Capítulo 5

1123 Words
El ambiente se había hecho menos frío y más agradable, la gente solo miraba a Aleksandr con esos ojos chismosos que están esperando información. —Encantado de conocerlo, soy el supervisor de Anastasia, Darren Bones. Me disculpo por lo ruidoso que pudo ser entrar a este piso —se estrechan las manos en un saludo profesional. —¿No te parece que es muy temprano para reprender a la chica, Bones? —lo mira serio, quitando su mano. —Pero llegó tarde y ella sabía que hoy era... —Ya está aquí, solo déjala que termine de hacer lo que le corresponde y si le toca hacer trabajo extra por llegar tarde, que lo haga —lo interrumpe, para defenderme—. Es mi primer día, no quiero empleados molestos, ¿Está claro, Darren Bones? —Sí, señor Morozov—responde, con ojos de advertencia hacia mí. —Ahora muéstrame mi oficina y dejemos a todos trabajar. Hablaré con alguno de ellos más tarde para enterarme de lo que hacen —dicho eso, se retiró. No sabía que estaba reteniendo el aire hasta que ellos se fueron de aquí. Me senté en la silla de mi escritorio, porque las piernas las sentía como gelatina. ¿En serio él es quién trabajará con nosotros aquí? ¿Estará tramando algo en mi contra? Sentía la mirada de mis compañeras. ¿Van a envidiar eso? No saben el estrés que estoy empezando a sentir en estos momentos. Yo no busqué este tipo de atención. *** Había sido llamada después de cada uno de mis compañeros a la oficina de Aleksandr. —Cierra la puerta al entrar —alzo una ceja incrédula, porque obviamente sé eso. Con total calma lo hago y esperé a que me dijera que tome asiento. —¿Qué pretendes? —saca la vista de unos papeles que estaba revisando—. Es muy sospechoso lo que haces, cuando claramente el supervisor puede decirte todo. Me da una sonrisa burlona, que me hace enojar. —¿Acaso no me ves, Anastasia? —señala todo su escritorio—. En caso de que no lo hagas, vine a trabajar. Ja, idiota. —Ja... —Quería conocer a mis empleados. Soy un buen tipo después de todo —suspiro—. ¿Te llevas mal con Bones o alguien? —Son solo compañeros de trabajo —lo veo asentir a mi respuesta—. ¿Me puedo ir? Aún tengo trabajo que hacer. —Bien —vuelve su mirada a los documentos y decido marcharme—. Anastasia, ¿Esta oficina es a prueba de sonidos? —No lo sé, pero está lo suficientemente alejada de todos los cubículos. No creo que nada se escuche. Asiente y camino hacia la puerta. —Una cosa más —detengo el paso y me giro a verlo—. Nadie debe enterarse de nuestra relación, ¿entiendes? Esto debe permanecer en secreto. —Ni que quisiera contarlo al mundo —respondo, y termino de salir de la oficina. Definitivamente, él no se parece a la persona de hace dos días. No sé cuánto ya había aguantado este día y quería que se acabara. Mi jefe se había comportado como un cerdo durante toda la mañana y mi flamante esposo, era un imbécil. Solo quiero irme a casa, ponerme mi pijama y dormir... *** —¿Todo bien? —pregunta Antuan—. Darren es un idiota. —Sí... —me río, estábamos en el área del comedor—. ¿Ya te adaptaste al trabajo? —Ser recién graduado y entrar a una prestigiosa compañía como la nuestra, es un completo logro —me entrega una botella de jugo de naranja—. Fue una guerra de titanes. Nos empezamos a reír, hasta que el ambiente se puso tenso, ante la llegada del CEO. No... —Señorita De Luca, a mi oficina —me ordena, enojado. —Lo siento, Antuan —me disculpo, tomo el jugo y voy a la oficina de él. No había nadie en el piso porque era la hora de almuerzo. Cierro la puerta después de entrar a la oficina y ahí estaba él. —Siento mucho la demora —me disculpo, aunque no me tardé nada. Su mirada viaja a la botella de jugo que tenía en mis manos. —¿Disfrutaste mucho el almuerzo? —lo miro sin entender—. Lo disfrutaste... —dice, señalando la botella. —¿De qué estás hablando? No entiendo... —confieso confundida. —¿Eres de recursos humanos y andas haciendo de alma caritativa? —frunzo el ceño sin entender—. ¡A mí no me mires así, Anastasia! —¡Te miro así porque no estoy entendiendo nada! —A tu correo te enviaré las anotaciones y modificaciones que debes realizar de todos los informes de tus compañeros —saca su celular y teclea algunas cosas—. Listo, puedes empezar ahora. —No entiendo... —lo miro seria. —A ti te gusta perder el tiempo con los empleados. Así que termina el trabajo y me lo entregas al final de la semana. —¡¿Acaso quieres que me despidan?! ¡Es el trabajo de mi jefe y Antuan es nuevo! ¿Qué tiene de malo ser amistosa con él? Se acerca de manera amenazante, haciendo que de varios pasos hacia atrás. —El CEO soy yo y voy a repasar las reglas de este contrato, Anastasia —su mirada, me hizo sentir incómoda—. No vendremos juntos a la oficina, pero viviremos juntos en mi departamento. No debes serme infiel, debes respetarme aunque yo no esté presente. Vivirás bajo mi sombra. No te debes enamorar de mí. Debemos fingir querernos frente a mi familia y no debes acercarte a ningún hombre porque estás casada —cada palabra la dijo con tanta rabia, que se instaló como dagas en mi pecho. Lo odio con todas mis fuerzas. —No te preocupes por mis sentimientos porque a ellos los controlo yo —lo señalo—. También te lo dije, no te enamorarás de mí, fingiré quererte ante tu familia aunque te odie —sonríe al ver que repito lo que me dijo—. Debes serme fiel y respetarme esté, o no presente. No me volveré a acostar contigo y si vuelves a decir algo sobre este tema, este estúpido contrato se cancela. —A mí nadie me amenaza, Anastasia —me toma del brazo—. Te compré y si hablas de esta mierda, en serio, estarás en problemas. —Mi madre tendría su tratamiento y tú te quedarías sin herencia. ¿Dime quién pierde más? —lo enfrento. Todo con él había sido demasiado bueno para ser cierto.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD