2

1567 Words
Mi día claramente no mejoró, al contrario, pareció complicarse aún más. El primer paciente que debí ayudar a atender, terminó vomitando sobre mi y aunque me lavé y cambié, ese maldito y asqueroso olor ahí se quedaba. Luego pase a una señora que amenazaba con golpearme con el maldito bastón, cada vez que me acercaba a intentar limpiar su herida. Pero la frutilla del pastel, fue sin duda, el señor Baitelli. Él hombre acababa de ser operado e intentó escaparse durante un descuido. La jefa de enfermeras no fue tan comprensiva conmigo, ya que ni siquiera le importó que el hombre me golpeará con su asqueroso orinal. Debía dar gracias de que esa maldita cosa no estuviera llena de orina, o ahora entre el vomito y el orín, sería un jodido zorrillo andante. Ahora apenas tenía tiempo para ir a casa, bañarme, cambiarme y desplumar en el póker a mis compañeros. —¿Rainy, eres tu quien huele a rancio? —sin dudas iba a disfrutar vencer al niño bonito. —Si, soy yo. Ven y dame un abrazo, pase un día horrible. —me acerqué a él, sabiendo que escaparía, nadie querría oler como yo. —Esta vez pasaré ¿Un mal día cariño? —El peor. Oye ¿Enserio iras a la partida? Seamos sinceros, tienes un excelente aspecto, pero en cuanto al póker, no tienes suerte. —Podría derrotarte Rainy, hasta con los ojos cerrados. —no pude evitar reírme de eso, soy en serio muy buena. —No creo que en esta vida, Jagger. —¿Quieres apostar a que esta noche patearé tu pomposo trasero de chica confiada? —¿Por qué no?  ¿Qué es lo que quieres? —No tengo una jodida idea, pero lo pensaré en el tiempo que me queda. Te aconsejaría que hagas lo mismo, pero sé que perderás. —puse los ojos en blanco, mientras se acercó a despeinar mi cabello. — Y otra cosa Rain, usa mucha colonia, en serio hueles horrible. —¡Aish, te odio! ¡Quítate Vanderham! —Caminé a su lado, pisoteando, como niña haciendo un berrinche. Debo llegar rápido a casa y tomar no uno, sino dos malditos baños. Pero ahora toda mi atención gira en torno a Jagger. Él es el tipo de hombre por el que mi madre me felicitaría, hermoso, divertido, muy atento y un médico recién graduado. De hecho se volvería completamente loca del entusiasmo. Jagger no puso un limite, no dijo que si ganaba debía ser algo sencillo. Entonces, ¿Qué sucedería si mi premio fuera que él venga a casa conmigo? No sería algo de verdad, solo estaríamos jugando, actuando un papel, solo por veinte días.                             (***) Escuchaba sus gritos aún antes de entrar, ¿Por qué tontería estarían discutiendo ahora? Dudaba mucho que hayan empezado a jugar sin mi, así que claramente no era por una mala mano. Toqué el timbre, siendo recibida por Mary, ella era la esposa de Adkins, una mujer tan dulce que lo consideraba perjudicial para si misma. —Aún no empieza y ya están por matarse, gracias al cielo llegaste, en serio consideraba el echarles un poco de agua. — no la creía capaz de hacerlo, pero la sola idea de ver eso, me hizo sonreír. —Aunque me encantaría ver eso, no puedes hacerlo hasta que les gané incluso a sus primogénitos. Mejor voy a ver que los tiene tan exaltados. —caminé hasta la sede de testosterona, explotando a grandes cantidades. —¡No me jodas Mackenzie! No es mi culpa que seas un anciano, esto no es una noche de juego sin una buena cerveza o un whisky, no puedes darme un refresco, es poco motivador. —¿Por qué me lo dices a mi idiota? Recuerda que la casa es de Adkins. —Porque estuviste de acuerdo con su ley seca. —¡Ya deja de llorar Vanderham, aún no he pateado tu trasero!. Ahora ven y ayúdame que esta mierda esta pesada. —conocía a Adkins y sabía que no tenía alcohol. Por lo que antes de venir, pasé y compré dos cajas de cervezas. —En este momento te adoro Rain, estos imbéciles tuvieron la genial idea de darme un jodido refresco. ¿Pasé un largo día, para divertirme con solo un refresco? Claro que no. —Muy bien Jagger, lo mejor es que se callen o no dudo que Mary se canse y venga a echarles un poco de agua para refrescarlos. —Mary nunca nos haría eso, ella un jodido ángel. —eso me hizo carcajear, ella podía ser buena, pero ya estaban colmando su paciencia. —Lo que digas Adkins, ¿Ahora van a jugar o que mierda? —pregunté aceptando la cerveza que Jagger me entregaba. —Hoy conocerás la derrota Rain. —sonreí y me encogí de hombros. Ellos podrían creer que me ganarían, pero ya saboreaba la victoria. Ya para la media hora, había ganado tres juegos consecutivos de manera muy sencilla. Y ahora en esta partida solo quedábamos Jagger y yo, los demás, probablemente al tener pésimas cartas, se retiraron de la partida. —¿Tienes miedo cariño? —¿Me preguntas a mi o a ti mismo? Recuerda Vanderham, si te gano esta partida, perderás la apuesta. —Que bueno que quien pierda serás tú. —incliné un poco mi cabeza para darle una expresión divertida e inocente, él iba a arrepentirse. —Vamos ustedes dos, ¿Van a terminar esto o seguirán tonteando? — al parecer Mackenzie no estaba muy feliz luego de perder tres veces. —Mira y llora bebe —Jagger extendió sus tres ases, dispuestó a proclamarse vencedor, por lo que bajé mis cartas — No me jodas, ¿Escalera de color otra vez? —Te dije que perderías —sonreí, recostándome en la silla. —¿Dónde mierda aprendiste a jugar así? —gruñó Ramírez, contandó las fichas que aún conservaba. —En la universidad. Mi compañera de cuarto me enseñó bastante, ella era capaz de desvalijar cualquier casino en las Vegas. — teníamos mucho tiempo libre cuando evitábamos algunas festividades familiares y lo utilizábamos en perfeccionarnos. —Eso explica muchas cosas. —Lo que sea, me ayudó a hacerme con mil quinientos dólares y la satisfacción de patear sus flácidos traseros. —bromee, consiguiendo que varios maníes vuelen hacia mi. —Oigan, no sean malos perdedores, ya les daré la oportunidad de vencerme. Caminé buscando otra cerveza del mini refrigerador, sonriendo a los sobrenombres groseros que los hombres se lanzaban unos a otros. Estaba tomando un trago, cuando sentí que alguien estaba tras de mi, sabía quien era. Él había perdido y seguro quería saber cuál sería el precio que debería pagar. —Muy bien Rainy, tú ganaste ¿Qué quieres? —era tierno verlo cruzado de brazos, luciendo tan confiado, sin sospechar que le pediría algo casi imposible. —Nada ilegal, eso seguro. —levantó una ceja, esperando más información. — Solo necesito que seas mi novio. —¿Qué mierda Rain? — quizás era mala idea y podía pensar en alguna otra cosa, pero al menos debería intentarlo. —No de verdad, sino una especie de actuación, solo duraría veinte días. —No estas bromeando ¿Verdad? —por desgracia no lo hacía y él era consciente de ello, solo que esperaba que me retractara. —No, ni un poco. Tú aceptaste la apuesta Jagger, ahora debes cumplir. —Nunca me dijiste que seria esa locura ¿Qué harás? ¿Llevarme a conocer a tus padres? —creo que mi expresión fue todo lo que necesito para saber que había acertado. — Tienes que estar bromeando. Escuchaba como los otros gritaban de fondo, molestos por haber perdido, y exigiendo una revancha, pero no seria ahora, no cuando Jagger estaba negándose a ayudarme. —Estoy desesperada, no puedo faltar a esa maldita cena, sin que me desconozcan como hija y no puedo llegar sin un novio. ¿Sabes como estoy de escuchar insinuaciones? Todo el tiempo amenazan con prepararme encuentros “Casuales” con idiotas, que solo buscan el dinero de mi papá o lo último, quieren que utilice una jodida aplicación de citas. ¿Puedes creer que mi madre lo sugirió en la mañana? Dios, podría tocarme un jodido degenerado y no le importaría. —Tú no necesitas esa mierda Rain—eso lo sabía, pero al parecer mi familia creía lo contrario. —Lo que sea, debo conseguir a alguien y digamos que no he conseguido muchas citas en este tiempo y las que conseguí fueron un desastre. Demonios, tú me rescataste de tres. —¿Y crees que soy una mejor opción? Rainy, me llamaste prostituto en la mañana. —a pesar de todo no pude evitar reírme. —Claro que no lo creo, solo eres la única opción que encontré. Jagger te adoro, eres muy hermoso y agradable, pero eres tan coqueto que no dejas escapar ninguna falda.  Pero necesito tu ayuda y te acabo de ganar, así que ¿Crees que podrías mantener cerrada tu bragueta por veinte días y ayudar a tu mejor amiga a no ser humillada por su familia? —Déjame pensarlo, no es algo fácil Rain. Nunca me han presentado como novio, ni siquiera como un juego, sin duda debo pensarlo bien. —asentí, tampoco lo obligaría. —Muy bien, vamos que aún tengo mucho dinero que ganar.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD