mismo. Sí algo había aprendido de Ángel, era que cuando las cosas eran inevitables, solo podías aceptarlas, ser lo suficientemente fuerte para soportarlas y esperar el momento idóneo para salir de ellas. —Ahora si podemos disfrutar de nuestra fiesta tranquilamente—dijo él mientras se acercaba a mí. De la sola idea de pensar en lo que estaba por pasar todo en mí se revolvió. Traté de resistirme lo más que pude aunque fue en vano, Mancuernas era mucho más fuerte que yo. *** Keren llegó hasta mí con cara preocupada y se sentó justo a mi lado en la cama. Llevaba más de una hora sola en la celda, después de que Mancuernas me dejara ir solo quería estar sola. Ella me envolvió en sus brazos sin decir nada y aunque al principio me mostré reticente ante su abrazo aún sentía el toque de ese hombre en mi piel, acabé devolviéndoselo con gran fuerza. Realmente necesitaba el apoyo de alguien en ese momento. La última vez que había recibido un abrazo sincero de alguien había sido hace meses, demasiado tiempo sin sentir la comprensión de alguien mediante un gesto tan simple como un abrazo. —¿Estás bien?—me preguntó una vez se separó de mí y pude ver la culpa en su rostro. ¿Por qué se sentía culpable? Ella no podía evitarlo, bastante intentó hacer. Esas cosas pasaban constantemente en las prisiones y nunca nadie se metía, ¿Por qué lo hizo ella? —Si, o al menos eso creo. Tampoco es que esta haya sido la primera vez que un hombre abusa de mí—dije y esa última frase fue más para mí que para ella pero pude ver el desconcierto que le ocasionó. A mi mente llegaron todas las imágenes del pasado en el instante en que Mancuernas posó sus manos en mí. Fue como si estuviera de vuelta, como si aún Ángel estuviera vivo y yo aún en sus manos. —¿Por eso estás aquí?—preguntó y no fui capaz de poder descifrar la expresión de su cara. Era como si no asimilara mis palabras pero a la vez como si supiera de lo que hablaba, como si también le hubiera pasado a ella. —Supongo, llegó el día que no lo soporté más y a falta de alguna otra escapatoria acabé matando al que una vez amé con toda mi alma—respondí honestamente. Porque a pesar de que fue una verdadera tortura lo que me hizo vivir, yo nunca quise hacerle daño a él, porque yo si que le había amado no como él que solo estaba obsesionado, yo para él solo fui una más en larga lista de mujeres a las que arruinó su vida, a las que se la arrebató. Solo que conmigo el final había sido al revés, yo fui quien le arrebató la vida a él, y por mucho que me gustara pensar que había sido por mí, por vengar a todas esas otras jóvenes que habían sufrido el mismo infierno que yo en sus manos sin poder escapar de él, sabía que en realidad había sido mi única salida, no fue una opción que elegí, fue la decisión que la desesperación me hizo tomar.—¿Por qué intercediste hoy con mancuernas? Estoy segura de que sabes mejor que yo lo que eso podía acarrear, recién ingresé a este reclusorio de mierda, pero igual sé como pueden ser las cosas aquí adentro—le pregunté, en verdad necesitaba comprender el motivo de lo que había hecho. Este no era un lugar donde las personas hicieran actos desinteresados, aquí todos hacían algo por algún interés, solo que no lograba encontrar cual podría ser el interés de Keren tras ese acto. —Llevo más de tres años en este sitio y nunca nadie se había molestado en preguntar mi nombre o prestar atención a mi historia, ni siquiera cuando recién fui ingresada, ni cuando ingresaron nuevas reclusas o reclusos. En cambio tú lo hiciste, eres diferente a todas las personas que han pasado por aquí. Toda persona que llega a este lugar solo busca como sobrevivir, la manera de codearse de los que mejor posicionados estén aquí dentro y mayores influencias tengan allá afuera. Pero tú no estás buscando eso, puedo verlo en ti. No quieres lo mismo que todos, no tienes el mismo plan mediocre de todos de solo hacer lo necesario para subsistir y contar el tiempo que les queda para volver a las calles y tratar de recuperar la vida que tenían antes aunque sepan que es en vano, porque una vez que pasas por este sitio nunca vuelves a ser la misma persona—hizo una pausa como si estuviera tratando de elegir muy bien sus palabras. Hasta que sonrío de medio lado y volvió a hablar—Pero no fue solo eso, también sentí la necesidad de protegerte. Tú inspiras pura vitalidad Aslin, a pesar de estar en el mismo punto en el que estamos todas, a pesar de estar pasando lo mismo que pasamos todas, tú sigues teniendo un pequeño brillo en el fondo de tus ojos, no te has dejado opacar por la prisión y toda tú estás rodeada por un aura cálida que solo provoca confianza. Y eso que nunca he sido de creer en auras ni nada por el estilo, pero es lo que siento desde que llegaste. Esa seguridad de poder confiar en tí y esa motivación a ser mejor. Y puedes confiar cuando te digo que haré todo lo que pueda para evitar que este lugar logre que ese brillo en tus ojos se apague. —Keren, muchas gracias. Yo...no sé que decir pero puedes estar segura de que nunca permitiré que el brillo en mí se extinga y que puedes confiar en mí ciegamente, no pretendo hacerte daño—dije tomando sus manos. Me resultaba en cierto modo doloroso ver la necesidad de comprensión que tenía esta chica, pero a la vez me alegraba de ver que confiara en mí. Keren era la primera aliada que tenía aquí dentro y aunque aún ella no lo sabía, con la información que ella me comenzaría a brindar si darse cuenta, sería más fácil destruir a la matriarca y tomar su lugar. Solo necesitaba manipular a Keren de la manera correcta.
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