CAPITULO 2
KINGSTON
MIRACLE
✯¸.•´*¨`*•✿ ✿•*`¨*`•.¸✯
MIRACLE, GRAN CIUDAD (CASTILLO REAL)
—Me has hecho abandonar mis tropas espero que realmente mi presencia en Miracle sea de carácter urgente majestad —haciendo reverencia, sonriendo a mi madre y dándole un fuerte abrazo a mi hermano mayor.
—Siempre que el rey te envié un gavilán mensajero es porque hay urgencia.
—Tenemos una guerra que ganar, mi única urgencia con la corona es en el campo de batalla.
—Estas desafiando a tu rey —comento Oracles, la mano del rey.
—Porque no dejas que sea mi padre quien hable —comente irritado.
—Tu padre ha solicitado tu presencia en Miracle porque están en camino los Spintter, las guerras se ganan con soldados y alianzas —dijo Oracles con voz ronca.
—Relish es una casa aliada desde hace muchos siglos. ¿Por qué debo estar aquí para su llegada?
—Te prometí en matrimonio con la hija de Robert, basta de prostitutas y mujeres sin apellidos en tus tiendas de batalla, eres un Callen, un príncipe no seguirás ensuciando la corona con tus aventuras por los bares de todo el continente.
—Las mujeres las uso como objeto s****l, casaste al futuro rey con una lejana princesa porque era lo mejor para él, no soy tu futuro rey soy un príncipe de batalla un soldado ¿crees que me importa unir mi nombre con el de una insípida e inexperta mujer que solo sabe cocer y agachar la cara?
—Kingston —alzando la voz mi madre —. Eres nuestro hijo, y como integrante de la corona tienes obligaciones que cumplir.
—Mi obligación está en conseguir ciudades para el rey, pelear batallas para el rey.
—Si no te casas con lady Gala, Aria será enviada a Davinson para casarse con uno de sus hijos —comento mi hermano.
Aquellas palabras desataron la furia que existía dentro de mí, por lo que todos me conocían mi carácter y mí oscuridad, desenfunde mi filosa espada, reaccionando los guardias reales quienes me atacaron y asesine en minutos.
—Basta —grito mi padre levantándose de su trono —. Tu hermana también tiene responsabilidades.
—Mi hermana no puede mover sus piernas y tiene 13 años.
—Me case a esa edad con tu padre.
—Eso no pasara con Aria. Quieren que me case con la hija de Roberts, ¡ok! —retirándome sin despedirme hacia el jardín donde la menor de mis hermanas miraba la fuente esperando alguna revelación de los dioses.
—Te han dicho que venía a Miracle a ver tu hermoso rostro —mientras me acercaba escuche su grito pronunciando mi nombre.
—¿Y tú mascara? —preguntando por la careta de oro en forma de dragón que usaba en batalla.
—Me han dicho que me veo mejor sin ella, si me presentaba frente al rey con eso tapando mi rostro me cortaría la cabeza.
Ella me abrazo al agacharme frente a su silla, era lo único que amaba en la vida, mis hermanos y el olor a la sangre.
—Tu futura esposa viene camino a Miracle, según dicen es muy hermosa, espero no dejes de amarme y prestarme atención por ella.
—No hay nadie en el mundo más hermoso que tú, y nadie merece más atención que la niña que conoce todos los secretos del castillo.
—Si no aceptabas sería enviada a Davison, ellos son tan violentos que cuando vieran que no puedo caminar me lanzarían al mar para que los peces del infierno acabaran conmigo.
—Nadie te enviara lejos, lo prometo.
—Que esposo querría a una lisiada.
—Yo, que fuera tan bella e inteligente como tú.
—Eres afortunada de tenerlo —comento Archer, mi hermano mayor el futuro rey
—Debería ser afortunada de ser la hermana del futuro rey, pero claro eres un títere de la corona.
—Este matrimonio nos conviene a todos.
—¿En qué? —caminando con él a mi lado.
—Sus flotas navieras no son parte del tratado con la corona, como esposo de su única hija hembra puedes ordenar en la mitad de esa flota para futuros ataques por mar.
—Que inteligente, me casaría con una de mis putas, las conozco en la cama, sus intereses, su poca imaginación, no saben leer ni escribir pueden permanecer desnuda día y noche recibiendo azotes de su príncipe quien les paga con una moneda de oro. Casarme con una Lady es agotador y frustrante.
—Ella permanecerá en el castillo a millones de kilómetros de ti, solo debes poner una criatura en su vientre en esas dos visitas al año que realizas al castillo, de lo demás me encargo yo, mientras tú sigues llenando tus tiendas en batalla con prostitutas.
—Que inteligente eres futuro rey —sirviendo dos copas de vino tinto —. ¿Te harás cargo de todo en mi ausencia?
—Lo prometo, incluso de criar a tus hijos como míos.
—Larga vida al Rey —alzando mi copa.