Aquella noche, tanto Derek como Mely acordaron en fingir que eran esposos ante aquellos ejecutivos tan importantes para ver si le daban el contrato. Entonces, ella estando frente a él le dijo lo siguiente:
—Fingiremos que somos esposos pero… ¡ni te atrevas a besarme!
—Obvio que no en la boca, pero si puede ser en la mejilla.
Mely alzó su labio de arriba y mirándolo con desagrado le dijo:
—¡No, que asco! ¡Tus labios en mi mejilla jamás!
—Ah, no seas tan exagerada, ¿cómo quieres entonces que me den el contrato si ni siquiera te puedo dar un beso en la mejilla? ¿O es que tampoco te puedo tocar? ¿Qué clase de esposos seremos entonces?
—Si pero es que tu…
Derek en aquel instante la interrumpió diciéndole:
—¡Debemos actuar lo mejor que se pueda Mely, recuerda que son trescientos millone
