SUSAN
En ese instante toqué el cielo, algo que no sabía que podía pasar, mi alma abandonó mi cuerpo y vi miles de auroras en el cielo que el me estaba regalando, me sentí completa y no entendía como alguien como él podía darme tanto en solo una noche, en solo un momento.
Me aferré a su espalda sintiendo como se hundía lentamente en mí, cuidando de no lastimarme, dejé escapar un inaudible gemido y cerré los ojos, cayendo en el vacío, siendo rescatada solo por él.
Su cuerpo pegado al mío se movía en un delicioso vaivén, adictivo y peligroso, que temía no querer parar nunca, su mano derecha me sujetaba con fuerza de la cintura, mientras que con la otra sostenía mi otra mano, entrelazando sus dedos con los míos, sobre la almohada, a un lado de mi cabeza, para no dejar caer de lleno su pes
