La edad es solo un número

Hoy es un día tan hermoso para empezar a hacerles el desayuno a los amores de mi vida, el hombre que más me ha hecho feliz en estos años, y mis dos hermosos hijos, Henry es un excelente esposo, amigo y amante, llevamos quince años casados y nuestro amor aún sigue intacto como el día en que nos casamos, no sabría como explicar lo que ese ser humano tan maravilloso me hace sentir, a su lado soy la mujer más afortunada del planeta, tenemos dos hijos hermosos que llenan y completan nuestras vidas, Andrés es nuestro primogénito y en unos días cumplirá sus quince años y Arturo que tiene trece años, cuando nos casamos ya estábamos en la dulce espera de nuestro hijo mayor, nadie lo notó porque cuando me casé apenas tenía dos meses, pero sé que cuando di a luz a mi hijo todos se enteraron del porqué la prisa por casarnos. Mientras preparo el desayuno de mi familia mi mente sigue navegando en el pasado y recordando como conocí a Henry ese ser tan especial que lo único que ha hecho es amarme y darme toda su confianza. Éramos unos adolescentes cuando nos conocimos por primera vez, él había entrado a estudiar a la escuela donde yo tenía una beca, una escuela muy prestigiosa de Francia, sus padres dejaron Italia para darle un mejor futuro a Henry y una mejor estabilidad económica, aunque sus padres le dieron todo él siempre me mostró que el dinero solo cambia a las personas que tienen un mal corazón, siempre me trató como una Reyna, su Reyna, ¡Ay! esos días eran increíbles. Mientras mi mente aún estaba en el limbo mi subconsciente me decía que algo se quemaba Señora Mayo, señora Mayo reaccione señora…. —Si dime Nancy — —Se le queman los huevos — —¿ Que? Ay que tonta soy, perdón no me di cuenta por estar pensando en cosas del pasado — —Señora le he dicho muchas veces que yo estoy aquí para hacer todas estas cosas, usted no tiene porque entrar a la cocina — —Tienes razón, me disculpo — —No debe disculparse, usted es la señora y no debe de disculparse por hacer algo mal en su propia casa— —Si debo Nancy, me gusta reconocer mis errores, mi abuela decía que reconocer nuestros errores nos hace grandes como personas y pues ya ves, me equivoqué, esta vez si te pediré de favor que me asistas en la cocina, todo lo que hice se echó a perder, prepara lo mismo y mientras yo voy y verifico que mis hijos se despertaron ¿sabes si el señor aún duerme? — —El señor Henry aún descansa señora — —Muy bien, continúa ahí y nos vemos en unos minutos, yo pondré la mesa no te preocupes por eso — —Pero señora… — —Pero nada Nancy, yo misma pondré la mesa donde se sentará mi familia — —Como diga señora Mayo — Fui hasta la habitación de mis hijos primero y ellos aún dormían como bebés, decidí dejarlos descansar un rato más y me dirigí a mi habitación para despertar a Henry, es extraño que duerma hasta esta hora por lo regular el siempre madruga, entré, me acerqué a la cama y le di un rico beso —Buenos días príncipe — —Déjame dormir cinco minutos más por favor — Henry se dio la vuelta para el otro lado de la cama y se colocó la manta de pies a cabeza —Amor me dijiste que no te deje dormir tanto, así que cumplo tus mismas ordenes, anda bajemos a desayunar — —¿ Y los niños? — —Ellos aún duermen, no los quise despertar así que desayunaremos solo tú y yo— —Está bien mi Reyna, déjame lavarme los dientes y bajo en unos minutos — —Te espero en la mesa — —Si cariño — Bajé y me senté a la espera de Henry —Señora Mayo ¿quiere que le vaya sirviendo en lo que baja el señor? — —No Nancy, desayunaré con mi esposo, tranquila ve a trabajar que yo le serviré — —Como usted diga señora Mayo — Henry se estaba demorando más de lo acostumbrado, así que decidí levantarme de la mesa he ir en busca de él. Caminé hasta las escaleras y cuando iba a subir el primer escalón unos de los hombres de seguridad me detuvo —Señora Mayo, Señora espere — —¿ Que pasa? — —El señor le dejó un mensaje — —¿ Como así que me dejó? ¿Acaso no está él en nuestra habitación? — —No señora, es lo que intento decirle, el señor Stiletto salió muy apurado hace unos minutos y me dijo que le dijera a usted que lo disculpe que tuvo una urgencia en el trabajo y que no podía demorar — —¿ Eso dijo? — —Si señora — —¿ Pero por qué no me lo dijo antes de salir? — —No lo sé señora es todo lo que me dijo — —Bien gracias — Que extraño, Henry nunca había hecho tal cosa ¿habrá pasado algo realmente serio en el trabajo? Para saciar mis dudas tomé mi teléfono y le llamé El teléfono empezó a timbrarle Rin, Rin, Rin… Que raro no contesta, le marcaré otra vez Rin, Rin, Rin… El número al que llama no puede ser contactado Es muy extraño pero bueno, si de verdad era una emergencia es seguro que no tenga tiempo de contestar, le llamaré más tarde. Me devolví de las escaleras y me fui hasta la mesa, tendré que desayunar sola —Nancy— —Si señora — —Puedes servirme el desayuno por favor — —¿ Y el señor? — —El señor salió a trabajar — —¿ En domingo? — —Si Nancy, pero ya sabes que Henry es muy responsable y si urge una situación él va corriendo, al final de todo es su empresa y no puede permitir que las cosas vayan mal — —Tiene usted razón señora, el señor Henry es muy buen hombre y muy trabajador se sacó usted la lotería con ese hombre — Asentí con la cabeza y sonreí —Mamá, mamá… — —Buenos días príncipe ¿Cómo amanece lo más lindo de esta casa? — —Bien mami ¿y papá? — —Papá está trabajando mi amor — —¿ En domingo? — —Si mi vida — —Papá nos prometió llevarnos al club a jugar tenis — —Lo se mi amor, si quieres vamos solo nosotros— Mi hijo frunció el seño en señal de molestia —No gracias mamá, pensé que hoy sería un día de chicos— —Oh, mi bebé ya creció, ya no quieres salir con mamá — —Mamá, ya no soy un bebé, tengo trece años, ya soy muy grande — —Tienes razón nene, ya no eres un bebé y ya no te trataré como tal — Mi hijo sonrió levemente, me gusta hacerlos sentir importantes y con un papel que desempeñar en la familia, eso nos lleva a respetarnos como familia. Mi hijo menor y yo desayunamos juntos y ya cuando nos estábamos levantando de la mesa mi esposo Henry entró al comedor, en su rostro traía una gran sonrisa como si trajese buenas noticias —Buenos días familia ¿Cómo está la esposa más linda del planeta? Hijo ve arriba y despierta a tu hermano iremos al club, solo hombres, día de chicos — —Si papá, hermano despierta, hermano… — —No grites niño — —Déjalo ya sabes como son los niños de introvertidos todo los hace feliz — —Buenos días amor ¿Dónde estabas? Me dijeron que saliste con mucha prisa — —Si pero solo fue una farsa alarma— —¿ Pero todo está bien verdad? — —Mejor que nunca, acabo de cerrar un gran negocio, creo que el mejor de todos los tiempos — —Mmm… eso es genial, felicidades amor ¿y para tu esposa no hay nada? — —Claro que si hermosa, cuando regrese con los niños te llevaré a cenar a tu restaurante favorito, ese en el que solo sirven mariscos y postres — —Está bien, pues entonces te espero, mientras ustedes llegan iré a comprar algunas cosas que faltan en la despensa, iré con Nancy — —Amor te he dicho que ese es el trabajo de las empleadas del servicio, para eso se les paga y muy bien por cierto — —Lo sé pero aunque sean empleadas del servicio siguen siendo personas, como tú y como yo, no hay ninguna diferencia en que yo vaya acompañar a Nancy — —Como quieras, al final si te digo que no vayas aún así irás, haz lo que quieras — En el rostro de Henry había cierta expresión molesta, nunca antes se había molestado por yo querer hacer algo que a él no le parece —¿ Estas molesto? — —¿ Por qué debería estarlo? — —No lo sé, es que me pareció que lo estabas — —No mi amor descuida. Niños ¿ya están listos? — Mis dos hijos respondieron a dúo ¡si papá ya estamos listos! Se marcharon y me quedé muy confundida con la aptitud de Henry, nunca me había hablado en esos tonos, pero siempre hay una primera vez quizás lo molesté demás a veces suelo ser muy molesta. Pasadas las horas mis hijos y esposo volvieron a casa, se veían muy agitados y cansados, me levanté del sofá y corrí para abrazar a mis hijos —Mis hermosos niños ya están devuelta en casa, los extrañé — —Hola mamá, también te extrañé — —¿ Y tú Andrés no extrañaste a mamá? — —Ya no soy un niño al que debes tratar como inútil madre — —Para mí tú y tu hermano siempre serán mis bebes, para una madre un hijo nunca crece — —Pues deja de ser ridícula que ya no estamos para esas— —Andrés, discúlpate con tu madre ahora mismo — —Pero papá — —Que te disculpes escuincle mocoso ¿Quién te dijo que podías hablarle así? — —Déjalo Henry, debes entender que ya está creciendo, él tiene razón ya no es un niño — —Por ser tan floja como madre es que tus propios hijos hacen contigo lo que quieren, Andrés es apenas un adolescente de apenas quince años, y mientras él y Arturo vivan en mi casa, bajo mi techo harán siempre lo que a mi me plazca ¿están entendiendo? — En la sala hubo un silencio colectivo, nadie se atrevió a decir una sola palabra —¿ Que si entendieron carajo? — —Si papá — —Si, Pa’ — —Amor ya cálmate o te va a dar algo — —Déjame en paz Mayo estoy molesto, es más saldré a tomar aire unos minutos, regreso en la noche — —Pero si acabas de llegar Henry y ni siquiera te haz duchado — —Dije que regreso luego, me ducharé en el club, esta intensidad de tu parte me está siendo muy molesta — —Tienes razón, ya no te molesto más, vete a donde quieras — ¿ Que le pasa a este hombre? En solo un día ha cambiado tanto, es como si fuera otro. Han pasado unas tres horas y Henry no regresa, me estoy preocupando así que tomaré el teléfono y le llamaré aunque se moleste conmigo Rin, Rin, Rin… “EL número al que llama no puede ser contactado” ¿ A donde te habrás metido Henry? Bajé hasta la cocina para tomar un vaso con agua y Nancy aún estaba allí —¿ Por qué no te haz ido a dormir? Ya es muy tarde — —Disculpe señora es que no tenia nada de sueño y quise venir adelantar los oficios que tocan mañana, es que quería pedirle un permiso para ir al hospital — —¿ Estas bien Nancy? Claro, ve y no te preocupes por los quehaceres de la casa que esos se harán después— —Si estoy bien, es que a mi esposo lo intentaron asaltar y lo hirieron — —¿ Está muy grave? ¿Por qué no estas allá con él? Anda deja todo esto y vete — —Gracias señora Mayo, es usted un ángel, el señor Henry se ganó la lotería con una mujer tan buena — —Ay Nancy hoy Henry me mostró un lado muy feo que en los quince años que llevamos casados nunca había mostrado — —Señora a veces las personas llegan a su limite, ya sea por un mal día en el trabajo, un negocio que no salió, entre otras cosas, el señor es muy bueno y la ama mucho, también es un ser humano que comete errores y que se equivoca, téngale paciencia que cuando el resuelva sus asuntos la buscará y le dará una explicación — —¿ Tú crees? — —No lo creo señora, estoy segura — —Gracias Nancy, gracias por siempre saber que decir en mis momentos más críticos, ya anda basta de charla vete a ver a tu esposo y no te preocupes por el trabajo, tómate el tiempo que consideres — —Gracias señora — Nancy se marchó dejándome sentada en una de las sillas de la cocina, me quedé ahí sentada mirando el teléfono horas y horas, cuando quise levantarme para irme a dormir ya eran más de las cuatro de la madrugada y Henry aún no ha llegado.