A c t u a l m e n t e :
Peino a Liza mientras que Caro hace el desayuno, no me sorprendía que se nos hiciera tarde, anoche Liza nos dijo que tenía que ir disfrazada, así que me pasé toda la madrugada cosiendo un disfraz para ella y aún cuando era algo que se me daba de maravilla, temía no poder terminar en ese momento, casi no dormí y eso no me venía bien en como me veía, tenía una entrevista y eso no ayuda mucho en la imagen parecida a un zombie con las ojeras marcadas hasta un punto en el cual sentía que llegaban a ser incluso moradas, siempre le pedíamos a liza que cada cosa nos avisara con antelación sin embargo siempre lo olvidaba, era pequeña. Los maestros querían hacer que los alumnos fueran responsables, solo tenía cinco años, creo que aun no se le haría sencillo.
Pero al final del día entendía el porqué lo hacían.
Le coloco una tiara y unos brillos color plateados que resaltaban a perfección con su vestuario, se veía preciosa. — Eres la Hadita más linda del mundo. - sonreí cargándola y ella soltó una carcajada, apenas la bajo ella se mira al espejo y sonríe. De verdad se veía divina, el morado combinaba con cada accesorio que le puse y la brillantina le daba un bonito toque.
Desayuna con rapidez lo que Caro le sirvió y viene conmigo a despedirse, le deseo la suerte del mundo y ella se emociona bastante, me entrega un sobre, miro un poco, era una invitación, tenía varios toques morados y verde.
—¿Iras por mi al festival? - sus ojitos desbordaban felicidad, se veía muy emocionada dando pequeños saltitos, me mira atentamente esperando una respuesta por mi parte.
— No me lo perderé por nada del mundo guapa. Se van con cuidado. - dije mirando a Caro y ella asiente, paso mi mirada a Liza y le doy una sonrisa pequeña.—Éxito en el día de ambas.
—Igual tu, mucha suerte guapa.-contesta Caro y toma de la mano a Liza, ella abre la puerta, estando por salir Liza agita su mano en despedida.
Cuando ella sale de casa miro hacia la puerta, era curioso que la mayor parte—por no decir siempre— me quedaba sola. Nunca se nos atravesaban horarios parecidos lo cual terminaba por ser más que cansados. A Caro y a mi se nos solían complicar las cosas constantemente a diario, no sabíamos mucho sobre estas cosas, y justo cuando sentíamos que comenzábamos a adaptarnos al ritmo de Liza, ella crecía de nuevo reiniciando todo el sistema, así desde que nació.
Camino hacia mi habitación sintiendo como mi celular vibra, le miro encontrando un mensaje, era de Francis, mi Manager. Me siento en mi cama mientras abría el mensaje, la emoción crece en mi, como espuma, era la oferta que Francis me había conseguido, así si hacía las cosas tal cual perfección haría que ese puesto fuera para mi. Me ilusionaba ser la nueva modelo de una empresa multimillonaria, era algo que tentaba mi interior.
Este sería el salto que necesitaba para poder crecer un poco más y salir de los comerciales pequeños o demostrativos de ropa de tiendas, paseos de moda, todo lo que siempre soñe y más, no podía dejarlo pasar por absolutamente nada.
Si había tenido buenos proyectos, pero este superaría por completo todos. Tendría que conseguirle sin importar que; al final del día, sería una forma de poder llegar a mis sueños, a todo lo que siempre soñe, y más.
Mi mamá estaría orgullosa de mí.
Me levanto de la cama estirándome apenas lo hago, soltando un quejido, camino en dirección de mi tocador, comenzando a arreglarme, quería que fuera una cosa formal, pero que sin duda me hiciera ver espectacular, profesionalismo con perfección, quería dejar esa imagen en la empresa. Apenas termino de cambiarme y con el maquillaje pedí un Uber, esperando que este llegara por mi, esperaba que funcionará tal como esperaba. Estaba entusiasmada, llena de energía, me interesaba mucho conocer esa empresa, Francis menciono que un mes en esa empresa abriría puertas, todo un contrato me ayudaría a crecer absolutamente en todo. Todas las modelos que habían trabajado en ese empresa con anterioridad habían crecido, habían saltado a la fama mundial, desde el inicio de esta.
Me llega una notificación de que el Uber llegó por lo que me levanto sintiendo la adrenalina en mi, bajo y abro la puerta, miro las placas del auto, confirmando que era este el cual me llevaría a mi destino predeterminado, subo y noto como era un señor de edad avanzada, me deja una sonrisa y el viaje comienza, de un momento a otro mi pierna izquierda se mueve de un lado a otro y las palmas de mis manos comenzaban a sudar más y más, como si las hubiera metido en agua, era difícil, la situación me controlaba a mi, mientras que lo que yo necesitaba demostrar era seguridad y control, seguramente así sería todo menos lo que estuviera demostrando.
Unos nervios así en una pasarela podrían hacer que tropezará y me rompiera una pierna con el alto de un tacón, por lo cuál tenía que relajarme, si me miraban así de nerviosa seguramente el trabajo no lo obtendría, más aparte que quedaría como una completa mentirosa al poner tantas cosas positivas en mi curriculúm y llegar a desbordar torpeza, respiro intentando sacar los nervios dentro de mi, hasta que funciona.
Apenas llegamos y miro la empresa por fuera, siento la emoción correr dentro de mi corazón, euforia, abro la puerta y bajo del auto, agradezco y cierro la puerta. Apenas lo hago este se va. Mire hacia arriba, sin subir las escaleras, suspire y miré mi celular, tenía otro mensaje de Francis.
F r a n c i s : Éxito guapa, lo harás bien.
Mordí mi labio y comencé a subir las escaleras sin apartar la mirada de él, los nervios seguían en mi corazón, supongo que el no fijarme fue el causante del problema, puesto que en uno de los pasos que doy me estrelló con una persona haciendo que me tambalee hacia atrás, me logre estabilizar, pero para mi mal momento también sentí un líquido correr por mi estómago, desde mi bra hasta la final de mi abdomen. Solté una queja entre labios y mire hacia mi blusa la cual lastimosamente por ser blanca dejaba a la vista por completo aquella mancha de café.
No, no, no, no...
¿Quién le daría el empleo a una persona con una enorme mancha de café? Seguramente nadie.
— Lo siento. - una voz masculina atraviesa mis oídos, sin embargo no le miré, sentí los nervios crecer en mi estómago, haciendo que por consiguiente las náuseas entraran en mi con rapidez. Murmuró "—no importa" y salgo tan rápido como puedo bajando las escaleras con una velocidad impresionante. Mire a mi alrededor intentando encontrar una buena solución, una que hiciera que mi blusa manchada de café estuviera en un margen fuera de lo que necesitaba. Seguramente yo apestaba a café. Bufé.
Mire una tienda de ropa cruzando la calle, sintiendo el alivio recorrer mi piel, cruce y apenas entré miré que no era del tipo formal que necesitaba, tendría que adaptarme con ello, paseo mi mirada por la tienda esperando encontrar exactamente lo que estaba buscando, juego con mis manos, entrelazando mis dedos, hasta que en mi vista se posa exactamente lo que quería, por lo cuál termino soltando un suspiro lleno de alivio.
Terminé por comprar una blusa blanca, una sencilla que combinará con la falda que tenía puesta, apenas me acerque a caja la señorita me miró con una sonrisa bien ocultada entre sus labios, seguramente era por la mancha gigantesca en mi blusa, o por los nervios que carcomían mi cabeza de un modo completamente brutal, aparto un poco la mirada, note como intentaba calmar aquella sonrisa.
— ¿Es todo lo que necesitas? - asentí y miro hacia el probador. —Puedes cambiarte aquí si quieres, apenas la pagues. Claro.
— Gracias. - sonreí extendiendo mi tarjeta sobre el mostrador, ella asiente y la coloca en la terminal, pongo mi nip y ella me entrega mi ticket.
Entre a cambiarme y note como tenía la piel completamente pegosteosa, no solo olía a café, seguramente mi blusa favorita se había arruinado por completo, limpie mi piel desnuda con lo poco limpio que le quedaba y le miré. Bufé y la guarde en la bolsa de la tienda para después ponerla en mi bolso, tenía que ser que empezaría con mi pie izquierdo, por lo cuál no tenía unas esperanzas enormes como hace un rato.
Salí de el probador y la chica me miró con pena. —Gracias por su compra.
Le di una sonrisa y salí de la tienda de ropa, cruce de nuevo la calle y miré hacia las escaleras con una mueca, iba un poco tarde ya, un poco por no decir mucho; juntando con que aquel oufit que había preparado hace un rato en mi casa, estaba completamente deshecho, por lo cuál no me miraría exactamente como esperaba, respiro, soltando todo el aire de mis pulmones, repitiéndome una y otra vez que todo saldría bien, tendría que.
Iría de maravilla, a no ser del café de aquel hombre que quedó completamente en mi blusa favorita, que seguramente tendría que enviar a la tintorería si quería volver a utilizarla.
Seguramente la suerte con esto me estaba diciendo que ya habría salido de mi campo de fuerza, dejándome por completo a costa mía, subí las escaleras, entro y ahora los nervios los tengo al doble, podía ser posible que asimilen torpeza si miran las cámaras.
Llego con la recepcionista quien me da una sonrisa amable.—Buenos días en que pudo ayudar... la.
Se veía consternada en un momento sin embargo recobro la compostura y regreso en una sonrisa mientras anotaba algo. —Permiteme un poco.
Toma su celular y manda un mensaje, frunciendo un poco las cejas, para después regresar la mirada en mi, parecía que quería decirme algo, podía notarlo, sin embargo se quedo completamente callada sin decir ni una sola palabra al respeto, carraspeo y arqueo una de mis cejas, ante la falta de palabras de parte de ella.
—Buenos días, vengo a una entrevista de trabajo, como modelo. Cita previa...
La chica me mira detenidamente y una sonrisa da lado se instala en su rostro, veo como en sus ojos se resalta una diversión tremenda, no dice nada al respecto. Me entrega un gafete y me da instrucciones de cómo llegar a la oficina.
Apenas lo hace agradezco y comienzo a caminar en dirección del elevador, que según me contó la chica estaba a un par de metros de aquí, paseo mi mirada por todo el lugar, me encontraba asombrada de lo bien que se llegaba a ver, quería verme completamente profesional y no demostrar con la mirada que me encontraba más que asombrada por el lugar en el cual me encontraba. Este lugar era completamente elegante, alguna de las paredes eran cristales y la mayor parte eran decorados negros o blancos, la elegancia desbordaba. Entre al elevador y presione el piso que ella me mencionó, las puertas se cerraron y solté un suspiro lleno de pesadez, necesitaba que los nervios no entraran conmigo nuevamente.
Apenas salí de el elevador veo que hay varias chicas bien vestidas con sonrisas muy bonitas y aspecto lindo. Sería difícil ser quien gane esta entrevista. Y es que era bastante obvio que muchas personas se presentarían a la entrevista, esta empresa llevaba años lavorando, siendo así que era bastante reconocida, popular, y una gran oportunidad de crecimiento en los medios, era un salto a la fama entrar aquí por lo cual, no podía perderme en lo absoluto esto, lo necesitaba.
Se escuchan unos zapatos resonar en el suelo. Y dicen mi nombre, levanto la mirada encontrándome con un hombre bien vestido, un traje gris oscuro tirando a n***o y un semblante completamente serio. Camino hacia el y el me mira con tranquilidad.
— Señorita Morgan, quiero recalcar que el jefe insistió en que usted fuera quien firmara el contrato, le gustó mucho su portafolio, ¿Esta dispuesta a firmar?
—¿ El jefe? . - pregunte un poco confundida a lo que el asiente. —Sí, firmaría.
Dentro de mi una sonrisa sale tamaño familiar, aunque aun no entendía, Francis comentó que me harían una prueba de actitud, que hoy no habría resultados seguros si no hasta la semana que viene. Asiento y el sonríe. Francis me comentó que abogados ya habían leído el contrato, que era más beneficiario que ningún contrato, que me convenía demasiado firmar. Me lleva a una oficina y me siento esperando a que lleguen con el contrato. Minutos después llega la misma chica de la recepción de abajo, me miraba aún con diversión pero no entendía el porqué, me entrega el contrato y yo lo leo con lentitud, Francis tenía mucha razón. Era un buen contrato, la chica me indica donde firmar y así lo hago, se lo entrego y ella me sonríe como si no hubiera mañana.
— No creí que firmarías, esto es tan emocionante.
— ¿Emocionante...?
Claro que yo estaba emocionada, pero no sabía de donde venía la euforia de ella.
— Me alegra verte de nuevo, trabajaremos juntas. Que emoción.-Su tono si tenía demasiada emoción junto con su grito, apenas sale la analizo sin embargo no la conozco o reconozco. Tendrá alrededor de 19 años cuando mucho 20.
Sin embargo su entusiasmo parecía que nos conociéramos de años, como si realmente le emocionara estar conmigo.
No puedo parar de pensar sobre de qué hablara, miro mi celular y le mando mensaje a Francis diciéndole que firme el contrato.
F: ¡Eso chica, celebraremos cuando salgas de ahí!
— Hola Lily.-Escucho la voz del hombre que me tiro el café y levanto la mirada, esa mirada esos ojos, los ojos de la chica, la recepcionista. Mierda. Quizás...
Por más que quisiera dejar un profesionalismo enfrente, enseñar que podía ser una persona completamente profesional el nerviosismo me traiciona, sentía mi corazón latir en mis oídos, no esperaba verlo de nuevo.
— Hola...-dejo un silencio después de aquel hola donde puedo ver sus cejas se fruncen. Lo sabía. —Ya pasó mucho tiempo, ¿verdad?
En sus ojos se denota la seriedad, no podía creer que los años hubieran hecho eso en el, se veía atractivo, con cada una de sus facciones completamente marcadas —Tiempo...
— Me tiraste un café en mi blusa. - dije recargándome en el respaldo de la silla y le miré con burla, su mirada se tranquilizo dejando la diversión caer en sus ojos. —¿Trabajas aquí?
Su sonrisa se hace burlona y da un par de pasos que resuenan por la habitación. —Puede ser.
— Jamás imagine que tu quisieras trabajar en una agencia de...
— Te sorprenderías.-interrumpe nuevamente serio, me da una mirada, era como si aquella persona que conocí no existiera más, me causaba unos nervios.
— Siempre has sacado cosas bajo la manga.
— Es lo entusiasmante de la vida, ¿No?
— Así parece...-susurre, quería tomar su mano y pedir disculpas por huir cuando el embarazo pasó...
—Aquí están todas las cosas que tienes que saber, ven a partir de mañana. - dice aún sonriéndome.
— Gracias Lola. - dije con una sonrisa y ella me abrazo con fuerza, a decir verdad este me llego más que con sorpresa, me soltó y me miró feliz.
—No fuiste a mi fiesta de quince.-reprocha con un puchero a lo que yo hago una mueca.
— Tenía la oferta aquí en los Ángeles lo siento.
— Lily olvidó despedirse de todos. - señaló ahora el, si quizás pude despedirme pero tenía miedo de que al mirar a su madre la verdad saliera de mis labios, mis acciones fueron demasiado apresuradas, había hecho las cosas mal pero en ese instante creí haber hecho lo correcto. Era lo correcto para mi no arruinar y respetar sus decisiones.
