Llegamos al departamento de Christian a eso de las 8:00 AM, tomamos un par de sodas y comimos papas fritas, mientras veíamos una serie en ABC, sentados sobre el sofá con nuestras piernas entrelazadas. Nunca había tenido una cita tan larga y perfecta.
En la media hora que estuvimos así, mi teléfono no paraba de sonar, pero sabía quién era y no contestaría.
—iré por otra soda, deberías contestar. —Christian se levantó, me robó un casto beso de los labios y caminó hacia la cocina.
Lo pensé por un segundo, si sería correcto contestar, pero imaginaba que apenas descolgara la llamada la voz chillona de Amber me dejaría sorda de tantos gritos de reproche a través del audífono.
Miré de soslayo hacia la cocina y noté como Christian se relajaba, soltaba su corbata y quitaba su camisa, quedand
