Abrí los ojos y estaba confundida tenía la esperanza de que esto fuera un sueño, miré a todos lados y es solo mi cruel realidad esa de que empecé a huir el día en que Henry me faltó Me puse de pie, caminé hasta mi closet y empecé a tirar todas las prendas de vestir al piso, “si Henry quiere jugar pues jugaremos” Me cambié de ropa y tomé de uno de los cajones la tarjeta negra, esa tarjeta que contiene una fortuna, nunca la había tomado por consideración al idiota de mi marido pero esos tiempos ya se terminaron, jugaré el juego de Henry y me voy asegurar de ganar Salí de la habitación decidida a no volver a llorar Nancy, Nancy ¿estás en casa? —Señora Mayo ¿es usted? ¿Regresó? —Por supuesto Nancy y esta vez lo hice para quedarme, que gusto verte otra vez mi querida amiga —Señora