— Entonces ambos trabajan aquí. - recalqué mirando a Lola, ella sonrió de nuevo como la primera vez, una sonrisa enorme. Quería sacar del tema que me fui, quizá era cobardía el no poder disculparme.
— Ni te imaginas.
Miró la hora en el reloj que se encuentra colgado en la pared y hago mis cuentas, tenía que irme pronto si quería llegar al festival de Liza. No me lo podía perder por nada del mundo.
— Entonces, siendo así.¿Ya no tentó nada que firmar? - ellos niegan y me levanto. —Es un gusto verlos de nuevo, nos podemos poner al día un día de estos. Nos vemos.
Me despedí con la mano y ellos hicieron lo mismo. Apenas salí, escuché la voz de Lola. —No tiene cuerpo de haber tenido un bebé...
— ¿Un cuerpo de tener a un bebé?
— Sabes a que me refiero.
Abrí los ojos a par y salí de ahí, ellos sabían el porqué me fui de allá entonces en primer lugar. Ese era el colmo. Igual es una empresa grande, nada me asegura toparmelo todos los días.
Pido mi Uber a la escuela de Liza, apenas llega subo a el y muevo mi pierna levemente. Mi llegada a esta empresa podría tener motivo de felicidad por crecer de esta forma o se vendría un desastre.
Igual, ya no estamos en la preparatoria.
El Uber se estaciona afuera de la escuela y bajo diciendo gracias a lo que el me dedica una leve sonrisa. Entró por la puerta y me indican en donde puedo sentarme. Llegué perfectamente a la hora. Puedo ver como entre las cortinas Liza se asomaba y sonreía al verme mira hacia atrás y sonríe más, me giro y veo a Caro, quien se sienta a un lado mío.
— ¿Te dieron el trabajo?-le miró y tenía una mirada feliz, quizás ella tenía noticias también.
—Si, aunque no fue lo que esperaba.
— ¿Malas noticias?
— Malas... no, si no que extrañas, no creí que pudiera ser posible.
— ¿Posible...?
— Te cuento en un rato, mejor cuéntame... ¿Que tal tu día?
— Maravilloso, conocí un hombre encantador.-realmente se veía muy feliz.
— Tienes que contarme todo.-sonreí y las luces se apagaron.
Liza apareció en el escenario, se veía preciosa, bailaba tan bien que podías no notar que tenía cuatro. Se denotaba como dejaba todo en el escenario. Estaba tan orgullosa de ella. Giraba, bailaba y mantenía la mirada en alto, bailaba y mantenía facciones que la hacían ver como toda una profesional. Termina y yo aplaudo junto con el resto del salón, todas las niñas que estaban ahí de venían emocionadas.
Salimos de la sala y apenas sale Liza corre hacia mi. —¡Viste como lo hice!
— Lo hiciste perfecto Liza. - dije levantándola, ella me abraza y veo como Caro sonríe a lo grande, salimos de la escuela y puedo ver a Jace, su mirada me penetraba con dureza, después su mirada cayó en Liza, sus ojos se entre abrieron un poco más de la cuenta, podría ser...
— Caro, ya al Auto.-pedí por lo bajo y ella sin pensarlo camino más rápido, Liza frunció las cenas con confusión y empezó a mirar hacia los lados.
—Un hombre nos mira. - su voz se notaba nerviosa. Era lo menos que quería provocar en ella, subimos al auto y la aseguró rápidamente en su silla, Caro conduce saliendo de ahí.
— Lily... - dice en tono autoritario Caro, le miro y después a Liza, se veía asustada.
— Nadie nos miraba Liz, quiero hacer pipí.-susurre y ella soltó una carcajada.
— ¡Corre se va a hacer pipí! - dijo entre risas.
Caro me miró y sonrió, hay tanto que hay que contarte.
