Sobornando la venganza del multimillonario

CAPÍTULO 7: Organizando una cita

Liesl estaba dando los últimos toques a una pieza que estaba restaurando para Janka en la galería cuando sonó su teléfono. 

Notó el número y sonrió. 

Realmente estaba empezando a disfrutar cuando él se acercaba. Se preparó para la forma en que le pondría los pelos de punta cuando él dijera su nombre.

—Buenas tardes, Isaías.

—Buenas tardes, Liesl. ¿Cómo estás hoy?

—Bueno, he estado trabajando en una pieza de restauración durante dos meses y finalmente está terminada.

—¿Restauración?

—Sí. Los clientes traen pinturas de Janka que han sido dañadas con el tiempo y las restauramos. Es uno de los servicios que ofrece en la galería.

—Muy interesante. Tenemos algo en común entonces. Me gusta restaurar viejas casas. A ti te gusta restaurar pinturas antiguas.

Ella sonrió.

—¿Te gusta restaurar viejas casas?

—Claro que sí. Empecé en este negocio remodelando casas. Prefiero arreglar que destruir.

—Guau. No sabía eso —admitió mientras ponía sus pinceles en la solución para limpiarlos—. Debería haber buscado información sobre ti en Google.

Se rio de su comentario.

—No es necesario eso. Soy un libro abierto. Pregúntame cualquier cosa y te lo diré.

—Comenzaré con una fácil. ¿Por qué me estás llamando?

Ahora se estaba riendo sinceramente y Liesl consideró que su risa era cálida y reconfortante para ella. Podía imaginarse sus ojos oscuros como los había visto el viernes por la noche, brillando con curiosidad.

—Te estoy llamando para agradecerte por la pista. He hecho un excelente uso de la información que recibí. Si tienes más información, estaría encantado de hacer más negocios.

—¿Es así?

—Así es. —Se rio.

—¿Estás ocupado? —preguntó de repente sintiéndose valiente. 

Después de hablar con él por teléfono los últimos días, quería verlo en persona para ver si su memoria era defectuosa o si realmente era tan guapo como recordaba.

—Siempre estoy ocupado, pero si me estás preguntando si tengo tiempo para verte, entonces sí. ¿Me estás invitando a salir?

Su sonrisa fue amplia al escuchar sus palabras.

—Hay una cafetería a unas cuadras de la galería y hacen bebidas extravagantes. Si casualmente estás allí al mismo tiempo que yo, podría llevar una memoria USB en mi bolsillo que intercambiaría por una buena taza de café. Quiero una extra grande con mucha crema batida.

—¿Me darías información a cambio de una simple taza de café?

—Soy una mujer sencilla, Isaías. Fácil de complacer. Si usas la información para algo bueno, eso casi es suficiente pago. Casi. Necesito cafeína.

—¿En treinta minutos?

—Suena bien.

Le dijo el nombre de la cafetería y luego terminó la llamada. Levantó la vista y vio a Janka apoyada contra la pared, con los brazos cruzados y una amplia sonrisa.

—¿Qué pasa?

—Te gusta él.

No pudo negarlo.

—Me llamó anoche y hablamos durante una hora sobre la casa. Me preguntaba si estaba cien por ciento segura de mi deseo de demolerla. Dijo que es una decisión muy definitiva y una vez que se comienza no se puede deshacer. Ya tiene todos los permisos. Ha cortado el suministro de gas y desconectado el agua. Ya ha quitado todos los accesorios que pensó que podría revender. Aparentemente, el mármol del baño principal estaba en muy buen estado, así que lo hizo sacar todo. Dijo que el interior de la casa casi está reducido a los montantes ahora.

—¿Cómo te sientes al respecto?

Le mostró su teléfono.

—Mi hermana está de luna de miel. Están en el resort al que Merlín me llevaba para nuestra luna de miel en Barbados. En lugar de hacer lo que la gente normal hace en la luna de miel, ella ha estado ocupada enviándome cien mensajes al día diciéndome lo enojada que está conmigo por boicotear su boda y cómo debo compensarla dándole mi casa.

—Perra. —Janka frunció el ceño enojada—. Realmente quiero golpearla.

—No es tan malo como cuando Merlín me mandó un mensaje ayer recordándome cómo solía imaginar a nuestros hijos jugando bajo los rayos del sol en el vestíbulo y cómo quiere mantener este sueño vivo permitiendo que mi sobrino crezca en una casa de luz.

Hizo una mueca con la rabia que aún sentía. Había pasado un mes. No debería seguir sintiéndose tan enojada, y probablemente no lo haría si simplemente siguieran adelante con sus vidas y la dejaran en paz. 

Los odiaba a ambos.

—Su nivel de chantaje emocional está a la altura del de ella.

—Ya sabes que nunca nos agradó, ¿verdad? —La voz de Janka era condescendiente.

Se rio del comentario de Janka.

—Sí, tú y Elsie dejaron muy claro que fingían porque yo lo amaba. En fin, cuando le conté a Isaías lo que me habían estado escribiendo mientras estaban de luna de miel, su pregunta fue por qué ambos me estaban mandando mensajes sobre una casa cuando deberían estar follando hasta quedarse sin energía en la luna de miel. Luego empezó a hacer chistes sobre cómo Merlín probablemente estaba demasiado ocupado contando los granos de arena pegados a su piel como para disfrutar realmente de la playa, lo cual era cierto. También se acercó mucho al afirmar que Sandy probablemente estaba haciendo la vida imposible al personal de limpieza. Me hizo reír tanto que apenas podía respirar, Janka. Él hace los comentarios más inapropiados y me hacen reír.

—¿De verdad?

—Incluso comentó que su luna de miel debe ser aburrida y sin emoción. Dijo que ha conocido a Merlín varias veces y siempre asumió que su esposa era una muñeca inflable, y estaba muy contento de que yo escapara de su cautiverio. Me dijo que no podía imaginar por nada del mundo a una mujer como yo con un hombre como él.

—A él también le gustas. ¿Cuánto has hablado con él?

Ella torció los labios.

—Me llamó el viernes por la noche, el sábado por la noche, el domingo por la noche y luego anoche.

—¿La única noche en la que no hablaste con él fue el lunes?

—Nos enviamos mensajes de texto el lunes. Estaba fuera del país, pero me envió mensajes.

—¡Liesl! ¿Por qué me entero de esto sólo ahora?

—No lo sé. Pero voy a encontrarme con él para tomar café a cambio de una memoria USB.

—Deberías decirle que la próxima memoria USB se cambia por orgasmos.

—No debería hacerlo. —Se ruborizó furiosamente.

—Definitivamente deberías hacerlo. — Janka sonrió con malicia—. Y no me digas que no lo has considerado. Es hermoso. Lo miramos durante media hora el viernes por la noche desde la cocina de Mara. Él es la definición de alto, moreno y apuesto, y es exactamente lo contrario de tu ex, el troll de ojos pequeños, rubio y pálido.

—Sabes, deberías haberme dicho cuánto lo odiabas. Tal vez lo habría mirado de manera más desfavorable.

—Estabas feliz. —Janka encogió los hombros—. Me refiero a que estabas feliz de una manera condicionada, lavada de cerebro, pero estabas feliz. Liesl, algunas mujeres son felices siendo amas de casa, y si era tu sueño estar con él de la manera refinada y culta que él exigía que te comportaras, entonces no íbamos a aplastar el sueño. Sin embargo, diré que escucharte soltar palabrotas y usar blusas y faldas de colores brillantes nuevamente, como lo hiciste durante la mayor parte de nuestras vidas, me hace infinitamente feliz. Siento que has vuelto a ser la Liesl que conocíamos y amábamos. Cambiaste por él y no digo que haya sido malo; simplemente digo que, aunque te quiero mucho, te quiero mucho más en esta versión.

Ella se quedó en silencio mientras consideraba las palabras de su amiga.

—Sabes, también me gusta más esta versión. Mi arte se siente vivo de nuevo. Ojalá no doliera tanto aún. Han pasado seis semanas, y hubo una noche la semana pasada en la que me desperté en medio de la noche y lo busqué. Tuve que salir de la cama y dormir en el sofá porque dolía. Me alegro de haber salido de la casa ahora. Creo que era una gran parte de mi dolor. Solo quiero verlo destruido por completo.

—Bueno, si vas a encontrarte con un billonario atractivo para tomar café, límpiate la mancha de pintura de la mejilla y ponte en marcha. —Janka le lanzó un trapo—. Y en serio, ofrece la siguiente memoria USB a cambio de sexo. Que el soborno valga la pena.

Ella se rio mientras iba al baño a limpiarse, preguntándose extrañamente qué diría él si le propusiera algo así. 

Se estremeció al considerar todas las posibilidades.