***
Miró a mi espejo, me había maquillado lo suficiente para verme bien pero poco para verme natural. Miro la hora, miro mi celular, miro hacia todas partes. Debía comprar un auto, gastaba demasiado en Uber, debía aprender a conducir. No era posible tener 23 y ser un asco conduciendo. Liza seguía dormida, no tenía clases, Caro estaba dormida también. Eran tal para cual. Me pongo mis zapatos y salgo de ahí, miro el Uber detenerse frente y subo, tenía miedo de lo que podría decir Gael, me seguía, podía confrontarlo. Sentía culpa por dejarlo de un día para otro, lo amaba más que nada, novios después de el no tuve. Lo amaba y lo terminé apenas llegue aquí, no tenía algo concreto, no había nada verídico. Arruine todo entre nosotros por no haber escogido una decisión correcta. Llegó a el edificio y llegó directamente a recepción, donde Lola me mira con una sonrisa.
— Lily, ven sígueme.-dice tomando unos papeles me lleva al elevador y subimos, ella presiona el número 6. —Normalmente tienes que estar en este piso ya que aquí mandan los formatos, circulares, tienes que avisar con anticipación si eres alérgica algún tipo de químico, cosmético o tela. Hoy mi hermano, te llevará a una ubicación donde tendrá un evento, es tu primer día así que tiene que dar a conocer tu rostro como parte de nuestro equipo. Normalmente estarás con el, ya que suele mantener a revisión cada detalle, ya que la revista que tiene asociada es muy prestigiosa, junto con toda su línea de productos en venta. Además, le gusta hacer notar que es un equipo con toda su empresa, siempre escoge a una de las chicas para que lo acompañe a juntas, entrevistas, ceremonias. Tienes que tener disponibilidad de horario cada día de la semana, cualquier hora de la noche.
Frunzo levemente mi entrecejo y miro a mi alrededor, no había más chicas . — ¿Hay muchas más modelos?
— Pocas, solemos ser una empresa que le gusta trabajar con cierta cantidad de chicas para que puedan tener la libertad de crecer en cualquier ámbito, esta empresa forja crecimiento laboral, disciplina, demás.
Yo asiento y ella me sigue dando un recorrido, explicándome a detalle todo lo que debía saber y lo que tenía que aplicar. Tendría una dieta un poco más estricta y tendría que hacer ejercicio, un poco más. Sin embargo no era algo que no esperara.
— Creo que eso es todo, si necesitas algo sabes donde encontrarme.
Asiento y agradezco y ella sale de ahí.
Me siento en uno de los tocadores y me miro, quería hacerlo bien, crecer muchísimo y un día estar en los Ángeles de Victoria Secret, lo anhelaba desde niña.
— Tienes la libertad de escoger cualquier vestido de ahí, de gala y color Nude.-dice ahora Jace, se encontraba en la puerta mirándome directamente.— Tienes que estar lista a las cinco que a esa hora nos vamos, creo que Lola te explico todo ya. ¿No es así?
— Si. - murmuré. — Tu vas solo a los eventos o también el jefe...
— ¿Nerviosa por conocer al jefe?
— No tienes idea.
— Quizás si, cuando te ponías nerviosa antes solías ser un desastre.-menciona paseando por la habitación.
— Entonces... ¿Tu también vas o solo el jefe?
Una sonrisa burlona apareció en sus labios y se acercó a mí, haciendo que estuviéramos a un metro de distancia. —Yo soy el jefe Morgan. Necesito que vayas a quinto piso, tomarán fotos de tus perfiles, tus medidas y ángulos, para tener ya en mente como quiero que te tomen las fotos, después necesito que vayas al tres, donde evaluarán tu tipo de piel, y mañana al 7.
Supongo que debí leer mejor el contrato, quizás no puse tanta atención. Como pude pasar por alto un momento que el era quien estaba junto a mí nombre, como pude pasar por alto eso...
Asiento y el sale de ahí.
Sería un día muy largo.